Capítulo 1

2254 Words
Dos meses después —Mamá. No encuentro mi camiseta roja—Cierro los ojos y hago una oración pidiendo paciencia. Es el inicio del año escolar. Miro de reojo a Demetrious que está sentado en la mesa de la cocina con su Tablet mientras lee las noticias —¡Mamá! —Dejo la taza de café— ¿mes oye? —Volteo y me encuentro con mi hijo sin camisa en la cocina. Está recién duchado, lleva vaqueros y tenis —Por Dios hijo. Búscala en la lavandería—Gruño —Eva dijo que no estaba allí —se queja —Entonces ponte otra— respondo—Si no la déjate en el canasto de la lavandería debe estar en tú clóset o debajo de tú cama —digo exasperada Marcella y Luca llegan a la cocina para desayunar ya listos. Marcella lleva vaqueros, una camiseta rosa, botines de unicornio que no se quiere cambiar y su cabello rojo está arreglado en dos coletas. Ambos toman asiento y se disponen a desayunar animados mientras mi temperamental hijo sigue de pie con el ceño fruncido. —Se te va a ser tarde —Asevero mirándolo antes de servirle un vaso de zumo a Marcela. —Quería usar esa camiseta en mi primer día—Farfulla molesto —Ve por otra camiseta Dylan —Demetrious lo mira de forma sería dejando a un lado su dispositivo —Si no hay de otra Al fin se va murmurando. Los chicos en la mesa están entusiasmados por su primer día y hablaban por los codos. Dylan está en segundo año de preparatoria, Luca ahora estaba en cuarto de primaria y Marcella en primero. Demetrious estaba nervioso por la menor del clan —Sabes que puedes buscar a Luca si necesitas algo ¿Verdad? Pongo los ojos en blanco al escuchar a mi esposo Marcella asiente también poniendo cara de fastidio porque es la millonésima vez que escuchamos las palabras de Demetrious —No me pongas esa cara señorita—Gruñe con falso disgusto. Me mira—Es idéntica a ti—Farfulla. Le lanzo un beso y sigo con mi desayuno Minutos después Dylan entra vistiendo una camiseta negra y no es porque sea mi hijo, pero es un chico muy guapo y durante este último año había adquirido el hábito de acompañar a Demetrious por las mañanas en el gimnasio que estaba frente a la piscina. Miro a Dylan y todavía recuerdo al niño que fue. Aún no quiero ser suegra Me estremezco con solo imaginarme. Mi hijo deja su bolso en el piso y toma asiento antes de servirse una torre de panqueques. —Apresúrense—Digo a todos— Rick y Finn esperan Nuestra seguridad seguía siendo importante para Demetrious a pesar que hace un par de años Tyler nos dejó para retirarse nos recomendó a este nuevo guardaespaldas que hasta ahora a sido muy eficiente y Demetrious está tranquilo —Papá. Soy el único chico de segundo que no tiene un coche Demetrious me mira. Él sabe lo que opino respecto al tema —Primero. No eres el único sin coche—Replico—Segundo. No creo que estés preparado para tener un coche —Mamá. Ya saqué la licencia ¿Para que la voy a necesitar? —Para manejar tu bici—Luca comenta desde el otro lado ganado una mirada asesina de Dylan. A su lado Marcella ríe —Dylan—comienzo—Vamos a comenzar el año escolar sin problemas—Pido—Dependiendo de tus calificaciones en el primer periodo hablaremos de un coche. También quiero ver qué de verdad eres responsable en tus cosas —asiente frenéticamente Me pongo de pie y miro a Demetrious —Que terminen. Voy por mis cosas y nos vamos —Ya oyeron a su madre. A terminar. Tenemos un día de locos por delante De locos es poco. Pienso mientras camino hasta la habitación que comparto con Demetrious desde años. Me detengo frente al espejo de mi tocador y me pinto los labios y acomodo la chaqueta de mi traje n***o combinado con una blusa de seda blanca y zapatos rojos. Mi cabello rojo lo había peinado alejándolo de mi rostro, pero caía por mi espalda. Pendientes pequeños de diamante era lo único llamativo a parte de mis anillos de boda. Como siempre, quería verme profesional en