Había muchas cosas pasando allá abajó, podía escuchar el sonido de nuestros sexos golpeándose uno contra el otro como si fuéramos animales. Lo único bueno era que los dos eramos buenos atletas, así que esto fue mejor que mis entrenamientos en el estudio y supongo, que esto es mejor que entrenar en el gimnasio privado de la casa para él. Lentamente aferro mis manos sobre su cabellera, jalando las hebras de su cabello mientras de pronto lo siento pasar. Los dos gritamos con fuerza, a punto de romper los vidrios de las ventanas. Los dos mágicamente nos habíamos venido juntos. Nuestros cuerpos de pronto se empezaron a sentir como trapos, él cae al lado mío mientras yo miró el techo tratando de recuperar el aliento. Lo único que se escucha en esta habitación semi oscura, es nuestras respira

