Salió huyendo en cuanto tuvo la oportunidad. ¿Están todos locos? ¡Todos querían cazarlo! Porque no querían que se case, querían cazarlo como si fuera un animalito o una mascota. Su propio padre le salió con tonterías, que oráculos, que un trato con su amigo, que el rescate… Y ahí estaba él, en una misión a ciegas, teniendo que rescatar a una mujer que no sabía quién era. Por la noche, al ducharse, se miró el brazo en el espejo y el maldito tatuaje había desaparecido. Alejandro estaba seguro de que era algo químico y no mágico. Él era coherente. Sin embargo, llamó a Germán, avisándole que iría a su casa, quedaba pegada a la suya, pero ya era pasada la medianoche. - ¿Qué sucede? Le preguntó asombrado, era bastante tarde. -Quiero ver tu tatuaje de militar. - ¿Mi tatuaje? - ¿No t

