+ALEJO+ Marcus entró en mi oficina sin llamar, como era su costumbre. Eran cerca de las 5:00 p.m. y yo estaba mirando un informe financiero, aunque mi mente estaba aún atascada en el ascensor. No he dejado de pensar en ella. —¿Qué pasó, Alejo? —dijo, dejándose caer en el sofá de cuero con su habitual desparpajo—. Hasta ahora te puedo ver para que me cuentes el chisme, sabes que nosotros vivimos de la vida, del trabajo, del dinero y de la vida ajena. Dejé el informe a un lado. No podía mentirle a Marcus, no sobre esto. Él era mi ancla de realidad. —Nada —respondí, pasando una mano por mi cabello—. Ella vino llorando esta mañana. Se fue de su casa, síi, ya, no me mires, sé que esto pasaría, problemas de familia, ¿es normal? Marcus levantó una ceja, la burla desapareciendo de su rostro.

