Me dirigía a la fraternidad que me había asignado el director, sin embargo yo no era consiente de ello porque no podía parar de pensar en como soportaría vivir con esos chicos por algunos años. No tenía nada en contra de ellos, pero era más que obvio que podrían llegar a aprovecharse de aquello y a mi no me gustaba que un chico invada mi espacio personal. La idea de cambiarme a Klash constantemente se hacía presente, pero yo quedaría muy insistente y bipolar al pedirlo, además de que no sabría que me esperaba si me instalaba allí.
Propiedad privada; fraternidad Treck.
Observé aquel cartel de metal detenidamente, sus letras estaban bien talladas y parecía recién nuevo, aunque era fácil adivinar que solo lo habían cuidado bien. Las letras no solo estaban perfectamente marcadas, sino que también estaban decoradas con pincel al rededor como si fuese un marco, este poseía un rojo pasando a un bordo potente similar al color de la sangre, fingiendo serla, pero parecía más bien a la salsa de tomate.
Cuando deje de inspeccionar al cartel levanté mi vista para observar la residencia. Esta tenía puertas de vidrio espejado, por lo que pronto me escondí detrás de un árbol cercano; me sentía observada.
Unos segundos después, cuando la cobardía había abandonado mi cuerpo, asomé la cabeza y divisé una ventana cerca de la puerta.
Me acerque rápidamente a dicha ventana y observé a través de ella fijándome en que no hubiese nadie. Esa acción me hizo recordar las veces en las que yo me infiltraba junto a mi hermano a nuestra escuela de noche, siempre llevábamos vestimenta a estilo militar y lo practicábamos seguido, solíamos decir que para alguna ocasión nos serviría. Deshaciendo esos pensamientos y concentrándome en lo que estaba haciendo, avancé finalmente hacia la puerta. Observé hacia arriba, pero todas las luces se encontraban apagadas y, finalmente, con el pensamiento de que seguramente todos se encontraban en la universidad o en otro lugar, me adentré a la fraternidad.
Alcé la vista hacia una televisión encendida, entrecerré los ojos y se me hizo la idea de que el que la estuviese viendo estaría en el baño. No me equivoqué, ya que rato después se escuchó el ruido de la canilla abriéndose. Divisé rápido un sillón de cuatro y me escondí detrás de este tres segundos antes de que se escuche la puerta del baño abriéndose.
—¿Hay alguien ahí? —preguntó una voz suave que le pertenecía a un chico que probablemente era de esa fraternidad. Yo me maldije por dentro ya que su pregunta significaba que había escuchado un ruido extraño, pero con la televisión encendida pensé que podría confundirse, aunque me equivoqué—. No me tomen el pelo, sé que acá hay alguien —se escucharon los pasos alejándose y todo se quedó en silencio—, no estoy loco.
—¿Con quién hablas, Luke? —preguntó mi hermano por las escaleras, yo me asomé un poco y él logró observarme, abrió sus ojos en grande, pero rápidamente cambio su expresión a una neutral—. Estás loco —afirmó y se escuchó un suspiro por parte del otro chico. Se formó el silencio otra vez, pero luego se escucharon pasos subiendo las escaleras nuevamente.
—¿Dónde estas? —esa pregunta me hizo volver a la realidad, tenía que salir de ahí en algún momento. Se me ocurrió una idea justo cuando el tal Luke estaba caminando junto al sillón a punto de descubrirme y no me quedo otra opción más que realizarla. Puse mi pie por delante del suyo haciendo que se caiga, trate de no reír para que no reconozca mi voz, aunque sería difícil sin conocerme. Salí corriendo hacia las escaleras al notar que se había quedado inmovilizado en el suelo. A la mitad de la escalera me percate de que él ya había cobrado vida para perseguir al intruso, que en esa ocasión sería yo. Aumenté más mi velocidad, ya no me importaba que el chico descubra que yo me encontraba allí, en ese momento me preocupaba su reacción después de que lo haya tirado al suelo. Pase por la segunda habitación al finalizar de subir las escaleras, doble a la derecha para dirigirme a otro pasillo, pero en ese entonces sentí que un brazo me agarraba del estómago y ahogue un grito agudo; no podía haberme alcanzado tan rápido. El chico me metió en una habitación y me dio vuelta para que pueda divisar su rostro. Empujé hacia atrás a Tyler por el fuerte susto que me causó, él me siguió mirando por unos segundos mientras yo recuperaba el aliento.
