Cena familiar

685 Words
Arianna, tenemos que hablar sobre un cambio importante en nuestras vidas—dijo mi padre con esa voz grave que se que son malas noticias Sentí cómo se me tensaban los hombros, aunque hice todo lo posible por mantener la calma —¿Qué pasa?— pregunté, indiferente —Tenemos que mudarnos a un pueblo lejano por trabajo— explicó mamá con voz suave —Acompañaremos a la familia Mountain. Será difícil, pero se que todo saldrá bien. Me encogí de hombros, —Está bien— murmure –Los espero como siempre. Entonces mi padre me miró, con esa mirada que parecía más un regaño, supe de inmediato que no estaba bien, se levantó y se acercó. —También vienes con nosotros, Arianna—dijo, y su voz tenía un tono amargo que me golpeó directo al pecho —No te vamos a dejar atrás. Además, tenemos que parecer una familia. En ese lugar hay ojos por todas partes… y necesitamos pasar desapercibidos. Sentí un nudo ahogándome la garganta. Asentí, apenas. Las palabras no salían. —¿Estás bien?— preguntó mamá, preocupada Volví a encogerme de hombros. —Sí. Solo que… fue un día agotador. ¿Es necesario entrenar tanto? Digo, al final es un trabajo de espías, no una guerra. Además, siempre estoy encerrada en este edificio. Me agota. Ambos se rieron, como si mis quejas fueran chistes —Sí, es necesario— dijo mi padre, sonriendo como si lo disfrutara —Las órdenes vienen de arriba, y ya sabes que no podemos decir que no. No dije nada. Aunque sabía que sus vidas estaban atrapadas en algo enorme y oscuro, aveces me pregunto, si es necesario saber más de la cuenta. ¿O no? Entonces mamá fue hacia la puerta. La abrió con calma, y apareció Ryder. Alto, ojos azules, cabello despeinado y esa sonrisa arrogante que me revolvía el estómago. Me tensé al verlo. —Hola, Ryder— saludó mamá con una sonrisa. Le dediqué una mueca automática. No sabía por qué me molestaba tanto. Tal vez porque él parecía libre, relajado… mientras yo solo conocía reglas, entrenamiento y encierro. Ryder se sentó junto a mí y le entregó unos documentos a mi padre. No pude evitar soltar un suspiro molesto. —¿Por qué él puede salir del edificio y yo no?— pregunté, sintiendo la frustración escurrirse en cada palabra. —Aún te falta, Arianna— respondió mi padres serio –Saldrás, cuando tengas al menos veinte. Ryder soltó una risa burlona —O al menos cuando puedas defenderte bien— añadió con tono arrogante —¡Ya sé defenderme!— dije, herida en mi orgullo —Además, tengo a mis padres. —Eso no es lo mismo— dijo, mirándome con superioridad —Un día tendrás que cuidarte sola. Me mordí la lengua para no contestar. Porque tenía razón. Pero no se la iba a dar. Un sonido fuerte vino dese afuera Todo cambió en un segundo. Mamá y papá se levantaron bruscamente. Intercambiaron una mirada que no supe leer. Algo no iba bien. —¿Qué pasa?— pregunté, pero me ignoraron. Ryder también se levantó. Me miró serio, muy diferente a su tono habitual. —No salgas por ningún motivo. Si pasa algo, grita o llámame. Iba a irse, pero volvió a mirarme, con una intensidad que me dejó helada. —No salgas. Es en serio. Entonces se fueron. La puerta se cerró detrás de ellos como un sello… y las alarmas comenzaron. —No es un simulacro. Nos están atacando. Por favor, busquen refugio inmediato Sentí cómo la sangre se me helaba. Corrí hacia el armario de emergencia. Antes, tomé el collar que mamá me había dado. Lo apreté contra mi pecho, como si eso pudiera protegerme. Me recogí el cabello en una cola alta, intentando sentirme lista, aunque por dentro no Me escondí en el armario, en el rincón más oscuro, abrazándome las rodillas. Las alarmas, los disparos, el caos… Todo me envolvía. Me tapé los oídos. Cerré los ojos. Ore por ellos, por mí por que lo que fuera que venía… pasara pronto.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD