❃ Capítulo 5: Incomodidad ❃

3216 Words
≻──────────── ⋆ᜊ⋆ ────────────≺ Jayden mira detenidamente la bandeja vacía que descansa en la mesita de noche y exhala mientras aprieta sin darse cuenta su pantalón. Pese a lo que creyó la noche de ayer, se quedó completamente dormido apenas tocó la cama, quizás se debió al cansancio extremo o a la gran conmoción que sintió, pero pudo dormir tranquilo. Claro, eso sólo hasta que tuvo pesadillas y se despertó para darse cuenta que alguien entró a su habitación. Jayden se quedó tan quieto en ese momento que ni siquiera el movimiento en su pecho al respirar pudo notarse. Al principio por miedo al no saber quien era, luego por reconocer el aroma de quien dice ser su compañero. Entonces frunció el ceño al notar que el aroma de Kailer estaba tan fuerte que parecía que llevaba mucho tiempo en la habitación, Jayden sabe que eso es imposible, él nunca se mantendría dormido si alguien estuviese en su recámara y mucho menos después de tener una pesadilla. Aunque extrañamente su lobo se siente algo tranquilo cuando él está cerca, Jayden aun desconfía y no se permitiría bajar sus escudos. Para su buena suerte Kailer no se quedó tanto tiempo y pudo respirar con tranquilidad. Al abrir los ojos notó que era de noche y que en su mesita Kailer dejó una bandeja con comida. Con un poco de apetito Jayden comprobó que la comida no tenía veneno o alguna droga y luego comió. Después de ello no pudo dormir en toda la noche, sólo dormitaba unos pocos segundos antes de volver a abrir los ojos. Se estuvo cuestionando toda la noche que tan sensato fue permanecer en Yaren y establecerse… y qué tan estúpido fue al creer que podría llevar una vida normal y escapar de su pasado. «Jayden, tranquilo, nos hemos estado preparando todos estos años para escapar si hay riesgos» —la voz de su lobo se escuchó en su cabeza. «Todo se arruinó Anker, permití que nos atraparan y nos trajeran a esta manada, lejos de todo y llena de lobos más fuertes que nosotros» «Estaremos bien aquí, te lo prometo» «No puedes saber eso» «Pero lo hago, algo en mí me dice que estaremos bien ahora» «¿Qué sientes?» «No estoy seguro…pero es como… tranquilidad» La voz de Anker sonó tan segura que Jayden por una milésima de segundo le creyó, sin embargo, todo el dolor que sintió en su vida volvió a su mente y supo que es imposible para él estar bien, nunca lo estará independiente de como resultaran las cosas, perdió mucho en esta vida, cosas que son imposible de recuperar. Por ello y con ese pensamiento en mente es que Jayden nunca le dará la oportunidad a nadie de volverlo a lastimar. El precio que pagó por no reaccionar a tiempo fue demasiado y no pasará por ello nuevamente. Cuando se calmó lo suficiente, se armó de valor y salió de la habitación, eran pasadas las 12 medio día y sólo se quedó en el cuarto por miedo, pero no puede pasar todo el día encerrado dado que tiene asuntos que arreglar en la clínica y ciertamente con Kailer. La casa es lo suficientemente grande como para perderse, no obstante, Jayden recordó el camino de ayer y lo recorrió. Al estar en la planta baja observó por todos lados y frunció el ceño a no ver a nadie, se sintió tentado en ir a revisar las cerraduras, pero extrañamente está más cómodo dentro de la casa que afuera. Tocó su estómago y siguiendo sus instintos recorrió la planta baja y después de un rato llegó a la cocina. Sus pasos se detuvieron al ver a una señora de unos cuarenta y tantos años en ella. Jayden rápidamente sacó conclusiones y la etiquetó como la madre de Kailer así que intentó regresar sus pasos, pero fue tarde. Los ojos de la mujer se posaron en él y después de unos minutos de silencio en los que a Jayden casi se le sale el corazón, la mujer sonrió. —Buenas tardes, cariño. —Jayden boqueó algunas veces antes de murmurar: —Buenas tardes. —Debes ser Jayden, el compañero de Kai. —Aunque sonó como una pregunta Jayden supo que fue más una afirmación y él no pudo decidir si negar o confirmar sus palabras. —Perdón, no quise molestarla. —Oh no, tranquilo—sosegó su inquietud—, estoy preparando el almuerzo. —Asintió y con un poco de recelo siguió su camino y tomó asiento en una de las sillas que acompañan la mesa de la cocina. —¿Tienes hambre? ¿a eso viniste o estás buscando