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2441 Words
Llovía, llovía verdaderamente a cantaros, y ella estaba en su clase de ballet, con su mente más enfocada en cómo iba a volver a su casa dado a que sus hermanos habían estado últimamente muy atareados con su trabajo y solamente quién es más le prestaban atención eran sus custodios y el chofer. Con modestia aparte Samanta bailaba como los dioses, parecía algo inculcado ya en sus venas, cuando se ponía sus zapatos de punta parecía que los mismos eran una extensión más de su cuerpo. Sus movimientos eran delicados, livianos y por sobre todas las cosas muy agraciados y envolventes cuando empezabas a mirarla danzar no podía quitar la vista de ella y no por nada era la principal de casi todos los solos de aquélla compañía de ballet, había recorrido el mundo de la mano de la danza, pero hace ya algunos años cuando sus padres fallecieron debido a los gajes del oficio su hermano Elian, le prohibió de todas las maneras posibles salir del país sin compañía de ellos... Es por eso que bajó un poco de influencia por el apellido muchos de los campeonatos internacionales se hacían como sede en Moscú. —damos por finalizada la clase de hoy señoritas, que tengan un excelente tarde— la profesora sin un sola mueca de encanto en su rostro las despide. Samanta suspira y camina con sus pies más adoloridos que nunca, en dos semanas representará de nuevo a su país, pero la diferencia es que esta vez el show será pura y exclusivamente sólo de ella. Se está esforzando tomando dos clases diarias de ballet más el entrenamiento que hace en su casa. Se coloca unos jeans boyfriends por encima de sus mayas, y un suéter de lanilla n***o junto con un tapado el mismo tono. Cambia su zapatillas de punta por unas Vans negra intrusa su mochila en su hombro para salir a buscar a su chofer entre aquel diluvio. Pero se sorprende gratamente cuando encuentra la camioneta de su hermano mayor esperando por ella, quien le sonríe con delicadeza y camina hacía él, uno de sus estudios quienes la esperaban en el hall principal donde ella tomaba sus clases de ballet le sostiene un paraguas sobre su cabeza para que no se moje. —¡¡viniste!!— se sorprende con una gran sonrisa en su rostro. Él le guiña un ojo y asiente. —¡así es... aca estoy!— bromea poniendo sus ojos en blanco. Ella lleva una mano hacia su cadera quebrando la misma y mueve su cabeza hacia un costado analizando a su hermano mayor. —¡¡¡pensé que ibas a estar ocupado!!!— él hace una mueca con el rostro y le abre la puerta del copiloto. No era demostrar muchos sentimientos pero la verdad es que con su hermana pequeña no podía evitar ser de que el modo porque ella parecía estar prácticamente la luz de sus ojos, siendo tan inocente y tan ajena a todo lo que ocurría a su alrededor e incluso en su familia. —¿No te alegra verme?— sonríe burlón. —¡¡¡si!!!— exclama con un poco más de emoción de lo particular. Elian sonríe. —entonces eso es lo que importa— asegura subiendo sus hombros, sin querer darle muchas vuelta más al asunto. —¡¡gracias por haber venido a buscarme!!— Elian prende el motor y ella se acomoda mirando con atención todo el protocolo que se arma a su alrededor mientras ellos se disponen a salir hacia su casa. Estaba acostumbrada a los custodios y a la gente acá siempre rodeaba a su hermano pero eso no significaba que no le cayera Por supuesto que en absoluto en Gracia porque siempre se sentía ahogada por los mismos, Aunque había aprendido con el pasar de los años a no quejarse de aquello y a convivir con los mismos, fingiendo que no existían cuando de igual manera ella sabía muy bien Que si estaban ahí. —estaba terminando unos negocios por las zona, pensé que sería bueno verte— sube sus hombros sin decir mucho más. Samantha infla su pecho y muerde su labio inferior emocionada. —¡tengo que aprovechar porque no sé cuánto va a durar este momento!