Capítulo 3

2793 Words
—Como puedes ver. Luján cubrió todo y el presupuesto está lo más detallado posible—Hablo la mañana siguiente en la sala de reuniones. Luján frente a mi está nerviosa. La chica es baja y delgada, su cabello n***o está cortado en capaz, sus ojos son oscuros y se ve profesional con su vestido rojo de escote cuadrado. La joven es excelente en su trabajo como jefa del departamento de marketing. Ella y su equipo son muy profesionales. Demetrious revisa todo de forma minuciosa.  Me habla solo lo justo. Está enojado. Anoche después de enviar a la cama a Marcella salimos en su coche y luego de veinte minutos paramos en la playa de Santa Mónica. Todo iba bien hasta que volví a tocar el tema de mi cirugía. Demetrious está en plan de burro y no quiere entender mi punto de vista. Flashback La brisa del mar refresca la noche calurosa. Demetrious y yo caminamos por el paseo marítimo que esta lleno de personas tomando algún trago en el bar y charlan pacíficamente. Ajusto con mi mano libre la chaqueta ligera que llevo, también me había puesto unos vaqueros y calzado un par de zapatillas de deporte. Demetrious por su parte llevaba una polera azul vaqueros y botas de combate.   Le doy un apretón a la mano de mi esposo para llamar su atención —Debemos hablar— le recuerdo cuando me mira.   Nos detenemos a un par de metros de la arena. —Si es referente a la loca idea de operarte. No hay nada de qué hablar. —Demetrious—mi tono es irritado— Estas siendo obtuso— cruzo mis brazos —¿Te has puesto a pensar que te puede sucederte algo?—pongo los ojos en blanco —No soy la primera, ni la última que se quiere operar las tetas —gruño —No Brianna. No te voy a apoyar en esto —¡Bien! —alzo las manos al cielo— Que no me apoyes no quiere decir que no lo haré—advierto de mala gana. Doy media vuelta y hago mi camino hasta donde hemos aparcados el coche. El regreso a casa lo hacemos cada uno sumido en sus propios pensamientos. Fin flashback —Todo me parece perfecto—Demetrious nos mira a ambas— Hoffman llega está noche y quiere reunirse con nosotros mañana a primera hora. Quiero esto mismo que me han presentado listo para poder discutirlo con él —Se pone de pie arreglando su traje azul oscuro— Eso sería todo Con eso deja la sala de reuniones. Le doy una mirada de ánimo a Luján. —No te preocupes. Le gustó —Se veía molesto— Susurra nerviosa —Mi culpa querida—Me pongo de pie, tomo la carpeta con el presupuesto —Permiso. Salgo de la sala de reuniones y me encamino hasta la oficina de mi esposo. Me detengo afuera de su oficina. Paso mis manos por el traje blanco que llevo y acomodo mi cabello detrás de mis hombros. Miro mis zapatos color rosa que le dan color a mi atuendo antes de abrir la puerta. —¿Vas a seguir molesto conmigo? —Pregunto. Me fulmina con su mirada.   —Si. Porque no quiero que te pase nada Rodeo el escritorio y lo enfrento —Amor—Mi tono es conciliador —No Brianna— dice en tono firmé— Me aterra que algo te pasé. No quiero que te exponga a una cirugía que no es necesaria —En eso te equivocas—Mi voz es baja— Si es necesaria para mí. No me siento cómoda con esa parte de mi cuerpo. Demetrious me barre y me sienta en su regazo. —Para mí, eres perfecta —dice— Vamos a hacer algo— susurra —Podemos dejarlo para principios de año— lo miro mal—Piensa un poco cariño. Tenemos este proyecto en puerta y vamos a estar muy ocupados, cuando menos nos demos cuenta tendremos navidad encima y será más trabajo Lo pienso un poco Si lo pone así. Tengo que admitir que tiene razón. —Si estamos más ligeros de trabajo dentro de un par