— Hola papá— saludó Mathew alegremente— si, estábamos jugando con mamá. El chico le contaba a su padre cada cosa que habían hecho ese día — Si papá, hoy ha sido un día diferente, hasta mamá está con mejor cara— dijo el muchacho— en estos días ha estado muy triste. — Chau papito, si nos estamos cuidando— se despidió entusiasmado Mathew. Le tocó el turno a Sarah y ella también empezó a contar también su día desde su punto de vista, diciendo que los tramposos eran sus hermanos y que ella solo tenía suerte al jugar. Los rieron de las ocurrencias de su hermana, siempre tenía salidas de locura que les hacía más divertida la velada, de despidió y al igual que su hermano prometió cuidarse y dijo: — Papá, mamá y yo te extrañamos más que mis hermanos— dijo ella con mohín de consentida— desde q

