Ese día ambos nos ignoramos. De hecho, ha pasado una semana y ninguno nos hemos dignado a hablarnos, de pasar a tener algo de confianza uno en el otro, hemos pasado a ser nuevamente dos desconocidos y lo prefiero de esa manera. Pocas veces cuando salimos juntos nos tomamos de la mano y regalamos sonrisas falsas. Es fácil hacer creer al mundo que eres feliz, porque nadie conoce realmente tu interior. Y es por eso que Inuyasha y yo montamos un teatro donde el matrimonio es lo más lindo, hermoso y precioso que Dios nos ha regalado. Somos la envidia de muchos, la admiración de otros tantos. Ya ven, quizas no somos buenos teniendo una comunicación de pareja buena, pero somos dos actores que ni las grandes estrellas de hollywood pueden superar. Justo ahora estoy acostada en el mueble mirando e

