DULCE NAVIDAD

1702 Words
Soy Bastián el menor y menos popular de los hermanos Melzer, ocupo un cargo administrativo en la inmobiliaria uno de los negocios de la familia la cual es presidida por mi abuelo Andrés; mi hermano mayor Gabriel y mi padre Brent ocupan cargos directivos del negocio más grande Lácteos Melzer, mi otro hermano David es cirujano estético poco implicado en los negocios, pero con gran poder en la junta directiva. Desde niño me he sentido cono un agregado de la familia, ni siquiera asistí a la misma escuela y universidad de que mis hermanos; mi padre es especialmente distante conmigo, mi madre Alba es un como más allegada y algo amorosa, pero siempre he sentido su cercanía algo forzada y poco naturales; con mis hermanos siempre hay discusiones por cualquier tontería, siempre intenta hacerme sentir menos, yo siempre evito e intento restarles importancia, pero es algo cansino, con la única persona con la cual me siento realmente en familia es con el abuelo. Nunca he dado importancia a esta situación y he realizado lo básico, cumplir con los estudios en la escuela, luego fui a la universidad y desde los 18 vivo solo en una de las propiedades de la familia, no están lujosa como las mansiones en las que viven mis hermanos con sus esposas; pero es un apartamento muy acogedor y remodelado a mi gusto. A diferencia de mi familia con mis amigos y compañeros de trabajo tengo muy buenas relaciones, he tenido varias novias en la escuela, en la universidad y hasta tuve una relación cuando realice mi posgrado en el exterior, pero todas mis relaciones han sido superficiales básicamente se tratan de fiestas, viajes y sexo; con ninguna he establecido un vínculo emocional importante y precisamente por eso todas han acabado. Como es costumbre asistí a cena de navidad donde viven mis padres y mi abuelo, era la mansión más antigua de la familia ubicada en una zona exclusiva de la ciudad, gozaba de una arquitectura realmente fabulosa, realmente era muy acogedora. naturalmente también asistirían mi hermano Gabriel con su esposa Liz y mi sobrino Mateo, también mi hermano David y su esposa Stecy. Llegue unos minutos después de la hora acordada, tarde mucho pensando en ir pues realmente con ellos no me sentía cómodo; pero es lo habitual y nunca he sido tan rebelde como para ir en contra de las tradiciones. - Buenas noches, salude a todos lo más cordial posible. - Casi no llegas. Dijo Gabriel con su ya acostumbrada expresión de superioridad. Yo ignoré su comentario y me serví un trago. - Creí que la tardanza se debía a que vendrías acompañado. dijo mi madre mirándome con cara de expectativa. - Madre créeme que cuando tenga alguien lo suficientemente especial en mi vida, la traeré. Dije tomando sus manos y mirándola a los ojos, quería ser lo más sincero posible. - Mamá comprende que Bastián es el menos agraciado de tus hijos, es normal que le cueste conseguir pareja. Me molesto un poco el comentario, pero no dije nada. En realidad, mis hermanos eran rubios, altos y ojos azules, yo era un poco más bajo, cabello castaño y ojos cafés; sin embargo, lucía un cuerpo muy trabajado y no tenía inconveniente en atraer mujeres, mi problema era establecer relaciones formales y no era partidario de traer cualquier persona a casa solo para complacer o impresionar a mis familiares. - Yo podría realizarte un par de procedimientos estéticos, te aseguro que en la próxima reunión traerás compañía. Comento mi hermano David en tono un poco burlón. - Creo que deberías enfocarte en hacer retoques en el cerebro, pues aquí más de uno lo necesita. Dije mientras los miraba a ambos. - Ya, esta es una cena de navidad, parecen niños solo hablan tonterías, dijo algo enojado en abuelo. - yo soy niño y no digo tonterías, soy muy inteligente. Dijo mi sobrino mateo de 8 años, todos sonreímos un poco y le dijimos que tenía mucha razón. Note que Papá era totalmente ajeno a toda la situación, estaba hipnotizado viendo su celular; solo regreso a este mundo cuando mi madre le dio un leve codazo. Para intentar hacer el ambiente un poco más ameno stecy empezó a alabar la decoración de la mansión, y Liz apoyo el comentario y con mi madre empezaron a hablar de estilos, tiendas y de diseñadores. Yo intervine comentando que en varias de las casas que la inmobiliaria arrienda amoblada se habían realizado unas decoraciones bastante bonitas, saqre mi celular y empecé a mostrarles a Liz y Stecy imágenes de cómo habían quedado; ambas les pareció un buen trabajo y yo les compartí el contacto de la agencia a la cual le habíamos encargado la decoración. Por un momento me sentí integrado. - Bueno, pero decorar apartamentos no es una actividad que te haga merecedor del ascenso a un cargo ejecutivo dentro de la compañía como lo ha propuesto tu abuelo. Expreso mi padre en