crónicas de oniria

Un nuevo hogar

14 años habían pasado desde que jaro había sido recibido en la capital, dentro de palacio se podía escuchar la voz de uno de los consejeros reclamando

- Ni siquiera es capaz de derrotar a un soldado del mas bajo rango en un duelo de espadas, no tiene el mas mínimo talento para la magia y mucho menos para la estrategia, fallo en todos los ejercicios militares cuando se le entrego el mando y tampoco mejoro mucho con el como subordinado, desobedeció a su oficial al mando y fue el segundo en ser eliminado de mas de cien participantes

- como le ha ido en su desempeño académico? contesto el rey bastante agotado

- Es distraído y aunque pone mucho empeño no demuestra gran potencial

- entendemos. dijo la reina en tono resignado

- mis señores, todos los tutores y yo estaríamos dispuestos a tomar toda la culpa del fracaso en su preparación pero el principe heredero es prueba de que no fallamos nosotros pues recibió el mismo entrenamiento y no solo destaco en todas las asignaturas, sino que incluso estableció nuevos parámetros de exelencia.

- Y Luga no trato de ayudar a su hermano?

- Con todas sus fuerzas pero no consigue resultados, esto es inaudito dado que todo héroe del pasado ha destacado en al menos una asignatura si no es que en varias y demostrado habilidades sobrehumanas desde temprana edad, en cambio Jaro no destaca mas alla del talento que presentaría un labrador y me atrevo a decir que el labrador tendría mas fuerza física. sentencio el consejero

- suficiente, mándalo a llamar, quiero hablar con el.

- mi señor, no digo que el no lo intente -trato de escusar el consejero- lo hace con todas sus fuerzas pero simplemente no progresa, no creo que sea culpa del muchacho sino...

- Que lo llames. interrumpio el rey algo irritado.

el consejero salio corriendo a llamar a Jaro, mientras la reina tomaba de la mano a su esposo tratando de consolarlo

- el todavía tiene tiempo, la marca del enemigo aun no ah aparecido, los ejércitos negros no tienen porque despertar

- tienes razón. contesto Ragmar forzando una sonrisa mientras acariciaba la mano de su esposa, poco después se escucharon pasos en el salon del trono, Jaro entro apresuradamente y luego de arrodillarse empezo ah hablar

- Padre, Madre me dicen que me han convocado, estoy aqui a su servicio

- Hemos escuchado que tu progreso a sido insignificante. dijo la reina

- pienso que avanzo de forma lenta pero eh notado como mis habilidades mejoran poco a poco

esto último era una mentira y Jaro lo sabia, estaba conciente de su nulo progreso pero no tenía el valor de confrontar a sus padres adoptivos, en estos años su pelo había crecido lo suficiente como para tener que amarrarlo en una pequeña cola mientras su cuerpo se había vuelto delgado y atlético, era de estatura un poco mayor a la media mientras que en su ropa se limitaba usar una pechera de cuero café encima de su ropa la cual cubria su camisa verde, botas y pantalones oscuros algo ajustados completaban su vestimenta junto a gruesos brazaletes de cuero que llegaban casi hasta el codo.

- Hijo ven conmigo. dijo el rey poniéndose de pie para luego empezar a caminar hacia uno de los jardines exteriores, habían pasado años y se notaban en el semblante del mandatario, algunos mechones blancos se asomaban en su cabeza y barba, aunque su rostro grande y cuadrado presentaba mas arrugas el rey seguia siendo inmenso en tamaño y presencia, su capa morada apenas alcanzaba a cubrir la jaqueta dorada que llevaba bajo dicha capa.

- Sigues empeñado en engañarnos?

- No padre no es un engaño sino...

- Tranquilo, cuando te conocí apenas podías desprenderte de mis brazos y hoy no eres capaz de confrontarme, mi propio hijo ya no confía en mi¿que ocurre?

esta pregunta había dejado sin palabras a Jaro, juntando todo el valor de su cuerpo empezo a hablar

- No quiero defraudarlos, desde que llegue aqui ustedes me trataron con el mas puro amor y benevolencia pero...

- pero? pregunto ragmar expectante

- No soy capaz de pelear, no coordino mis movimientos, la espada se me da fatal y ni siquiera tengo una gota de poder mágico, no importa cuanto me esfuerce no logro progresar, en secreto eh visitado a 3 nuevas interpretes y todas insisten en que llevo la marca del héroe, Luga sale a entrenar con principes de otros reinos y aun así destaca, en cambio yo ni siquiera puedo seguir el paso al mas torpe de ellos

- Y porque te comparas con ellos? pregunto el rey

- Porque son la elite de sus reinos, en cambio solo hay un héroe por generación y se supone que debería ser capaz de cuando menos igualarlos

- La marca del rey aparece siempre en el individuo mas fuerte y capaz del reino, mi propio linaje solo fueron reyes 2 generaciones antes que yo, el gran escriba es sabio y da a cada persona lo que necesita para cumplir su destino, el tuyo es ser un héroe, no se que clase de calamidad vayas a enfrentar solo puedo prepararte en todas las áreas para que tu tarea sea mas facil

- pero los otros héroes siempre destacaban

- Los otros héroes tenían talentos distintos, por ejemplo Reidos el sabio podía crear un mar de fuego con sus manos pero no podía disparar una flecha aunque su vida dependiese de ello, quizá tu destacas en aspectos que nosotros ni siquiera hemos contemplado

- Y si llego a fallar? y si termino defraudando a todos?

