11 de Diciembre de 1814, Londres. Un día de la semana anterior había sido una de las mejores noches que recordaba, ni siquiera sabía qué se celebraba pero eso no le importaba, Andrew lo había arrastrado a él junto con toda su familia (pues convenció a James y a Marcus de quedarse al menos lo suficiente para asistir a ese evento) a una velada íntima en su casa donde habían jugado varios juegos, cosas vanas y triviales. Lo extraordinario de todo ese asunto es que eran los únicos invitados, al principio sus hermanos estaban decepcionados de que las únicas damas eran su madre y su hermana, pero al pasar el rato se achisparon con la mezcla de vino, whisky y champagne, y comenzaron a disfrutar de la compañía familiar. ‒ Si lo vemos con detenimiento, podrías ser mi octavo hermano ‒ agregó Jose