tono bastante serio, yo no sabía que el abuelo se lo había planteado, en realidad me sentía con los suficientes conocimientos y competencias para estar en cargo ejecutivo, pero jamás lo había forzado. - Si mi el abuelo ha lanzado esa propuesta no creo que sea por las decoraciones, las utilidades y participación en el mercado de la inmobiliaria ha crecido gracias a varios proyectos que he liderado, proyectos que podrían ser replicados y adaptados en lácteos Melzer; la declaración son detalles que visibilizan lo realizado, pero en realidad la inmobiliaria ha tenido cambios positivos en diseños, marketing, innovación. Dije intentado que Papá no minimizará el trabajo que he venido realizando. - Con Lácteos Melzer no te metas Bastián, no pretendas a venir con ideas locas que puedan acabar con la solidez que con tanto esfuerzo hemos mantenido durante estos años. Dijo Gabriel subiendo un poco el tono de voz. - Solo estoy expresando mi opinión, naturalmente ustedes han estado al frente y todo debe ser consultado con ustedes, ni siquiera he realizado una propuesta es una simple opinión no tienen que exaltarte. - Vez papá, darle a Bastián un cargo ejecutivo podría causar inconvenientes en la armonía familiar, yo creo conveniente que siga donde esta y se realicen cambios que puedan afectarnos en un futuro. Dijo mi padre, dejando claro su posición ante mi ascenso, algo que en entristeció un poco porque en realidad de he esforzado en mi trabajo. - En qué momento esto dejo de cenar la cena de navidad y paso a ser una junta extraordinaria de las empresas. Dijo algo molesto el abuelo y creo que tenía razón. - Es un momento de compartir como familia de hablar de aspectos personales, el tema de los negocios queda cerrado por hoy. Continúo alegando el abuelo. - Andrés, no se altere, mejor pasemos a la mesa ya todo está servido. Dijo mamá tratando de manejar un poco la situación. Todos pasamos a la mesa, la cena estaba exquisita, todos nos abrazamos cuando faltaba poco para que llegara la media noche, comimos las 12 uvas y pedimos nuestros deseos mentalmente excepto mi madre que siempre pide lo mismo en voz alta “quiero una nieta” - Calma mamá por parte mía y de David podría ser en cualquier momento, pero con Bastián no te hagas ilusiones. Dijo Gabriel, tampoco me gusto el comentario, pero no quise decir nada para terminar la cena en paz. - Madre, Stecy y yo este año pretendemos quedar embarazados ya llevamos un par de años casados y creo que ya es hora de tener hijos. Dijo David y mi madre se puso muy contenta y les deseo la mejor muchos éxitos, por un momento me puse a pesar que sería lindo tener algo así para mi vida. Repartimos los regalos que había al pie del árbol por fin con algo de armonía y sin expresiones sarcásticas. Para mateo había un gran carro a control remoto que decidió utilizar al instante, pero no lograba encenderlo en realizar era algo complejo, por lo que pidió ayuda a su padre. - Papá puedes encenderlo. Le dijo el niño, Gabriel miro el control y el manual y le dijo. - Mateo, no hay prisa, guárdalo y otro día lo revisamos. El niño asintió algo cabizbajo y haciendo un puchero, pero mientras lo guardaba me miro y lo invite a que me dejara intentarlo. Luego el algunos minutos y unas gotas de sudor logre encender el carro, mateo saltaba de alegría y yo le indique como podía ir moviéndolo y no voy a negar que yo también me alegré, pues volví a ser niño por un instante. - Gracias tío, dijo mateo y me abrazo, en realidad no esperaba esa reacción pues la barrera que hay entre su padre y yo ha impedido que yo tenga una relación normal con el niño. - Bastián, y a ti quien te dijo que podías encender el carro de mateo, yo había ordenado que lo guardara. - Gabriel es navidad, deja que el niño disfrute un momento su regalo. No les va a pasar nada. Respondí tratando de restar importancia a lo sucedido - Cuando tengas tus propios hijos decidirás cuando deben disfrutar de sus juguetes, mientras tanto no te metas. Dijo Gabriel en un tono bastante alto. Liz intento intervenir en la situación pues a ella no le parecía tan grave que el niño jugara con el carro, pero Gabriel la fulmino con una mirada y se quedó callada. Yo no puede aguantar más y decidí despedirme, no quería estar allí. Mientras conducía a mi apartamento decidí idear alguna excusa para no volver en la cena de año nuevo, no quería otra cena incomoda en mi vida. Cuando era un niño debía acatar las tradiciones y obedecer a mis padres, pero ya tenía 28, debía a empezar a realizar cosas de acuerdo con mis pensamientos y sentimientos. No me siento bien en las reuniones familiares pues no asistiré a la próxima y punto. No tengo idea donde recibiré el próximo año, pero no será en la tradicional cena de los Melzer.
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