a Kai? Asintió y luego negó. —Sólo venía por algo de comer. —De acuerdo, en un minuto te atiendo. —Al no ser su casa Jayden no exigió nada ni se negó a ser atendido, sólo esperó pacientemente. —El almuerzo no demora en estar listo así que sólo te preparé un emparedado y ¿qué te parece un café? —Por favor. —Bien. —No tardó mucho en poner ante él una tasa humeante con café y un tarrito con azúcar a un lado. —Muchas gracias. —Jayden no toma mucho café, pero la verdad no durmió bien y quiere mantener su energía. Se llevó la tasa a los labios y rápidamente un delicado sabor con toques florales y de frutas tropicales bañó sus papilas gustativas. —Está delicioso. —Son granos Tiara. —Informó la mujer. Jayden escuchó algunas veces de ellos así que asintió y siguió bebiendo. La mujer le sonrió antes de seguir haciendo lo suyo. Jayden, por su parte, simplemente la observó mientras comía. Hace ya mucho que no siente esa sensación de hogar, no porque sintiera que estuviese en el suyo ni mucho menos, sino por lo familiar que le resultó ver a una mujer cocinando mientas él come un emparedado. Claro, en esta ocasión falta su mejor amigo junto a él, mientras que este se quejaba con su madre por querer más a un extraño que a su propio hijo. Eso lo hizo sentirse nostálgico. —Si sigues con apetito puedo prepararte algo más. —Oh no, gracias, así está bien. —La mujer retiró el plato y después de unos minutos tomó asiento frente a él. —Los chicos me contaron como se conocieron Kailer y tú. —Jayden se tensó un poco haciéndose cientos de ideas en la cabeza de lo que la mujer diría a continuación—. No tuve la oportunidad de agradecerte por salvar su vida así que en mi nombre y en el de los chicos te doy las gracias. El beta se sorprendió y luego se avergonzó un poco debido a sus pensamientos. En el momento en que la mujer agradeció por la mente de Jayden sólo pudo resonar un pensamiento: “Ojalá no lo hubiese salvado, así no estaría aquí” Luego se dio cuenta que lo que pensó fue demasiado cruel y se avergonzó de si mismo, sin embargo, no se reprochó nada, sus pensamientos no son tan descabellados si lo miras desde su perspectiva. —Sólo estaba haciendo mi trabajo. —No dijo más ni alardeó sobre ello porque justamente hizo lo que dijo: salvar a un animal herido, o a lo que creyó que era uno. —Eso hiciste. —Todo el cuerpo de Jayden se tensó al escuchar el murmullo y ni siquiera giró para mirarlo. —Regresaste. —Kailer se acercó a la mujer y le dio un beso en la frente. —¿Dónde están los demás? Necesito hablar de algo importante con ellos.—preguntó echándole una ojeada a Jayden quien al parecer encuentra muy interesante la taza casi vacía. —Sehan y Chad están en el pueblo, los envié a por algunos ingredientes. No deben tardar. —Kailer la observó y luego asintió comprendiendo. —Minsaik está en lo suyo, no lo sé. —¿E Imre? —Con Verónica, lo está cambiando. —Iré a verlo—informó para después decir—: Cuando lleguen los chicos dile que los necesito ver en el despacho. —Siéntate a la mesa, el almuerzo casi está, Imre está bien y puedes verlo después. —Nana, debo… —No debes hacer más que sentarte a la mesa y esperar el almuerzo, esta mañana no desayunaste—luego miró a Jayden—, además, tu compañero está aquí, ve a esperar con él. —Al ser involucrado en la conversación levantó la mirada para negar, pero al ver los ojos de Kailer simplemente permaneció en silencio y volvió a bajar la mirada. —Andén, no pierdan el tiempo aquí. Sintiendo la mirada de Kailer en sí, se tensó y dejó de respirar a la espera de las palabras del hombre, pero estas nunca se escucharon y en cambio Jayden lo sintió irse. Levantó la mirada para tan sólo ver la espalda de Kailer y por algún motivo se entristeció, pero rápidamente recuperó la cordura y exhaló todo el aire que estuvo conteniendo. —¿Qué haces allí todavía? —Yo… —Adelante, ve con tu compañero. —Jayden separó los labios intentando decir que Kailer no es su compañero, pero dándose por vencido inhaló y se dispuso a ir a la sala. A llegar vio a Kailer leyendo mientras descansa sentado en una de las sillas que acompañan la mesa e indeciso de que hacer camino sigilosamente y tomó asiento en el extremo más alejado queriendo evitar al alfa. Se mantuvieron en silencio por un buen rato, ambos