Le dejé un mensaje a Mateo, indicándole que lo vería a la hora del almuerzo en el departamento. La invitación de Federico me había dejado angustiada y pensativa, no podía concentrarme del todo en mi trabajo y menos con la incómoda presencia de Ian, quien me miraba de vez en cuando, sin expresión alguna.
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Ni siquiera sabía si contaba como invitación, fue una orden asistir con él, ¿y si no lo hacía? ¿Me iba a asesinar? Quería pensar que me estaba tomando en cuenta por ser la novia de su hijo y que tal vez me había ganado un voto de confianza, no invitaría a cualquiera a una inauguración de un bar, debería sentirme afortunada por la oportunidad, aunque no la quería, pues eso significaría que sus colegas y trabajadores de la mafia me verían, ¿y si Francisco asistía? Lo úl
