Capítulo I – Empezar de nuevo, con ellos y contigo
Había pasado un año desde que dejamos Castellón. A veces, aún me despertaba por las noches sintiendo que olvidaba algo en aquella habitación de hotel, algo que no cabía en ninguna maleta: la seguridad de lo que éramos antes de todo esto.
Madrid nos había recibido con prisas, con ruido, y también con oportunidades. Había conseguido un trabajo estable en Nuk. No era fácil, pero nos mantenía. Lucas había empezado el colegio, e Iván, con apenas dos años, ya correteaba por toda la casa, con esa forma suya de llenarlo todo sin hablar apenas.
Y entonces apareció Estela.
La conocí por casualidad. Era diseñadora en el mismo edificio donde trabajaba yo, aunque en otra empresa. La primera vez que hablamos fue en la cafetería, cuando Iván me tiró