— sonríe mostrando una vez más su emoción. Elian sonríe mientras que niega con la cabeza. ♥♥♥♥••••♥♥♥♥••••♥♥♥♥ Elian suspira cuando dos toques son dados en su puerta llamando su atención, —adelante— sisea de manera ronca y avasallante. Si alguien se tomará el tiempo para preguntarle qué es lo que le ocurría lo primero que el podría llegar a responder es que en este preciso instante no quería hablar absolutamente con nadie, pero lamentablemente tenía un imperio que seguir manteniendo y no había descanso en absoluto para su persona sea lo que sea que sucediera en su vida. —señor, el funeral de su hermana comienza en cincuenta y ocho minutos, su auto está esperándolo para cuando guste salir— él asiente acomodándose su corbata negra frente al espejo. La casa ésta en absoluto silencio, desde unos días que es así, ya no se escucha a Sam discutir con Malcolm, incluso este último ya no se queja de las órdenes que su hermano le pone... Y eso realmente es algo hasta bastante extraño para el castaño pero no objeta absolutamente nada porque siente que hasta incluso está viviendo en un sueño todavía. Su rostro se mantiene serio y pendiente de qué su atuendo quede rápidamente arreglado y prolijo sobre todo. Se encuentra cansado y agotado por sobre todas las cosas de manera mental, el cuerpo ya parecía estar en una especie de limbo en el que por más que se lo sobre exigiera no podía hacer más que caminar avanzar y elevar su vista para observar a su alrededor, sin embargo su mente lamentablemente no estaba funcionando de esa manera y él lo único en lo que podía pensar es en viejos recuerdos para con su hermana pequeña. —bien— es lo único que responde de manera seria. —¿lo puedo ayudar con algo más señor?— cuestiona aún desde la puerta. —que franco venga a mí oficina— el castaño hace un reverencia pequeña con su cabeza y lo deja en la soledad de su oficina. Elian suspira poniendo sus ojos en blanco cuando al fin se encuentra en absoluta soledad una vez más disfrutando del sonido ensordecedor de que nadie esté hablando y hasta incluso ni siquiera caminando. —¡Esto no tendría que haber sido así...!— chasquea la lengua hablando para él mismo... Espera impaciente a que su asistente llegue mientras que recorre la habitación con la mirada y evita dirigir sus ojos verdes hacía el bar que tiene en una de las esquinas, las manos le sudan desde la noche anterior, en la que se quedó velando a su hermana pequeña, pero eso no es toda la angustia qué él tiene, sino que a eso hay que agregarle que la muerte de la pequeña Samantha Fitzcher le traerá muchos problemas económicos con su principal rival... Y probablemente ahora eso mismo es lo que le estaba preocupando debido a que lamentablemente no existía ni una sola manera de poder revivir a su hermana y ya no había nada que hacer al respecto. —mente fría... Mente fría Elian...— se recuerda apretando sus labios. Se intenta autoconverser a sí mismo de que necesita estar pensando en lo que va a suceder en las próximas horas, para poder mantener su cabeza pensando nada más y nada menos que en eso para encontrar la solución y por sobre todo la forma correcta de poder seguir manteniendo ese trato que tanto le había costado conseguir. ♥♥♥♥••••♥♥♥♥••••♥♥♥♥•••• —¿Un acuerdo?— el rubio que tiene delante de él se ríe mientras acaricia la comisura de sus labios con irónia. —eso dije— responde impaciente y molesto. Su virtud más noble no era por supuesto que ser paciente y adecuarse a los tiempos de los demás, exactamente era todo lo contrario. —nosotros no hacemos acuerdos Elián, nosotros somos competidores, ponemos los límites y cada uno vuelve a su trabajo, no me interesa ser tu socio y a vos tampoco el mío— alza una ceja suspirando y dejando a un lado su vaso de whisky... Incluso puede llegar a sentir una carcajada por parte de Peter no pudiendo creer que le este intentando proponer aquella especie de trato. —¿Porque no escuchas la propuesta?— se ríe manteniéndose tranquilo. —esperaba que este encuentro fuera para agradecerme que te salve la situación el otro día, de cualquier manera me gustaría aclararte que lo hice porque mí hermano menor es amigo del tuyo, y él estaba en el medio de toda esa balacera, sino claramente no hubiera metido a mí gente en algo así...— alza sus cejas muy seguro de sus palabras. Cuándo el castaño pidió de reunirse con Peter Chevron supo que no sería nada fácil, eran comprtidores del día a día y su relación no era la mejor, pero con los últimos sucesos él esperaba poder proteger sus ingresos y a su familia. —en eso estoy de acuerdo, pero dejame recordarte qué hay mucha gente a nuestro alrededor que nos quiere sacar del mercado, y por más que seamos los mejores en nuestros rubros, yo estoy interesado en que dejen de tocarme la paciencia, quizás sí llegamos a un acuerdo podríamos tener más ganancias de las que ya tenemos,— Peter parece por demás cansado y aburrido. Y es por eso mismo que Elian le arroja unas cinco fotografías a ambos lados de sus vasos viendo que no va a aceptar tan fácilmente la unión entre ambos, el rubio alza sus cejas viendo a la hermosa no tan adolescente qué yace en aquellas fotos... —¿qué es esto?