Caminé lo más rápido que pude entre los pasillos vacíos de la universidad. Mi corazón estaba latiendo a mil por hora, mientras que mis lagrimas salían de mis ojos cual cascada. Realmente desde que me casé con Sebastián, he recibido muchos golpes bajos por parte de todo lo que representa su vida, pero este golpe me ha dolido más que todos los demás.
Al llegar al estacionamiento, me doy cuenta que ya me estaba esperando el chofer bajo la nieve con un paraguas n***o, antes de entrar al auto y poder volver a tener la misma cordura de siempre, miró al joven de cejas pobladas que está frente a mí, inundado de frio mientras espera por mí. Yo teniendo en mente que Sebastián era un mentiroso e infiel, procedo a besar al joven chofer, haciendo que su calor corporal subiera al máximo. De pronto, si