—No debiste asustarme así —me pase una mano por la frente al sentir sudor, no sabía que podía agotar mis energías tan rápido.
—¿Prefieres que él te haya agarrado? —preguntó arqueando una ceja y yo negué rápidamente—. Eso pensé.
—¿El que me estaba persiguiendo es de aquí? —pregunté mirando hacia la puerta como si estuviese ahí, en realidad ni sabía dónde se encontraba en ese momento.
—Sí, y lastimosamente es mi amigo —dijo con una media sonrisa—. Vayamos abajo, necesito tomar algo-yo asentí estando de acuerdo con él.
Al bajar pude notar como 6 chicos estaban presentes en el comedor, el cual segundos antes estaba vacío a excepción de Luke y yo.
Todos los presentes estaban sin la remera, o por lo menos la gran mayoría. Mi hermano al ver esto, se dirigió al sillón, agarró una manta que estaba sobre este y se la tiró a Will.
—Se tapan ahora mismo —ordenó mi hermano, los chicos se miraron entre sí para luego ignorar la orden.
—No voy a taparme porque una chica ahora vive con nosotros, si quiso estar acá que ahora acepte las consecuencias —protestó un chico castaño de ojos verdes con pestañas largas, su labio inferior era más grueso que el superior, tenía varias pecas y nariz un poco larga. Luego me miró a mi y yo me encogí de hombros indicándole que no me interesaba, de todas formas era mejor para mí esas vistas.
Observé que todos se quedaron callados sin hacer nada y mirándose entre si, por lo que me acerqué a cada uno para saludarlos y luego aproveche para irme, pero uno de ellos me agarró de la muñeca.
—¿Ya te vas? Pensé que había que presentarse también —me dedicó una sonrisa y yo miré hacia mi hermano, quien se encontraba negando repetidas veces, supongo que trataba de decirme que era mejor irme, sin embargo hice todo lo contrario; le sonreí a ese chico.
—Soy Melody.
—Luke, el que te corrió por toda la casa—muchos no entendieron a qué se refería, pero a él no le interesó y me guiñó un ojo.
—Will —dijo levantando la mano el chico al que mi hermano le tiró la manta.
—Yo soy Conoor, preciosa —se colocó delante mío un chico alto -como la mayoría-, el cual tenía ojos marrones al igual que su pelo, poseía orejas pequeñas y algo puntiagudas y una dentadura perfecta.
—Ya basta, parecen patéticos desesperándose por una chica que ni conocen, no, esperen, lo son — comentó un chico castaño, tenía una estatura igual a la mía, ojos celestes, algunos que otros granos, nariz normal al igual que sus orejas—. Me llamo Cameron, un gusto —se acercó para estrecharme la mano y yo la acepté.
—Además, voy a matarlos si veo otra vez que se acercan a mi hermana —Tyler miró a todos con mirada amenazante, pero muchos ni lo notaron, hay algunos que incluso se rieron de aquello.
—¿Son 5 en total? —pregunté al contar a todos los que se presentaron hacia mi más Tayler, poco después me di cuenta que había uno recostado en el sillón que por poco más parecía muerto.
—Me parece que alguien no sabe contar bien —dijo asomando la cabeza el chico muerto. Cuando se levantó del sillón lo observé de pies a cabeza, tenía una buena musculatura y era una cabeza más alto que yo. Sus ojos eran negros intensos haciendo que no se puedan ver sus pupilas y sus labios eran carnosos. Su mirada estaba atenta a mi próximo movimiento, pero yo solo me quedé quieta observándolo por un tiempo que no sabría determinar—. Mi cara está acá —se burló mientras se señalaba el rostro y yo volví a la realidad, hice una mueca de asco para luego cruzarme de brazos.
—Solo pensaba en donde pegarte para que se te vaya lo pendejo —dije con una falsa sonrisa y él dejo su expresión de burla.
—Pero miren quien lo dice —fingió una risa como yo anteriormente lo había hecho—. Mejor que me respetes, acá yo soy el que mando.
—Uy, perdón, señor que manda —le dije sarcásticamente mientras me dirigía a la puerta—, no sabía que está residencia la habías comprado tu —cerré la puerta de un portazo detrás de mi y me dirigí hacia atrás de la universidad donde se encontraba un pequeño bosque, podría sentarme allí y relajarme un rato al menos.
