Capítulo 11: Divinidad.

1864 Words
Helios, no podía entender nada de lo que había sucedido. Todo lo que ocurrió, fue tan extraño. Que apenas, y podía digerirlo. Hacía unos minutos atrás. Contemplaba la idea, de comprar una nueva habilidad de combate clase D. Con la intención de combinarla, con la habilidad “D por 3”. No obstante. Una extraña pensamiento, llego a su mente. Y si en vez de adquirir una nueva habilidad. Mejor utilizaba “D por 3”, con una de las habilidades que ya tenía. Pensamiento, que descarto; después de meditarlo un rato. No podía hacer eso. Si lo hacía, estaría desperdiciando una buena habilidad. Al final, volvió a su pensamiento inicial. De comprar una habilidad. Pero antes, de que pudiera algo más. La extraña fuerza desconocida. Que suprimía, ligeramente; su movimiento. Aumento su control, sobre él. Manipulando, sus movimientos. No solo esto. Sintió como si su mente, hubiera sido tomada por alguien más. Convirtiéndose, temporalmente. En un copiloto, dentro de su propio cuerpo. No podía hacer nada. Solo podía ver, lo que su cuerpo hacía; a través de sus ojos. Y esto, no era para nada divertido. Quien fuera, el que controlaba su cuerpo. Lo utilizo, para activar la habilidad “D por 3”. Combinándola con “7 Desafortunado”. Haciendo que Helios, sintiera una gran pérdida; en su corazón. Lo extraño, fue. Que después, de que las habilidades se vincularon. Su grimorio, comenzó a temblar; seguido por su cuerpo. A continuación, fue testigo de una bizarra escena. Frente a él, todo desapareció. Quedando, en una especie de vacío. En ese momento, noto. Que su cuerpo estaba cubierto por hilos, que lo ataban en diferentes puntos; ejerciendo, presión en él. Este hilo, eran la extraña fuerza que lo controlaba. De la nada. Unas gigantescas tijeras plateadas; se materializaron. Atacándolo, al instante. Tratando de partirlo en dos ¡Aterrando, a Helios! Quien, cerro los ojos; asustado. No obstante. Pese a todos sus temores. Nada ocurrió. No sintió dolor, ni mucho menos molestia. Pensado, que talvez; las tijeras se habían detenido, antes de tocarlo. Sitiándose aliviado. Por lo que junto algo de valor, para abrir los ojos. Sorprendiéndose, por la escena. Las tijeras, si lo habían cortado. Pera una extraña energía roja; recubría su cuerpo. Evitando que lo cortara. Causando que las tijeras; cortaran únicamente, los hilos que lo ataban. Liberando, del extrañó control de los hilos. Mismo control, que siempre había estado tratado de manipularlo. Por primera vez, desde que había llegado a ese mundo. Helios, se sentía ligero como una pluma. Sus movimientos, ya no estaban restringidos. Por si fuera poco. Acababa de recobrar, el control total; de su propio cuerpo. Sintiendo, gran alegría. Aunque, estaba un poco consternado. No deseaba volver a experimenta, una experiencia parecida. El hecho, de que controlaran su cuerpo; sin que pudiera oponer resistencia. No era nada divertido. Al menos, ahora que todo había acabado. Podía respirar, mucha más tranquilo. El único problema. Es que continuaba, en aquel espacio vacío. Su único consuelo era, que las tijeras habían desparecido. Sin sabes, como salir de ese lugar. Espero un momento. Sin imagina, lo que sucedería a continuación. Al igual que antes, unas gigantescas tijeras; se materializaron. Pero estas eran diferentes. Su color era dorado, y resplandecían; con un fuerte fulgor. Viendo, estas nuevas tijeras. El corazón de Helios, se encogió. Al no saber cómo reaccionar. Pero después de pensarlo un poco. Recordó, que las tijeras anteriores; no le hicieron ningún daño. Por lo que en ves de correr. Decidió, quedarse en su lugar. Previendo, que estas tijeras. Tampoco le harían daño. Fue una suerte, que tuviera razón. Realmente, las tijeras no le hicieron daño. Cuando estas lo cortaron. No sintió, ninguna especie de dolor. Al contrario. Una extraña