— cuestiona poniendo sus ojos en blanco. Elian chasquea la lengua y le sonríe de costado. —te agradezco lo que hiciste por mí hermano, yo te ofrezco a mí hermana para que hagamos una unión entre ambas familias— Peter se ríe sin poder creer lo que ésta escuchando... Sabía de lo cínico que podía llegar a ser Elian, pero no tenía ni la menor idea de que podía llegar a querer poner en juego a un m*****o de su familia tan solo por ser más poderoso, porque estaba más que claro de que esto no se trataba del dinero sino que del poder y de poder por sobre todas las cosas y valga la redundancia quitar cualquier competencia que pudiera aparecer a su alrededor. ♥♥♥••••♥♥♥••••♥♥♥•••••♥♥♥ —disculpe la demora señor— franco ingresa a la oficina y cierra la puerta detrás de él... —franco— Elián lo mira ofuscado por haberse demorado tanto, —¿Con que lo puedo ayudar?— el castaño parece no estar prestándole atención, su cara es de perros... Pero todo aquél que lo conoce está acostumbrado a aquello. —con que cuando solicito tú asistencia no demores ¿Quizás?— pregunta irónico, franco baja la cabeza y asiente. —si señor— no se molesta en dar explicaciones ya que sabe perfectamente que a su jefe eso no le interesa en lo absoluto. —despues del funeral quiero qué organices una reunión con Chevron, en algún lugar cercano a la locación, no es necesario que te diga que es absoluta discreción Franco... absoluta.— alza sus manos restándole importancia a las reverencias que le hace. Franco asiente apretando sus labios mirá a su jefe e intenta por todos los modos no —disculpe el atrevimiento de mí pregunta señor ¿Peter Chevron ésta invitado al funeral?— Elian rueda los ojos y relame sus labios, —irá de cualquier manera, él no necesita invitación para aparecer... pero puedo ver en tu rostro una preocupación... Así que voy a hacer breve... no generará un escándalo igualmente, no es su estilo— Franco asiente y se retira dejándolo de nuevo en absoluto silencio en la enorme habitación. Las conversaciones con su jefe se basaban nada más y nada menos en cosas puntuales para poder quitarle el menor tiempo posible Y de esa manera no abrumarlo de tanta información debido a que tampoco era el hobby favorito del castaño estar rodeado de gente. Mira su reloj pulsera y mide el tiempo qué queda para el funeral, va en busca de su celular y cuándo lo encuentra sobre su escritorio correctamente perfilado con su laptop no puede evitar centrar su vista en el portarretratos dónde su hermana, su hermano menor y él posan, traga saliva y guarda su celular en su bolsillo quitando la vista de allí... —Я собираюсь уничтожить тебя Шеврон (voy a destruirte Chevron)— es lo único que dice en su idioma natal mientras que termina de acomodar sus saco. Estaba con la cabeza completamente compenetrada en que su venganza tenía que hacerse realidad cuanto antes y es por eso mismo que iba a iniciar con la misma justamente en el funeral de su hermana y que él específicamente estaba esperando que Peter Chevron se presentará en el mismo. Creía qué la forma más importante del poder honrarla era justamente hacerlo en su funeral queriendo de alguna manera poder poner en marcha su idea cuanto antes. No había tiempo que perder de ninguna manera porque justamente no habían tenido tiempo para matar a su hermana cómo así también tampoco Peter Chevron había tenido tiempo para poder defenderla y mantenerla oculta de quién quisiera hacerle daño. Puede qué para otra persona hacer negocios en un funeral sea algo completamente de mal gusto pero para una persona como Elián no había tiempo en el que no se pudiera trabajar y en el que no se pudiera aprovechar para poder quitarse las cosas de encima y comenzar cuanto antes con la venganza que tenía planeada en su mente desde hace aproximadamente venticuatro horas atrás cuando se enteró del fallecimiento de Samantha. Elian no era para nada una persona común y es por eso mismo que no se caracterizaba como el corriente de la gente y con lo que ellos pudieran llegar a pensar o hacer en su situación, él pensaba y definía sus propias reglas en el momento menos oportuno para los demás y en el momento más oportuno justamente para él.
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