Desde aquel bosque podía ver todas las residencias, era una total belleza ya que en esas horas de la tarde estaban las luces encendidas, dándole un toque más misterioso al ambiente. También se podían ver las hermosas estrellas junto a la luna llena que daba más luz que de costumbre.
De pronto escuché un ruido cerca mío, miré hacia mi izquierda y pude ver a una chica de mi edad que estaba sacándose selfies con su celular. Ella al parecer se sintió observada ya que me miró unos segundos después de que yo lo hiciera, me hizo una sonrisa y yo repetí su acción.
—Esta lindo el atardecer —comentó para iniciar una conversación, luego guardó el celular en su bolsillo trasero del jean n***o que llevaba puesto y se fue acercando de a poco a mi hasta quedarse sentada al lado. Yo sólo me límite en asentir dándole la razón—. Eres nueva —dijo haciendo más una afirmación que una pregunta.
—¿Acaso aquí todos se conocen? —La observé por primera vez a la cara, era morocha y tenía unos hermosos ojos verdes, además de que no tenía ninguna imperfección en la cara. Lo que más me sorprendió es que estaba muy alegre, parecía una chica muy positiva.
—Somos pocos los que reconocemos a los nuevos — respondió sin quitar su gran sonrisa—, podría decir que tengo una buena memoria —se halagó a ella misma, sin embargo no parecía ser creída, más bien podría decir que era simpática—. Soy Isabel, pero me puedes llamar Isa.
—Melody, es un gusto —le dije pero no la mire, en vez de eso miré hacia arriba. Habían empezado a caer pequeñas gotas y el viento había aumentado, se escuchaba el ruido de las hojas de los árboles moverse y ya no se notaban las estrellas por lo nublado que estaba, también se escuchaban gritos de algunos chicos corriendo de un lado hacia otro o saliendo de sus fraternidades para sacar las cosas que estaban afuera ya que corrían el riesgo de mojarse. Miré hacia Isabel, ella me miró alarmada, luego se levantó y me ofreció la mano para ayudar a pararme.
—Vayamos a mi fraternidad, es la más cercana —dijo dándose la vuelta para guiarme y la seguí.
El cartel que tenía en frente era "Locks", así se llamaba la residencia. Era parecido al de Treck, solamente que no había decoración simulando ser sangre, está vez solo era fondo liso de color lila.
Nos adentramos al lugar y fuimos dos pisos arriba, pude observar que era muy parecida en la que yo estaba, solamente que en vez de ser todo blanco, marrón y n***o, era todo de color lila y blanco.
Ella sacó unas llaves de su bolsillo y abrió una de las puertas del pasillo, me indicó que entrase junto a ella y así lo hice.
Al ver que era una habitación toda lila no me sorprendió.
—¿Fetiche por el color lila? —pregunté divertida a lo que ella asintió con su típica sonrisa.
—¿De que fraternidad eres? No me pareció que lo hayas dicho —dijo mientras rebuscaba en el cajón de su escritorio unos papeles, luego sacó una libreta y se sentó la cama.
—No me acuerdo el nombre —mentí—, es difícil de pronunciar —me senté al lado de ella ya que me dejó un lugar.
—Hay 6 fraternidades en total —empezó a explicar mostrándome la libreta dónde tenía anotados todos los nombres—. Locks —se señaló a ella misma—, Klash; dónde se encuentran las chicas que salen con todo el mundo —hizo una mueca extraña, yo la comprendí como de desagrado—, Treck; lo mismo que Klash pero con los chicos —puso los ojos en blanco—, Proteld; igual que Treck pero es su competencia, sin embargo podríamos decir que Treck siempre va a ser el mejor, es como si Proteld fuese Pepsi y Treck Coca-Cola —explicó con una risa como si fuese un chiste—, Zuerst; la única normal, es mixta y, por último, Flepta; también es mixta, pero son todos nerds —dio un suspiro y cerró la libreta, parecía cansada—es mejor que sepas todo esto antes de la competencia.
—¿Qué competencia? —me interesé pero ella hizo un ademán con la mano como si no importará.
—Los de tu fraternidad después te van a explicar —dijo amablemente y recogió las llaves para irse hacia la puerta—¿Te gusta algún deporte? —se dio la vuelta para mirarme detenidamente.
—El vóley y el básquet —le señale una pulsera de mi muñeca que decía "Básquetbol".
