+++++++++ Mientras voy manejando el auto, el silencio pesa entre nosotros como una manta incómoda. No sé si es porque no sabemos qué decirnos o simplemente porque cada uno anda perdido en sus pensamientos. No me gusta el silencio, al menos no este tipo de silencio, así que sin pensarlo demasiado, giro un poco la cabeza hacia ella y pregunto: —¿Cómo fue todo? Valentina no responde de inmediato. Mira por la ventana, jugando con su cabello como si tratara de ordenar las palabras que va a decirme. Aprovecho ese pequeño momento para observarla mejor… y es cuando me doy cuenta. Ella lleva puesta una camisa pegada al cuerpo que marca cada una de sus curvas de manera descarada, un short corto que deja ver sus piernas bronceadas y torneadas, y unas botas negras altas que le llegan por encima de

