— Gianni, sé cómo te sientes, yo me siento igual— fueron las palabras de Roxanne— y entiendo tu enojo, pero ahora debemos estar más unidos mi amor, ¿No te parece? Él la miró y sólo le dijo: — Quiero estar solo por favor, en estos momentos con la que menos deseo hablar es contigo. Ella suspiró y salió del pasillo, a esa hora no quería ir a casa, y menos sentarse a una mesa a tomar un café, caminó un buen rato sin sentido por las calles iluminadas, pensó en lo duro que era lo que vivía y en cuan culpable realmente era de todo esto. Estuvo dando vueltas por casi dos horas y cuando lo notó iban a ser las once de la noche, decidió volver y entrar al cuarto de Mathew y pasar la noche allí con él. Cuando llegó al pasillo donde estaba la habitación de su hijo, no vió a su esposo, entró en la