energía dorada, entro a su cuerpo. Casándole un sentimiento de liberación; que no era fácil de explicar. Segundos después. El vacío a su alrededor; se desvaneció. Regresando a su departamento. Revisando la hora; en su brazalete de intercomunicación. Descubrió, que no habían pasado más de 5 minutos; desde que había utilizado la última lagrima ¿Qué estaba sucediendo? Se pregunto; estupefacto. Todo era tan confuso, que le dolía la cabeza. No obstante, de una cosa estaba seguro. Todo lo que había visto, no fue una ilusión. Fue algo real. Lo sabía, porque aquella extraña fuerza; qué durante años, lo había estado restringiendo. Finalmente, había desaparecido. Ya no sentía sus movimientos limitados. Por primera vez, experimentaba una sensación de libertad sin precedentes. Como si en ese momento, pudiera hacer cualquier cosa. Sin pensarlo, mucho. Decidió, revisar su estado. Pero, noto algo. Que lo desconcertó, al instante ¡Su grimorio, había cambiado! El anterior libro café. Ahora era n***o como el carbón. Y la runa amarillente, con forma de estrella; que solía encontrarse en su portada. Se había convertido, en el diseño de una constelación dorada; compuesta, por muchas runas. Lo primero que pensó, al ver este libro. Fue, que ese no era su grimorio. Por lo que trata de convocar, nuevamente su libro. Causando, que el libro n***o desapareciera. Solo para volver a salir de su cuerpo; como un rayo de luz, segundos después. Conmocionándolo, aun mas ¡Que estaba sucediendo! Sin más, reviso su hoja de estado. Esperando obtener alguna pista Estado: Nombre: Helios Raza: Divinidad Humanoide(menor). Edad: 15 años HP: 40+10+500=550 MP: 25+9+394+500=928 Estadísticas principales: Ataque: [4+100]=104 - Fuerza: [5+8+100]=113 Defensa: [5+100]= 105- Resistencia: [5+8+100]=113 Velocidad: [3+8+100]=111 - Inteligencia: [4+10]=14 Constitución: [5] - Espíritu: [3] Sabiduría: [1183] - Suerte: [1-20]=-20 Estadísticas secundarias: Cocina: [180] - Música: [160] Encanto: [50] – Percepción: [100] Habilidades: 16 Helios, quedo boquiabierto. Observando, sus nuevas estadísticas. Su vitalidad, y mana; habían amentado, 500 puntos. Pero eso no era todo. Las estadísticas físicas de ataque, fuerza, defensa, resistencia, y velocidad. Tuvieron un incremento, de +100. Además, sus estadísticas. Se habían separado en dos ramas; principales, y secundarias. Viendo sus estadísticas de concina y música; agregadas en ella. Lo que nunca había sucedido antes. Sin mencionar, que los valores de amabas estadísticas. Eran el doble, de lo que recordaba. Aunque, lo que llamo su atención. Fue dos nuevas estadísticas, que no conocía. Encanto, y Percepción. Contemplando el libro oscuro. Noto, que era más ancho; que el libro original. Teniendo un total; de 75 hojas. Algo que supo, instintivamente; sin necesidad de contar las páginas. Como si su conexión con el libro, se hubiera hecho mas fuerte; al punto de percibir esos ligeros cambios, con facilidad. Pero no solo esto. También, sentía una extraña energía; proveniente del interior del grimorio. Una fuerza desconocida; que lo llamaba, a explorar el libro. No obstante. Antes de continuar. Se tranquilizó un poco. Tomando las cosas, con precaución. Debía ser subjetivo, y no dejarse llevar; por la emoción del momento. Todo era demasiado extrañó. Tenia que ser precavido. Cuidadosamente, hizo avanzar las paginas de libro. La adición de tres nuevas habilidades. Era de esperarse; después de utilizar, las tres lágrimas de habilidad. El problema. Era que su página de estado; decía, que tenía 16 ¿De dónde habían salido, las habilidades adicionales? Se pregunto dudoso. Avanzando las páginas, con lentitud. Llegando hasta la página, con la habilidad “7 Desafortunado”. La causante de todos sus problemas. Por alguna razón. Cuando la obtuvo, se sintió terrible; como si le hubiera ocurrido, la peor