Capítulo XVIII

1058 Words
Ella sintió como su ser se desplomar al suelo de manera metafórica al tener a ese hombre enfrente, su respiración comenzó a acelerarse sin que pudiera evitarlo, paso con desesperación ambos manos por el rostro como tratando de controlar su estado pero solo lograba empeorarlo más poco a poco, tanta que la consumió por completo y se desplomo en los brazos del misterioso castaño. Nunca pensó volver a encontrarlo en su vida. Él de inmediato la sujeto con fuerza entre sus brazos, estaba tan feliz pero al mismo tiempo sabía que vuelve a estar en la misma situación de hace tres años atrás, todo era igual, aunque ahora si hay una variante y es que  ya no es la misma adolescente que dejo sola en ese entonces antes, es una mujer hermosa, justo como la recordaba. La cargo entre sus brazos para llevarla a la enfermería.  Había pasado mil y una cosa hasta lograr volver al mundo mortal, por supuesto que lo ha hecho como la vez anterior, pero ya pago por su error una vez, ahora tenía que cumplir una misión en el mundo mortal por un periodo de tiempo, eso quería decir que aprovecharía al máximo cualquier oportunidad de estar al lado de ella. El castaño ingreso con sumo cuidado a la enfermería con la rubia inconsciente entre sus brazos, las miradas de los demás estudiantes cayeron sobre ambos , puesto que realmente había sido extraño para ellos la reacción de la chica al momento de ver al chico, pero "Demián" sabía que esa manera de reaccionar por parte de ella podía llegar a ocurrir.  —¿Qué le ocurrió?—la voz de una mujer mayor resonó por el pequeño lugar. El chico la coloco con mucho precaución sobre la camilla, para alejar un poco y dejar de esta manera que la mujer hiciera su  trabajo con libertad. —Se desmayo de la impresión—respondió el castaño con suma tranquilidad. La señora sin acotar otra palabra simplemente se acerco hasta unos estantes donde sujeto entre sus manos un bote de alcohol y un algodón, para este por las fosas nasales de la rubia, buscando la forma de hacerla reaccionar, siendo solo cuestión de segundos cuando la chica comenzó a mover suavemente la cabeza.  April parpadeo varias veces tratando de acostumbrar su vista al a luz blanca de los bombillos, justo arriba de su ser, estaba completamente desorientada sin ni siquiera saber ¿adónde se encontraba? o ¿Cómo había llegado hasta allí?... Lo único que recordaba antes de desmayarse era haber estado caminando por los pasillos de la universidad y de la nada se choco contra un hombre exactamente al de sus sueños en todos  los aspectos.  Ella al captar lo que realmente estaba sucediendo abrió sus ojos ampliamente de la sorpresa,  haciendo un brusco moviendo para quedar sentada sobre la camilla; buscando de manera desesperada al causante de su estado alterado, y allí justo apoyado contra la pared beige estaba el castaño con una minúscula sonrisa en sus labios.   La rubia sin seguir la indicación de la enfermera se coloco de pie para caminar en dirección al chico pensando que tal vez era una ilusión de su cabeza solamente, por eso sin decir ni una sola palabra desplazó una de sus manos  en trayecto al rostro del castaño de profundos ojos verdes que solo la miraban fijamente; como si estuviera una vez más examinandole el alma.   ¿Él verdaderamente estaba allí? Efectivamente obtuvo una respuesta afirmativa cuando sus dedos hicieron contacto sobre la mejilla de él, sintió como su ritmo cardíaco se acelero otra vez, ella se había hecho a la idea estos tres años en que no lo iba a volver a encontrar que ya lo ha sacado de su mente y principalmente su corazón, pero estaba tan equivocada, porque de nuevo esta sintiéndose como una adolescente hormonal.  April juraría que le iba a dar un infarto, por lo rápido que va su corazón contra su caja torácica, sus manos comenzaron a sudar en exceso, a tal punto, que se las limpió sobre la superficie de su pantalón n***o, no era sólo eso, sino sus emociones se descontrolaron, pero trataba a toda costa de que no fuera notorio, por lo cual lo antes posible se alejo de él.  —¿Cómo te sientes, señorita?—preguntó preocupada la mujer, tratando de dispersar la tensión del lugar. La rubia volteo a mirar a la señora para asentir leve con la cabeza, no podía ni hablar sin parecer que no sabia hablar, solo se acerco a la enfermera, le dio un pequeño y corto abrazo como agradecimiento, para literalmente huir de ese lugar, en ese momento no deseaba afrontar al castaño porque no sabe ni lo que le ha a reclamar.  Ella comenzó a andar rápido, cuando unas fuertes pisadas resonaron por los pasillos.  Él la estaba siguiendo de cerca. April se mordió el labio inferior de los mismos nervios en que se encontraba, sintiendo que iba a tener un colapso nervioso en ese momento su respiración se desbordo al igual que sus latidos cardíacos, no obstante, una ola de calma invadió su sistema, tranquilizándole de inmediato y él único que podía ser causante de eso era el hombre que ya le pisaba los talones. —No huyas de mi, por favor—la voz del hombre sonó algo entrecortada.  Ella no comentó nada, solo se dedicó a alejarse del castaño.  "Demián" aceleró el paso hasta llegar a donde estaba la rubia y sin dejarla reaccionar la sujeto por la cintura con sus brazos en un abrazo con mucha fuerza pero no tanta para causarle algún daño a la chica. April se tenso por completo al sentirse atrapada como un animalito por su depredador, pero por más que su mente le dijese que hiciera lo posible por soltarse su cuerpo ni reaccionó solamente detuvo cualquier movimiento, para bajar su mirada azulada al suelo con esas inmensas ganas de llorar que le dieron de manera repentina.. —Perdóname por haberme demorado en volver, mi amada—susurró el castaño, a la vez que apoyaba su cabeza contra la espalda de la dama.  Ella sintió como todo su mundo se desplomo una vez más al caer bajo el encanto de él sin poder evitarlo... todos esos años que estuvo superando al chico se vinieron abajo.  Continuará... 
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