la oficina. Hoy teníamos mucho trabajo. Demetrious estaba ansioso por obtener la cuenta de un importante alemán dueño de una marca de coches y yo estaba apoyando sus esfuerzos. Después de hacerme un repaso bajo a la cocina donde encuentro a los chicos listos. Cada uno con sus morrales listos y ansiosos. Dylan acomoda su bolso antes de toma su bolsa de deporte y salir primero de la casa. Ignoro su comportamiento. Subimos al coche y hacemos el corto camino hasta la escuela A mí lado Demetrious mueve su pierna con nervios, se alisa la corbata y juega con su alianza de matrimonio. —Va a estar bien— Murmuro. Le hago una seña y al ver a Marcella sonriente. Resopla —Tienes razón. Es solo que ya no estará aislada en el jardín de niños con otro de su edad—habla en voz baja —Ahora habrán niños más grandes Asiento antes sus nervios. Yo también siento lo mismo que el, pero Marcella está creciendo. En minutos Rick estaciona frente a la escuela y los chicos bajan. Dylan el primero y nos mira —Papá. Necesito un auto —Lo que necesitas es concentrarte en tus —estudios Refutó molesta  —Mamá Su voz Denota enojo —Ten un buen día cielo —Adiós se aleja caminando hasta el edificio donde están los chicos más grandes —Brianna Demetrious susurra a mi lado —Dylan no necesita un auto amor —Está creciendo —Y se está convirtiendo en un joven mal humorado y algo superficial Las palabras duelen porque es mi hijo, pero es la verdad —¿No crees que eres muy dura con él? ¿Tal vez? —Mami. Ya sonó la campana—Farfulla Marcella. Dejamos el tema de Dylan y bajamos de coche Demetrious y yo. Luca y Marcella nos miran —Ten un buen día corazón— abrazo a Luca que tiene una sonrisa. Miro a Marcella—Diviértete y haz caso a la maestra bebé—me inclino, abrazo y beso a mi hija pequeña. —Aquí estaré a la hora de la salida—anuncia Demetrious llegado a mi lado para barrer a nuestra hija en un abrazo. Ella ríe pero papá no está para risas—Diviértete —Vamos Marcella—Luca la insta y vemos como ambos caminan lejos de nosotros y entran a la escuela junto a los demás niños —Podríamos haberla educado en casa— murmura Demetrious —¡Demetrious! —Me rio— Déjala vivir un poco —Está bien. Lo siento— toma mi mano y la besa —Vamos a trabajar señora Johnson —Vamos— respondo mientras subimos a la camioneta —A la oficina—anuncia a Rick que de inmediato se pone en marcha Como todas las mañanas llegamos a la empresa. Mi oficina está en frente de la suya —Voy a llevarte todo lo que prepare para el alemán—comento. Entro a mi oficina y dejando mi bolso en la entrada—Creo que sería muy bueno que le diéramos un par de opciones Sugiero tomando asiento detrás de mi escritorio. Mi esposo me mira desde el otro extremo pensando un poco —Habla con marketing y diseñó. Pudeles un par de opciones y que te hagan llegar el costo de cada una de las campañas Mi trabajo era trabajar mano a mano con ambos departamentos. Además de otras tareas que venían con el puesto. Demetrious me había dado mucha confianza para tomar decisiones. —Bien—Tomo mi portátil del escritorio, la abro Y la enciendo —Tengo que revisar algunos documentos—Rodea la mesa y se inclina para besar mis labios—Te veo a la hora del almuerzo —Vale cariño—paso mi mano por su rostro con afecto. Demetrious hace su camino fuera de mi oficina y se encuentra con Lili. Mi asistente —Señor Johnson —Liliana—asiente a ella retirándose. —Que manía de llamarme Liliana —cuchichea Sonrió divertida —¿Qué tenemos para hoy? Toma asiento frente a mí y comienza a repasar los pendientes ⭐⭐⭐⭐⭐⭐ —Demetrious. Tú yo tenemos ideas muy diferentes de lo que necesita un adolescente. Dylan no necesita un auto para ser guay. A su edad, yo iba en el autobús de la escuela Comento mientras disfrutamos de un almuerzo tardío. —Mi padre me regalo un auto cuando entre a primero de preparatoria Resoplo —Demetrious. Apóyame en esto ¿Si? —Brianna —Hay otra cosa que quiero discutir contigo—Lo corto. Tomo un sorbo de mi copa antes de mirarlo. —¿Qué será? —se recuesta en su silla mirándome —Pensé en operarme los senos Suelto rápido Su cara pasa de sorpresa a molestia —No lo necesita —¿Perdón? No te pregunté si la necesito. Te estoy informado mis futuros planes— suelto molesta —Eres mi esposa —Exacto. No mi padre— contesto—Lo quiero hacer por mí.  