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622 Words
Lo recuerdo como el mejor y el peor día de mi vida. Llevaba mucho tiempo viviendo una doble vida, cuando estaba con mi familia paterna era un niño, aunque siempre necesitaba meterme en problemas y llamar su atención de forma negativa, eran los unicos momentos en los que podia jugar y ser libre. Luego llegaba a la que ellos denominaban mi casa y tenia la vida de un hombre, debía limpiar, lavar ropa, atender los caprichos de mi madrastra, nunca mejor representada como la villana de la historia. Mis abuelos nos habian invitado a Ann y a mi a pasar el día, estaba cansado de tener que sentirme como un trapo usado y sucio. En mi mente infantil estaba decicidido hacía tiempo a nunca mas volver a esa casa, pero nunca encontraba las fuerzas para hacerlo, por mi padre, por miedo o simplemente porque se habia vuelto costumbre esa miserable voda, nunca daba ese paso que me convertiria en alguien libre. Estaba catendo el sol y sabia que en cualquier momento mi padre llegaría a buscarnos, la había pasado tan bien que no quería que terminara el día. Fue ese día que sentí que no quería volver a pasar por lo que pasabamos, me puse firme interiormente y me jure que nadie me haría cambiar de opinion. Mi padre llego como siempre que nos iba a buscar, con una sonrisa y dispuesto a hablar unos momentos con mis abuelos. Lo veo levantarse de la silla y tomar su abrigo, era momento de irnos. Comence a llorar desconsoladamente, mi hermana me vio y comenzó a llorar también, en la estancia cambio la energia de un segundo a otro. Mi padre nos miraba y no entendía nada, yo repetía una y otra vez no quería volver a su casa, como la situación se puso cada vez más tensa mi abuela nos abrazo y le dijo a mi padre que nos dejara con ella. Mi papá Ruben se mostro molesto por la actitud de mi abuela y la nuestra, pero no me importaba poco si me odiaba o si ya no me consideraba su hijo. Esa noche dormí con miedo, no porque me hayan retado, sino porque creia que en cualquier momento nos vendrían a buscar y nos llevarian a ese infierno donde seguramente nos castigarian por lo sucedido este día. Pasaron los días y mi padre no volvió a buscarnos, se que hablaba por teléfono con mi abuela seguramente para saber de nosotros. Una tarde estaba mi tia abuela hablando con mi abuela, escuché como ella le decia que mi padre tenia todo el derecho de llevarnos, al fin y al cabo era nuestro padre. Amaba a mi tia Cacho, asi le decían pero escicharla decir eso hizo que por un tiempo le tuviese rencor, si ella supiera lo que vivia no diría esas cosas. Los meses pasaron, mi abuela nos llevaba a la escuela, nos llevo al médico, mi hermana empezó su tratamiento contra la epilepsia, además de alejarnos cada vez mas de la desnutrición, pero todo no era color de rosas, mis traumas hacían que fuese el famoso niño problemas, me gustaba hacer travesuras, pero siempre estaba sobrepasando los límites, me gustaban los golpes, la adrenalina. Para cuando llegue a la adolescencia me habia vuelto incontrolable, ni la psicologa pudo ayudarme, ya que yo no cooperaba en las sesiones hasta que deje de ir, mi abuela hizo lo que pudo para entender porque me conportaba asi, lo atribuía al abandono precoz de mi madre biológica, aunque no niego que varias veces me pregunte por ella, estoy seguro que una persona no puede anhelar o extrañar algo que nunca tuvo. Mi mamá siempre fue mi abuela y lo será hasta que me muera.
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