Lorenzo se despertó temprano, él no solía dormir mucho y al chocar con el cuerpo de la bella bailarina, su m*****o se despertó de golpe y toda su líbido se disparó. Comenzó a dejar rastros de su saliva por todo el sensual cuerpo de Edith. Poco a poco la fue despertando, disfrutando como nunca de la mañana. El fuego que provocó en las entrañas, fue una recompensa extra. Pronto Edith le devolvió cada caricia y cada beso. Lorenzo bajó hasta los pies de la stripper y subió de a poco, gozando como nunca antes, sintiendo como ella se estremecía de placer, al llegar a los pliegues de la v****a, se enterró en ella, saboreando el dulce sabor, que para él ya era único e inigualable, estuvo allí, sintiendo como ella se doblaba de placer, hasta que la llevó a la cima del placer, cruzando las fron

