Recuerdos De Un Amor

Capítulo XIV

Las oscuras bolsas bajo los ojos de April, era un claro ejemplo de la muy mala noche que había tenido, a duras penas consiguió dormir un par de horas tras aquel sueño que le dejo una sensación de nostalgia en su ser, además del punzante dolor en la cabeza.

—¿Estás bien?—una repentina la voz de hombre, captó su atención. 

Ella dio un sobresalto en la cama por la imprevista aparición.

La rubia simplemente movió la cabeza de lado a lado un par de veces en gesto de negación, dado que en verdad no se encontraba bien, sino todo lo opuesto. Por lo cual, hizo una acción tal vez un tanto infantil pero era el único método que realizaba cuando esa sensación le atacaba con tanto fervor el pecho, como una aguja ejerciendo presión en esa zona.

April se tapó el rostro con ambas manos, ocultándose como una niña pequeña. 

El intruso en la habitación no mencionó ni una sola palabra, solamente se acerco a pasos apresurados para llevar a un costado de ella y sin más enrollo sus brazos por la anatomía de la chica para tratar de calmar aquel estado de desesperación en la ojiazul. Un ligero calor se apodero de las mejillas en la joven, pero no pudo resistirse ni un minuto más, cuando ya las lágrimas bajaban por su rostro, toda su vida había estaba fingiendo que nada le lastimaba, siendo una piedra inquebrantable como le había enseñado su padre desde muy corta edad, todo una guerrera. 

Pero...¿Realmente era malo ser débil? 

El castaño detalló el rostro demacrado de la mujer, bajo sus zafiros opacos hinchados y un tanto rojos, un par de bolsas oscuras marcando la expresión demacrada por haber estado horas llorando. Tal vez no estaba mejor que ella pero se había hecho la promesa de ser fuerte y menos perder el control, aunque verla en ese estado lo destrozaba. 

Él sabía que esas eran las consecuencias de haberle hecho despertar en el mundo mortal... Ya era momento de tomar una decisión así le doliera eternamente...

En ese momento comenzaba a pensar que Miguel tenía razón, pero es que quería de verdad volver a tener a la mujer que había sido esa luz de esperanza en su existencia de vuelta, aunque solo le estaba generando demasiados daños tanto físicos como emocionales a la chica. 

Porque no hace falta usar sus habilidades para saberlo... Y él jamás sería un egoísta. Primero que nada es un ser divino, alejado de esas emociones muy mundanas, tal vez un poco posesivo pero sabe cual es su lugar en el corazón confundido de la dama.

El castaño le sujeto con tanta delicadeza el rostro entre sus manos, para perderse en esos zafiros tan apagados de la rubia, le dolía y mucho verla en ese estado, por alguna razón él sentía que es su culpa, tal vez si él no hubiera bajado al mundo mortal, ella estuviera viendo en la ignorancia como cualquier otro humano, a pesar que ambos estaban realmente sufriendo.

Ella entre sus dudas...

Él sin poder estar a su lado... 

Pero estaba claro que debía tomar una decisión...

Y eso le estaba rompiendo su ser divino a la mitad...

—Debo irme, mi dulce amada—fue lo único que salieron de los labios del castaño. 

April sintió como su corazón se aceleró como un demente contra su caja torácica, era como si estuviera viviendo en carne viva el sueño de despedida que había tenido hacía poco tiempo atrás se estaba haciendo realidad, desgraciadamente ella no quería que eso ocurriera, de cierta manera era como si estuviera reviviendo recuerdos trágicos de su vida pasada, pero ella no era nadie para impedirle a él que lo hiciera. 

Gruesas lágrimas descendieron una vez más por sus mejillas, esa sensación en el pecho era tan real, porque el castaño se esta volviendo parte de ella poco a poco, aún no se explicaba el motivo, por el cual posee una conexión profunda con él, algo así como si sus almas estuvieran destinadas a estar juntas, pero siempre termina en una desgracias. 

Ahora comprendía la leyenda antigua de las almas gemelas...Aquellas almas gemelas eran dos almas tan semejantes que cuando se materializaban en el plano físico lo hacían en distintos sexos para atraerse como imanes.

No obstante, si esos sueños un tanto ajenos son verdad, eso quiere decir que ellos no provienen de este plano existencial, podía ser de algún lugar muy diferente al que ella conoce en este momento, pero aunque sonará algo extraño deseaba volver allí, ser un poco mas libre y no preocuparse de todas estas cosas que solo la absorbe como una esponja.

Estaba muy mal, pero eso no quería decir que él se fuera de su lado... 

Ya el destino siempre jugaba sus peores cartas para ambos, ocasionando que terminarán el uno sin el otro una y otra vez por toda su eternidad, y ahora que por fin se volvían a encontrar pasaba de nuevo esto, provocando de una posible separación donde veían los dos la luz de esta la oscuridad que pasaron sin el otro.

Ella se lanzo hacía sus brazos, aferrándose al pecho de él. 

No quería que se fuera, pero no tenía el valor para decírselo a la cara, así que solo quedarse en silencio, tratando de almacenar en su cabeza los mejores momentos que ha tenido con el misterioso castaño que entro a su vida con la fuerza de un huracán haciendo un gran desastre en su interior más de lo que ya poseía encima.

—¿Volverás?—la voz de la rubia, sonó por lo bajo casi como un hilo que se lleva el viento.

Él soltó un profundo suspiro, como si hubiera estado reteniendo el oxigeno en los pulmones, a la vez que la atraía mas a su pecho, deseando tener una respuesta positiva a esa simple pregunta que se transformaría en una promesa.

—Por ti siempre, volveré—susurró el hombre muy cerca de su oído. 

April al menos aquellas palabras lograron calmar ese malestar inmenso que tenía en su ser y volverse paz, al saber que si vendría de nuevo por ella, aunque no supiera el ¿por qué? lo hace realmente tan indispensable para sobrellevar todo lo que se avecina.

"Demián" se alejo sin decir nada más, y si fuera arte de magia desapareció en una extraña luz azul, ocasionando que ella se tapará el rostro con ambas manos, y llena de una marea de preguntas que no tienen respuestas.

Ahora volvía de nuevo a su dolor...

Continuará...