—Entonces hay que anotarte para vóley —me guiñó un ojo—, básquet no hay desafortunadamente —hizo una mueca de tristeza pero no le duró mucho, era demasiado alegre—. Tengo una amiga perfecta para estas ocasiones —abrió la puerta y nos dirigimos juntas a un piso todavía más arriba del que ya estábamos. Luego cruzamos frente a la habitación 10, está era la última del pasillo. Al parecer cada fraternidad tenía lugar para solo 10 personas, lo que quería decir que solo 60 chicos se instalaban en las fraternidades, mientras que los demás tenían dónde hospedarse en otro lugar.
Isa tocó tres veces en dicha habitación, pero nunca se escuchó ningún ruido como si alguien estuviese allí, y tampoco abrieron la puerta.
—Debe estar haciendo otra cosa —volvió por el camino que estábamos yendo, pero esta vez fue a planta baja, hacia la salida—. No es que te quiera echar, pero la lluvia ya se calmó y quizás comience nuevamente, es mejor que vayas a tu fraternidad antes de que no puedas ir —abrió la puerta y nos despedimos.
Me largue a correr hacia la fraternidad ya que, como había dicho Isabel, volvió a llover y yo estaba completamente empapada. Únicamente llevaba una remera corta y un short, así que me agarró frío. Luego de correr, tuve que detenerme ya que no alcanzaba a leer bien los carteles, y ya me había olvidado de cuál de las 6 torres era Treck. Después de un rato de estar debajo de un techo vi a mi hermano salir de la residencia preocupado, en cuanto me divisó me hizo señas para que vaya hacia él, por lo que empecé a correr otra vez.
—¿¡Estás loca!? ¿Porqué estás afuera a estas horas y más si está lloviendo? —gritó Tyler con una mezcla de enfado, alteración y preocupación a la vez.
—Hay veces que estoy afuera hasta más tarde y lo sabes—dije señalándolo con mi dedo índice—, y no soy adivina como para saber cuándo va a llover y cuando no —finalicé pasando por al lado de él para adentrarme a la fraternidad, él me siguió hablando pero no me esforcé en escucharlo. Mire hacia alrededor mío, al parecer el único despierto era Will que se encontraba comiendo un tostado de jamón y queso.
—¿Quieres? —preguntó él con la boca llena, no se le entendió muy bien, pero por suerte había dicho una sola palabra. Yo negué con la cabeza y el asintió entendiendo, luego siguió comiendo como una bestia a lo que yo hice una pequeña sonrisa ya que me causaba gracia. Le alcancé unas servilletas porque había manchado todo; la mesa, las manos, e incluso su pelo, obviamente parecía que había comido más el piso que él mismo. Él las aceptó y, cuando terminó de comer, limpió lo que pudo.
—Gracias —levantó la mirada hacia mi con una sonrisa y se acercó unos pasos hacia mi—. No podía dormir, y lo único que no hago cuando duermo es comer, así que aquí estoy.
—Me parece bien —dije mientras miraba las llaves de la habitación que me había tocado, era la número 8—¿No tendría que ser la número 10? —pregunté curiosa y él negó repetidas veces.
—Eres la número 8, éramos solo 7 antes de tí, así que faltan dos habitaciones libres.
—Ya veo. Bueno, me iré a dormir —le di un beso en la mejilla para por lo menos ser amable en mi primer día—. Espero que te vaya bien con el insomnio.
Subí las escaleras hasta el último piso, en el cual habían 4 habitaciones; desde la 7 a la 10. Me preguntaba quién estaba en la 7, solo esperaba que fuese mi hermano, era el que menos podría llegar a molestarme aunque suene raro.
Me metí en la habitación número 8 y pude contemplar la hermosa decoración que se encontraba en esta, definitivamente era de mi estilo: solo estaban presentes el calor blanco y el n***o, muy básico como yo. Al mirar arriba pude observar una luz circular de plástico toda negra, tenía pequeñas luces rodeándola, lo cual la hacía muy bella. Luego miré hacia mi izquierda dónde se encontraba una puerta negra que conducía baño, al lado de esta había un escritorio también de color n***o, solamente tenía una computadora y una libreta arriba de este. Al mirar al lado derecho se encontraba un placard incrustado en la pared, una de sus puertas era negra y la otra puerta era todo un enorme espejo. Finalmente, en el medio, se encontraba una cama de una plaza y media, estaba bien armada y tenía un almohadón de terciopelo blanco.
Ya tenía mucho sueño, así que con mi mano derecha tecleé la luz para apagarla y me acosté a dormir esperando que al día siguiente siga todo igual de bien, aunque eso fue imposible.