desgracia de su vida. Sin embargo, ahora que veía la hoja. No le generaba, emoción alguna. Como si su existencia, hubiera perdido peso sobre él. Al dar vuelta a la hoja. Sus ojos, se abrieron como platos. Normalmente, las hojas de habilidad. Se clasificaban, con un sistema de colores; al igual que los grimorios. Las habilidades clase D, eran cafés. Las C, eran verdes. Las B, azules. Y las de clase A, eran rojas. Sin embargo, la hoja que vio ¡No tenía ninguno de estos colores! Mas bien, parecía una lámina de oro. No había otras palabras, que pudieran describirlo ¡Literalmente, era una hoja; hecha de oro! Por si fuer poco, al continuar avanzando. Se dio cuenta, que no solo se trataba de una hoja ¡Eran tres! Las tres habilidades nuevas. Se encontraban, en esas tres laminas doradas. Las habilidades eran: Divinidad menor: Habilidad tipo título. Otorgado, como una recompensa. A aquellos que han realizado increíbles proezas, y milagros; suficientes. Para ser acreditados, por el juicio de las tijeras de la divinidad. Escapando del control del destino. Como dios. La suerte, y el destino. No tienes la capacidad, de interferir con tus acciones, y deseos. Tus pasosos, crean tu propio destino. Cada acción que realiza un dios, tiene mas peso; que la de un mortal. Se te otorga una bendición de +500. En vitalidad, y energía mágica. El efecto de títulos menores, se duplica. Visión de dios: Habilidad pasiva. Nada escapa de la vista de un dios. Tus ojos pueden discernir, las verdades del universo. +100 en percepción. Requisitos mínimos, para su uso: 300 puntos de sabiduría. Cuerpo de semidiós: Habilidad de mejora física permanente. Al emprender el camino de la divinidad. Tu carne, huesos, y sangre; han sufrido una transformación. Mejorando tus capacidades físicas, en +100. Se otorga adicionalmente, +50 en encanto. Roto, era lo único que podía pensar Helios. Al ver estas habilidades. Simplemente ¡eran increíbles! Era superior a todo lo que había visto o conocido; como un clase D. Estaba seguro, que estabas habilidades. Eran incluso mejor, que las de clase A. Aunque, lo que mas le sorprendía. Era el titulo de divinidad. Preguntándose ¿Cómo lo había adquirido? Hasta que recordó. Aquella extraña escena, en la que era corto; por un par de tijeras ¿Acaso, ese ere el juicio de las tijeras de la divinidad? Se cuestionó; dudoso. Leyendo en su mente, la descripción de la habilidad. ¡Pero era imposible! Se dijo a si mismo. Como podría él. Acreditar el juicio, de las tijeras de la divinidad ¡Era imposible! El mismo, era consciente. Que nunca en su vida, había hecho milagros o proezas; dignas, de tal recompensa ¡¿Por qué ahora, era un dios?! Tal desarrollo. Le parecía demasiado ilógico, y absurdo. Debía haber alguna clase de trampa. Se dijo, así mismo. Incapaz de aceptar los hechos ¿Alguien podría culparlo? Con todo lo que había vivido hasta ahora; en dos vidas. Lee era muy difícil aceptar. Que por primera vez; en mucho tiempo. La vida, volvía a sonreírle. Lagrimas, escurrieron por sus ojos. Pensando en las palabras de Atrofus. Se dio cuenta. Que el peso, que durante mucho tiempo. Estas, ejercieron en él; hasta el punto de atormentarlo, en incontables pesadillas. Finalmente había desaparecido de su corazón, y su mente. Las palabras, simplemente se volvieron palabras vacías. Ya no había ese sentimiento de condena en ellas; cada vez que las recordaba. Era libre. Soltó, rompiendo momentáneamente en llanto. Un llanto triste, que se torno en una riza de felicidad. Al no sentir más, las cadenas que lo ataban a su destino. -Finalmente, soy libre- grito; con una alegría, que no le cavia en el pecho. Aceptando, su divinidad; como algo bueno, para su futuro. Nota del autor: actualizaciones martes y jueves. Si te gusta la historia. No olvides comentar y compartir
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