- Eso no pasara mi muchacho, el gran escriba te puso en esta vida para proteger el mundo y cuando llegue el momento se que lo haras, además tu madre y yo siempre estaremos orgullosos de ti, eres un hombre bondadoso, leal y muy valiente, si tu llevaras la marca del rey en lugar de Luga estaría contento de que tu seas mi sucesor

- Gracias padre

- Merona debe estar esperándote, ve muchacho, no hagas que se ponga de mal humor.

Jaro abrazo a su padre y salio corriendo hasta llegar al campo de entrenamiento en la parte posterior de palacio, allí Merona se encontraba esperándolo, ella era la maestra de esgrima de Jaro y mariscal segunda del reino, no parecía mayor de 25 años aunque tenía casi 40 pero su personalidad denotaba su verdadera edad, estricta y no muy animada era una amiga cercana de jaro, al llegar este último le pregunto acerca de su reunión con su padre y luego de explicarle lo sucedido continuaron el entrenamiento.

pasaron varias semanas durante las cuales Jaro continuo con su entrenamiento, fue así que el una tarde escucho la llegada del primer mariscal del reino y antiguo maestro de jaro, Varol considerado el mejor espadachín del mundo había intentado entrenar a Jaro durante años pero al no poder conseguir avances con el, Jaro pidió que se le cambiase de tutor, todos pensaron que Jaro estaba decepcionado o simplemente creia que el entrenamiento de Varol era demasiado pesado, sin embargo la verdadera razón era que Jaro se consideraba una causa perdida y un desperdicio de las habilidades de tan formidable maestro, hacia varios meses este había recibido la orden de viajar al borde norte del continente oscuro, atravesando el mar de los lamentos, lugar donde permanecían los ejércitos negros y luego de varios reportes que enviaba a través de cartas Varol finalmente regresaba pidiendo una audiencia inmediata con el rey, Jaro curioso por la situacion se adelanto a la comitiva del gran mariscal y a través de una de las entradas ocultas en el palacio ingreso al salon del trono, donde toda audiencia real era llevada a cabo, ya en el lugar trepó uno de los pilares de la sala del trono, poniéndose fuera de la vista de todos, pero siendo capaz de oir perfectamente lo que se hablaba en dicho salon, Varol delgado, malvestido y herido entró apresurado para posteriormente inclinarse ante el rey que entro por la puerta que conectaba a su habitación, este al ver a su mariscal tan lastimado corrio a levantarlo pero el militar lo detuvo con un gesto de la mano y poniéndose en pie empezo a hablar

-Mi señor, no hay tiempo que perder, como le dije en mis cartas los ejércitos negros están despertando y no son como los relatan los libros, parecen hordas infinitas, y han comenzado a consumir la poca vegetación y animales del continente oscuro.

- No es posible, el enemigo del mundo ni siquiera se ha presentado para reclamar el mando de sus ejércitos

- Lo se pero puedo jurarle que las cosas contra las que luche son parte de sus tropas, y pronto intentaran cruzar la puerta de hielo

- Cuanto calculas que nos queda? pregunto el rey

- Solo despertaron 3 de las 7 legiones pero por su actuar errático no podría predecir cuanto tardan en despertar las demás, quizá en lo que me tomo volver alguna mas ya despertó una vez las 7 despierten empezaran a luchar por salir y tomando en cuenta lo que dicen los libros 7 días puede resistir la puerta de hielo los embates del ejército, una vez caiga la puerta atravesaran el mar en unas 2 semanas como mucho desde ahí una vez pongan sus pies en Bados todo será una cuenta regresiva para la calamidad

- seamos optimistas, calculemos un mes, prepara a todo hombre capaz de empuñar una espada, que las ordenes de reclutamiento partan hasta el último rincón de solaris, convocaré a los demás reyes de Bados para que hagan lo mismo, toma 3 días de descanso y ponte a la tarea de entrenar a nuestra gente

- No necesito los 3 días su majestad, permítame descansar esta noche y mañana estaré listo para iniciar con los entrenamientos. repuso Varol.

- En otras circunstancias te exigiría que descanses pero ahora mismo esos días pueden ser vitales viejo amigo

- En cuanto a Jaro ¿el muchacho esta listo su majestad?

- No, y no creo que eso cambie en este mes pero tampoco debemos depender de el, lucharemos para repeler a esos engendros por nuestra cuenta

- Como ordene mi señor. sentencio Varol para luego de una reverencia retirarse mientras Ragmar preocupado volvía a su recamara sin sospechar que desde la cima de uno de los pilares Jaro escuchaba toda la conversación con lágrimas de impotencia bajando de sus ojos.