intentando evitarse lo más posible, pero es tan incómodo que casi no pueden resistirlo. —¿Pudiste descansar a noche? —lo escuchó decir, y aunque agradeció que el incómodo silencio terminara, también lo hizo sentirse más nervioso. —Algo—murmuró sin desear decir mucho. Jayden siente que su corazón en algún momento se va a detener por lo rápido que está latiendo. —Hmm. Levantando su mirada de la tableta, Kailer observó con detenimiento a Jayden y le dolió lo que vio. Su compañero está tan nervioso y preocupado que el olor que emana de él hace hervir la sangre de Kailer. Esa impotencia de saber que no puede hacer nada por su compañero, que está atado de pies y manos, y que su presencia le causa daño a Jayden, lo está volviendo loco. Perdiendo un poco el control apretó la tableta entre sus manos y en el momento que escuchó el chasquido que hizo se dio cuenta de su error, pero ya fue demasiado tarde. Jayden reaccionó de mala manera encogiéndose en su asiento tratando de hacerse más chiquito mientras tiembla. Evitando sobresaltar más a Jayden tomó algunas respiraciones y dejó la tableta a un lado. Quiso hacer y decir algo más, pero sabe que lo va a empeorar así que simplemente se quedó en su lugar; por suerte los chicos regresaron en ese momento e Izara salió para recibirlos. —¿Hicieron todo lo que les pedí? —Preguntó revisando los cartuchos que traían. —Por supuesto, no volveríamos si faltara algo. —A pesar de su aceptación la mujer siguió su inspección y al notar que estaba todo, los dejó seguir. —Oh, niño Hoel. —Nos lo encontramos en la entrada del puebla así que lo obligamos a venir. —Sólo me tuvieron que hablar de tu comida y acepté de inmediato. —Se acercó a la mujer y la abrazó. —Que bueno que están todos, ya pueden pasar al comedor. Entre risas y palabrería se sentaron a la mesa y Jayden esperó que todos estuvieran allí para aparecer y pasar desapercibido, pero se equivocó, en el momento en que apareció las personas se quedaron en total silencio poniéndolo aun más nervioso. En ese momento su instinto le dijo que diera la vuelta y volviera sus pasos, pero Izara lo detuvo. —Toma asiento cariño. —Gracias, pero creo que mejor… —no sabes si hablo demasiado bajo, pero la mujer y hizo como si no lo escucharás. —Aquí, junto a tu compañero— volviendo su mirada—, ese ya no es tu lugar, muévete. —¡Pero nana! —se quejó Chad. —Pero nada. —Lo tomó de las orejas y mientras Chad se iba quejando Izara lo iba jalando hacía otro asiento para después invitar a Jayden a sentarse. —Ya las chicas traerán el almuerzo, compórtense. Con recelo, Jayden tomó asiento en el lugar indicado y en el momento que lo hizo sintió algo jaloneando su alma. No sabe si fue por estar muy cerca de Kailer o por el peculiar olor que emana del hombre, pero fue una sensación muy horrible que le erizó los bellos y le hizo sentir ganas de llorar. Es como si su alma estuviera reconociendo algo que él no podía hacer. Sin tener plena conciencia llevó su mano a su pecho y apretó con fuerza tratando de calmarse. —¿Qué tienes? —escuchó así que levantó la mirada notando que todos lo observaban—, ¿dónde duele? —Estoy bien—murmuró sin comprender porqué todas las miradas están sobre él, incluso la del hermano mayor de Kailer a quien Jayden no notó llegar. —¿Seguro? —Asintió—. ¿Entonces por qué estás llorando? Asombrado se llevo sus dedos al rostro para descubrir que es cierto. Sin saber como responder rápidamente inventó—: Tengo resecos los ojos, eso es todo—rápidamente limpió el rastro de lágrimas. —¿Hay silencio?, esto es impresionante. —Izara entró al comedor seguido por dos mujeres lobas las cuales traían el almuerzo. —Nana—Minsaik corrió hacia ella y la estrechó entre sus brazos. —Mira nada más, sólo nos vimos esta mañana. —Te extrañé. —Apresúrense a almorzar que deben volver. Todos se acomodaron en su lugar e ignoraron completamente la presencia de Jayden quien también ignoró parcialmente la del resto y sólo pudo tomar algunas porciones pequeñas que están cerca de él dado que no desea hacerse notar. Diferentes pensamientos y sentimientos rondaron su mente y el corazón de Jayden, pero todo se puede resaltar en una sola palabra: incomodidad. Por más que deseó ignorar la presencia del resto fue totalmente complicado, el comedor no sólo