de meses lo volveremos a discutir ¿Bien? Sus ojos grises me estudian un momento. Pienso que va a discutir, pero en cambio asiente de mala gana. —Bien. Pero tú entiende mis reservas Paso mi mano por su cuello con mimo y asiento. —Vale—concedo—Vamos a trabajar—le doy un beso rápido, pero él lo profundiza dejándonos sin aliento. —Eso es acoso laboral—susurro pegado a sus labios después que el beso acaba —Yo solo te acoso a ti —Farfulla entre risas. —Más te vale—Hablo levantándome de su regazo— voy a terminar de preparar todo para la reunión con el alemán. Lo dejo y hago mi camino hasta mi oficina donde pretendo concentrarme, pero a medio camino me detengo es seco al ver quién camina por el pasillo. —Debe ser una jodida broma—susurro. Elena Di Santino Está titubea al verme y su expresión es de horror. Hace años no veo a esta mujer y no la quiero cerca. Me trae recuerdos nada bonitos. Entre su hermano y padre quisieron acabar con mi familia, el padre de está manipuló a Fiorella y se aprovechó de su fragilidad mental solo para buscar dinero fácil y así cubrir sus negocios ilícitos. Ella es la mujer con la que Demetrious se metió después de pensar que lo había engañado y llevaba el hijo de otro. luego de eso, intento meterse en mi matrimonio con Demetrious, sin contar que Fiorella en su momento la adoraba y quería a fuerza que ella y Demetrious fueran más que una vieja historia. —Brianna —Su voz es serena, pero veo como agarra con fuerza su bolsa de mano. Su cabello castaño está en un elegante recogido y un maquillaje sobrio. Lleva un vestido rosa viejo por debajo de sus rodillas con escote barco, sandalias negras delicadas y la bolsa de mano hace juego con las mismas. —¿Qué buscas Elena? —mi tono es sereno, pero estoy lejos de sentirme así. Sus oscuros ojos miran alrededor y es cuando me percató que los empleados están atentos al intercambio. —Vengo a hablar con Demetrious. Necesito devolverle algo — Hasta donde yo sé tú habías desaparecido de nuestras vidas. Demetrious te refirió con Andreas para que así pudieras salir de tu bache— La última frase sale algo dura. Pero su presencia me trae malos recuerdos. Su mirada es serena. Acomoda el agarré de su bolso de mano y es cuando me percató de que lleva una alianza de matrimonio No sé si felicitarla o compadecerme de su esposo. —¿Puedo pasar? Su tono es bajo. Me debato entre mándala a la mierda o dejarla entrar y saber que se trae.  No tengo tiempo de pensar porque la cotilla en mi gana. —Sígueme—Murmuro Sin esperarla hago mi camino hasta la oficina de mi esposo que tiene cosas que explicar. Abro ignorando a su asistente. Demetrious está al teléfono y me observa extrañado. Me hago un lado y dejo entrar a Elena. El rostro de Demetrious se vuelve pálido y balbucea al teléfono. Podría reírme si la situación me pareciera divertida. Pero no, tengo la sensación de que mi marido tiene que contarme algo. —Por supuesto— Se apresura hablar. Elena cierra la puerta y le hago un gesto que tome siento frente al escritorio de Demetrious —Bien Carson. Te enviaré mi propuesta para tu campaña Carson Philips es un filántropo muy importante en la comunidad de LA y siempre somos los encargados de llevar a cabo las campañas de recaudación de sus obras benéfica. Demetrious termina la llamada. Nuestras miradas se encuentran y lo miro con expresión interrogante, mientras Elena está sentada visiblemente incómoda. —Siento venir de esta manera tan abrupta—Comienza. Abre su bolsa de mano y saca lo que parece un talonario—Solo vine a devolverte esto—Lo coloca en la mesa y lo empuja a