Gianni, aprovechaba cada centímetro del cuerpo de Roxanne para acariciarlo y hacerlo vibrar de pasión y excitación, con sus dedos y su lengua activaba cada punto sensible de su piel. Ella reaccionaba a sus caricias y las disfrutaba con todas sus ganas. Los dedos de su esposo pasaron de su clítoris a la profundidades de su cavidad íntima, estimulando la sensible zona de la parte frontal de su intimidad, ella gemía y susurraba su nombre con una pasión que le nublaba los sentidos a Gianni. Luego se dirigió a su parte trasera y también allí acarició con placer su orificio divinamente lubricado, ella gemía aún más y sus jadeos eran tan placenteros para el escucharlos. Se colocó entre sus piernas y el calor que emanaba de ellas lo envolvió con una lujuria que le quemaba las entrañas, ella se

