Freya ha estado inquieta, sus hormonas revueltas no la dejan tranquila, realmente ya no es la misma de antes. Su cuerpo va cambiando día con día, sus emociones la traicionan continuamente, el estar alejada de Axel la deprime, pero se abstiene de no llamarlo, no quiere que él piense que ella lo asfixia. —Tu padre es un tonto, si supiera lo mucho que lo extraño. —acostada en su cama acariciando su vientre un poco abultado—Es mejor que me duerma, cuando pienso en él lo deseo mucho. Freya cae en un sueño profundo, con un sueño relajador. Axel llega a la mansión, su madre sabia de su regreso, lo espero hasta altas horas de la noche en la sala, al oír el auto aparcarse y ver las luce, supuso que era su hijo. Su corazón se le aceleró, porque tenía mucho tiempo de no verlo, temía por su segurida