está repleto de hombres lobo, sino que dos de ellos son alfa y el resto están en un rango más alto que él en la escala de los betas. Jayden tuvo que hacer esfuerzos para abrir su boca y que la comida pasara su garganta. Gracias a Dios su tortura no duró mucho y en el momento en que terminó el almuerzo cada quien tomó camino diferente. Jay, por su parte, siguió a Hoel deseando preguntarle por Theo ya que su celular está completamente dañado, pero al momento de intentar hablar Kailer apareció asustándolo. —Hoel… —se cayó al ver a Jayden—, ¿qué pasa? —Nada, yo sólo… —¿Me buscabas a mí? —preguntó Hoel a ver la mirada de Jayden sobre él. —Hmm. —¿Qué sucede? Pero Jayden no respondió, sus pensamientos se volvieron caóticos por instantes. ¿Está bien preguntar por Theo en presencia de Kailer o siguiera hablar con Hoel? ¿Y si se molesta? —¿Quieres saber de Theo? —fue fácil leer en los ojos de Jayden lo que desea así que rápidamente preguntó. —Sí, mi teléfono está dañado, no he podido hablarle. —Lo dejé en casa de sus padres, él está bien. —Gracias—murmuró. —Aquí. —¿Hmm? —Levantó la vista y se concentró en la persona que habló. —Puedes utilizar mi teléfono para llamarlo si así te sentirás mejor. —Un poco conmovido Jayden tomó el celular y asintió hacia él. —Yo… gracias. —Alejándose de ellos fue a su habitación para así poder estar más cómodo. —Hola. —¡Theo! —¡Jayden! Ay Dios mío, llevo toda la mañana intentando comunicarme contigo. ¿Cómo estás? —Estoy bien, es sólo que mi celular se dañó y ya no enciende, hasta ahora puedo comunicarme contigo. —Me alegro saber que estás bien, estaba tan asustado, creí haber cometido un error al enviarte allí sólo. —No es tan malo—mintió para no preocuparlo—, sólo algo incómodo. —Resiste, sabes que si necesitas algo aquí estoy para ti. —Hmm, lo sé. —Theo es todo lo que tiene. —Yo estaré allí en unos cuantos días, por favor resiste. —Estaré bien—prometió. Hablaron un poco más entre ellos de las cosas que sucedieron la noche anterior y del como está cada uno de ellos respecto a lo ocurrido. Uno encontró a su compañero y el otro descubrió que alguien más tenía la esencia de su destino, además, a raíz de esto, terminaron metidos en una guerra entre manadas que puede llegar a perjudicar la vida de ambos. Es increíblemente complicado. —¿Te sientes obligado? —Siempre quise saber lo que se sentía tener un compañero, pero… no lo sé, ahora que lo tengo no sé como manejarlo—exhaló—; yo soy humano y él un hombre lobo, no somos compatibles. Es bien sabido que un compañero te hace más fuerte, pero yo… no hay nada que pueda ofrecerle. Sólo seré una carga, no quiero hacerle eso. —Yo no tengo mucho que decir al respecto, pero sé que si son el destino del otro es porque ambos tienen la posibilidad de fortalecerse entre sí—se tomó unos segundos y luego continuó—: no porque mi destino fue un fracaso significa que el tuyo deba serlo, a lo largo de los años vi destinados amarse y dar su vida uno por el otro, si eso es lo que deseas, tómalo, no lo dejes. —No lo sé. —Ser humano no es un impedimento, tuve un mejor amigo antes, Johan, él era un híbrido, su madre era humana y su padre un hombre lobo—tomó unos segundos para suprimir sus sentimientos, ellos son uno de los pocos recuerdos bonitos que tiene—. Ellos, para mí, son la representación de un verdadero compañero, el vínculo que existía entre ellos era maravilloso, siempre deseé algo así para mí—esto último lo murmuró. —Comprendo lo que dices, pero hay muchas dudas en mí y tantas preguntas que sólo llevan a más preguntas sin respuestas. —Habla con Hoel y explícale como te sientes; él aclarará tus dudas y preocupaciones. —Eso haré... pero más adelante, después de que todo se calme. —Sólo recuerda que eres el único que puedes decidir sobre tu futuro, nadie más. Aunque le dijo esto a Theo, Jayden está tratando de recordárselo a sí mismo. Aunque está en Índigo en ese momento y necesita de la protección de Kailer, él es libre de tomar sus propias decisiones, nunca más permitiría que alguien sobrepasara sus límites, sabe que no es lo suficientemente fuerte, pero eso no quiere decir que no pueda defenderse. Tomará medidas drásticas de ser necesario. ≻──────────── ⋆ᜊ⋆ ────────────≺
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