Los ojos de Derek se abrieron como platos. —Oye, no puedes volver aquí. Sólo Personal.— La mano de Trig se aferró a la garganta de Derek, empujándolo hacia atrás y golpeándolo contra la pared. —Trigonometría. ¡No!— —Crees que está bien presionar a mi hermana, ¿eh?— La voz de Trig vibró de furia. Parecía un arma real y Derek un bebé que había sido enviado a una zona de guerra. —¿Tu… tu hermana?— Derek jadeó, sus mejillas temblorosas se enrojecieron y la saliva se quedó atrapada en las comisuras de su boca. —Sí es cierto. Así que ahora tienes que darme explicaciones—. —Trigonometría.— Janice tiró de su brazo. Los dedos de los pies de Derek apenas tocaban el suelo. Si Trig lo levantaba más alto, su cuello correría peligro de romperse. —Por favor.— —Este imbécil te ha estado tratando c