Marcella está más grande —Mi amor. No necesitas una operación —Si la necesito—Afirmo— Después de tres niños mis tetas miran en diferentes direcciones Y se ven tristes —farfullo con disgusto La cara de Demetrious se crispa —No me parece así. A mí me gusta cómo te ves. Brianna, eres una mujer hermosa y deseable. Créeme que he visto a muchos comerte con los ojos. Me cabrea, pero también me siento orgulloso de que estés a mi lado —Demetrious—susurro Intentado razonar —No Brianna. No quiero que te arriesgues a una operación innecesaria —Para mí es necesaria—Dejo a un lado el plato de mi comida y me pongo de pie. Salgo del restaurante molesta sin mirar atrás Escucho como Demetrious murmura algo. Subo a la Ranger. Segundos después este sube a mi lado —Vamos por los chicos a la escuela— le digo a Rick.  —Eres obstinada— murmura a mi lado Demetrious —El comal le dijo a la olla —gruño entre dientes Sabiamente Demetrious no dice más y me concentro en escribir a John Tipeo rápido. Segundos después llega la respuesta John Miro de reojo a Demetrious que está con el ceño fruncido Responde rápido No tengo seis años por Dios Soy una mujer hecha y derecha. Se que está ocupado con los gemelos, pero necesito hablar con alguien Responde. Sonrió —¿Con quién hablas? —Miro a mi lado para encontrar la mirada de mi esposo —John— respondo sin más y vuelve a resoplar al escuchar mi tono frío —Te amo cariño—Toma mi mano y la besa—Solo que no quiero que te pase algo —Hablemos está noche de eso ¿te parece? Trato de conciliar —Bien—acepta de mala gana. Llegamos a la escuela y ambos bajamos de la camioneta para esperar a los pequeños ya que Dylan debe estar por entrar a su práctica y Rick vendrá por el más tarde. Esperamos pacientes a qué los niños salgan y cuando vemos a nuestra pequeña en medio de todos los niños con una gran sonrisa respiró aliviada. Nos busca con la mirada y al vernos sus ojos tan parecidos a Demetrious se iluminan mientras corre hasta nosotros. Su cabello está algo alborotado y tiene las mejillas sonrojadas. Me rodea con sus manitas y me abraza rápido antes de mirar a mi lado y ver a Demetrious —¡Papi! —chilla arrojándome a sus brazos. Demetrious la carga y mira la cara algo sucia de nuestra hija. Ella es todo un desastre. Un hermoso desastre —¿Cómo te fue? —Pregunta ansioso —Me gustó mucho mi maestra y jugué en el parque con Daniela y Esteban Comienza a hablar hasta por los codos. Veo que Demetrious está visiblemente relajado y aliviado de que todo fue bien. Veo a Luca venir con pasos largos hasta nosotros. Al ver a Demetrious se ríe porque por lo general yo soy la que vengo por ellos. —¿Cómo te fue cariño? — pregunto poniendo un brazo alrededor de sus hombros —Todo bien mamá— responde con una sonrisa. —Bien. Todos suban—abro la puerta de la Ranger. Demetrious suelta a Marcella y pasa su mano con cariño por el cabello de Luca. La Ranger que Demetrious usa para su transporte estación detrás  y espera. —Los veo en la cena— Habla a los chicos. Me da un beso rápido—Te amo Suspiro resignada —Yo también cariño. Aunque a veces eres testarudo Toma mi comentario de forma jocosa y se aleja sonriendo. Mientras hace su camino al coche, veo como más de una mira a Demetrious. ¿Qué le podemos hacer? Pienso. Subo a la Ranger y emprendemos el camino a casa mientras escucho todo lo que mi cotorra hija me cuenta.
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