Demetrious que se ve sorprendido —Te dije cuando me prestaste dinero para empezar mi negocio que te pagaría y tengo palabra. Siento como el aire escapa de mis pulmones. Estoy atónita sin saber en qué momento mi jodido esposo le dio dinero a esta mujer y a cuenta de que. —No te estoy cobrando Elena —La voz nerviosa de Demetrious llena la oficina. —Mi esposo quería darme el dinero cuando se enteró de cómo había empezado mi negocio años atrás, pero le dije que yo misma pagaría mi deuda —De hecho, Hyde me pago hace un par de años ¿Demetrious conoce al esposo de esta mujer? No puedo está aquí. Sin decir nada abro la puerta y salgo como alma que lleva el diablo sin mirar atrás. Entro a mi oficina ignorando las miradas de todos y una vez dentro me permito respirar. —¿De verdad esto acaba de pasar? —Brianna— levantó la cabeza para ver a Lili, mi asistente asomar su cabeza. —Dime— Respondo lo más calmada posible. —Solo quería decirte que Luján me dejó las carpetas con la presentación de mañana —Comenta indecisa entrando a la oficina. Las deja en mi escritorio antes de retirarse sabiamente. Estoy dando vueltas en mi oficina como una leona enjaulada cuando de repente la puerta se abre y Demetrious aparece. —Brianna— comienza mientras cierra la puerta —Pensé que esa mujer ya no existía en nuestro mundo —Comienzo cabreada —En mi cabeza hace años que la descarte de mi vida y hoy me entrego que no solo has estado en contacto con ella si no que le prestaste dinero —Cariño—intenta dialogar. —Una Mierda Demetrious—hablo en voz baja porque no quiero que nos escuchen los empleados. Sin embargo, la ira en mi voz no puedo camuflarla— ¿Cuándo vino a buscarte? —Inquiero Por qué no me dijiste nada —Estabas a punto de tener a Marcella y no quería indisponerte—Me dejó caer en el sofá que está cerca de la ventana. —Ahora me esas provocando una úlcera—Gruño— ¿Por qué? —repito— ¿Para qué prestarle dinero? te recuerdo que su padre y hermano intentaron matarnos y amenazaron la vida de Dylan Su expresión se vuelve dura —¿Expiación de culpa? —hago un gesto interrogante con mis manos —No lo olvide—Habla entre dientes— Brianna. Es solo plata Rio sin humor y me pongo de pie enfrentándolo —Esto no es por plata Demetrious— lo miró fijamente —Esto, es porque esa mujer es detestable y lo sabes. Odio lo que ella representa en nuestras vidas —No volveremos a verla. Ella y su esposo viven en Seattle —No me lo puedo creer— Sonrió con tristeza—siempre has sabido donde vive ¿Cuántas veces la viste? —No me acuses de algo que no ha pasado— me fulmina con su mirada— Se en que ciudad vive por motivos legales. Brianna, ella vino a verme. Me presento un informe detallado de lo que quería hacer con el dinero, pero debido a la reputación de su familia todos la trataban como una paria. Ella está en el pasado, ahora vive feliz con su esposo. El hombre está en los bienes raíces. —Al que también conoces ¿Qué? ¿se llaman? Tienen algo en común— Se que me estoy pasando, pero la víbora en mi está encendida Las fosas nasales de Demetrious se expanden y respira profundo —No te pases Brianna —Eres un mentiroso—lo acuso— me dijiste que esa mujer estaba fuera de nuestras vidas y no es así —Cariño. Escúchame— niego. Paso por su lado, tomo mi bolso y cojo mi portátil —Me voy por mis hijos. Tengo mucho que procesar. Sin mirar atrás salgo de la oficina y pongo mi mejor sonrisa para aparentar que estoy bien, cuando lo que quiero es sacudir a Demetrious y hacerlo entender mi punto de vista Cómo de costumbre Rick está esperando por mí y subo sin decir nada. De inmediato se incorpora al tráfico. ¿Acaso me excedí? No lo creo. Niego mientras miro el tráfico de Los Ángeles. Siempre me he vanagloriado de tener un esposo sincero y transparente. No puedo sentirme más estúpida de lo que me siento. ⭐⭐⭐⭐ DEMETRIOUS Veo salir a mi esposa muy enojada de la oficina —¡j***r! —grito furioso No puedo culparla. Se que ella odia todo lo que tenga ver con los Di Santino. Saco el móvil de mi pantalón y marco mientras salgo de la oficina de mi esposa y voy a la mía ignorando las miradas curiosas. —Demetrious —Elena acaba de estar aquí para pagarme el préstamo y Brie se enteró de todo Gruño cerrando la puerta y dejándome caer en mi silla —Mierda amigo. Eso es una cagada monumental— mi amigo Dash habla en el otro lado de la línea —No tienes que decírmelo. Te llamo porque conozco a mi mujer y de seguro le va a contar a Agatha— Digo refiriéndome a su esposa —Gracias por la advertencia—Habla en tono serio —Sabes que estás ante un futuro tercer grado—hablo. Gruñe entre dientes. —Pero, tú no me habías dicho que el esposo de Elena te había pagado— Inquiere —El idiota no le comento nada—contesto— Maldito Hyde— farfullo cabreado —A ver tío. Cálmate —Me importa una mierda Elena. Lo que me jode es que Brie está enojada conmigo y no puedo culparla —Le ocultaste por siete años que habías ayudado a tu ex —No es mi ex —gruño dando un golpe a la mesa frente a mí y la portátil abierta tiembla —Bien. La mujer con la que te acostaste. Eso suena peor. —No sé qué hacer. Brianna se fue muy furiosa y herida —Tienes suerte de todavía conservar tus bolas— Hago una mueca —Andreas y yo te dijimos que no la ayudarás— Habla. Es cierto—Pero también debo admitir que llegue a pensar que nadie nunca sabría lo que hiciste ¿No será una especie de venganza? —No lo creo— Aseguro—Elena ya superó el pasado. Ella y Hyde son un matrimonio sólido Hyde era un tío majo que conozco desde años atrás. El hombre es dueño de una inmobiliaria muy selectiva en Seattle. Cuando vino a verme y me contó que se había casado con Elena y está le contó lo del dinero, él quiso cubrir la deuda de su esposa. No me importo. De hecho, me sentí aliviado de no tener que ver más a Elena —¿Qué vas a hacer? —¿Arrastrarme servirá? — inquiero sin saber que hacer. Dash ríe, pero yo no estoy para que no me tomen en serio. —Ya sé. Deja que se haga la operación—maldigo —¿¡Cómo coño sabes eso!? —Mi amigo se ríe sin humor —Agatha llegó a casa diciéndome que si Brianna se operaba ella también lo haría. Tuvimos unas palabras y por un momento creí que me iba apuñalar con el cuchillo para untar mantequilla. —¿¡Qué carajos les pasa a esas mujeres!? —exclamo Ese era un punto de inflexión entre mi esposa y yo en este momento. Me cago de miedo pensar en que le pase algo. Pero ella no entiende mi punto. —Mujeres obstinadas—comento—Te dejo—continuo—Solo quería advertirte. Necesito llamar a Andreas y hablar con él también. —Suerte amigo Cuelgo y me dispongo a llamar a mi otro amigo. Andreas me maldice y se cabrea conmigo, pero me aguanto. Ellos me aconsejaron no hacerlo. ¿Por qué lo hice? La verdad, Brianna dio en el blanco. Expiar culpas. Elena no es igual que su familia y al hundir a Güido y Gino Di Santino también la hundí a ella. Así que cuando ella vino a mí por ayuda no lo pensé. En ese entonces Brianna estaba por dar a luz a Marcella y no quería molestarla. Sin embargo, tenía que hacer lo que yo consideraba correcto. Ahora estoy jodido. Mí hermosa y dulce esposa se ha convertido en una fiera a la que hay que temer.
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