Adaptándome

1048 Words
La cara de Roxie al ver a sus bebés era de felicidad, pero también de muchos nervios, al ver a dos cuerpecitos uno al lado del otro, su sonrisa era más una mueca que otra cosa. Su madre y su suegra le daban ánimo y confianza con sus palabras para que ella no se sintiera tan abrumada, Gianni miraba a sus bebés embelesado, él si sentía realmente lleno de felicidad por la llegada de su doble bendición, tocó las manitas de la niña quién se llamaría Sarah. El varoncito se llamaría Santiago, y también era adorable ver su carita rosada, llena de inocencia. Todos los presentes tenían palabras de buenos augurios para los padres y también para los bebés. Ya Roxie instalada en casa tenía tres meses de licencia para volver a su trabajo, en ese tiempo debía aprender a lidiar con los tres niños, su esposo le sugirió buscar una niñera para que la ayudará a sobrellevar bien los días de adaptación con los niños. Ella aceptó la sugerencia y aunque la chica que la ayudaba le solventando bastante el trabajo,las noches eran estresantes para Roxanne en especial cuando Gianni tenía sus guardias en el hospital y ella pasaba sola. Sus nervios se alteraron un poco por la presión de atender tres bebés, ya que Mathew solo tenía dos años y su comportamiento se había alterado un poco con la llegada de sus hermanitos. Él quería la misma atención, los mismos mimos, pues sentía desplazamiento de amor por parte de su madre y lo manifestaba con llanto y esto crispaba sus nervios, haciendo que estallara en llanto o a veces gritaba a voz en cuello. Los días fueron acoplando su ánimo y su periodo de adaptación de madre con multiplicidad de hijos fue reajustandose, Tocó el volver a su rutina de trabajo, ella debía ir al colegio en la mañana, así que la chica llegaba muy temprano a reemplazarla y se quedaba hasta las seis de la tarde, cuestión de que ella tuviera flexibilidad en su rol como madre y ama de casa. Los días fueron pasando y ella fue llevando mejor con sus bebés y sus frustraciones se fueron aminorando, en su trabajo había una chica quien era maestra como ella que era muy metomentodo, siempre estaba averiguando la vida de todos en en lugar de trabajo. Belinda era su nombre y era maestra como ella, pero muy averiguadora de la vida ajena, Roxanne le tenía cariño, aunque a veces le fastidiaba su manera de ser. Esa tarde al llegar a casa, preparó todo para tener una noche romántica con su marido, pues estaría libre, había comprado algunas cositas y recordó como su compañera de trabajo había estado husmeando entre sus cosas, mientras aún estaba en su trabajo. —¡Uy, esta noche como que hay farra!— dijo Belinda aparentando parecer divertida. — ¡Ay, por favor! No vayas a empezar con tu averiguadera.— dijo Roxie entre fastidio y diversión. —Yo no estoy averiguando nada— dijo ofendida Belinda— solo miró y comentó. — Si, pero no tienes porqué ser tan indiscreta, sacando mis cosas de la bolsa— dijo Roxanne reprendiendo a su compañera de trabajo, por husmear. Le quitó las bolsas con lo que había comprado y dejó a la chica un poco sorprendida por la reacción que tuvo. Roxanne sonrió al ver lo que había comprado, ella había recuperado su peso rápidamente, tenía un metabolismo envidiable y a los cinco meses de haber tenido sus gemelos, su cuerpo estaba muy delgado y firme. Despidió a la niñera y se dispuso a preparar una cena romántica, los bebés estaban despiertos, pero tranquilos en su cuna, y Mathew estaba jugando tranquilo, así que aprovecharía el descanso para adelantar las cosas. Había comprado un traje íntimo y lo usaría con todas las ganas para tener una noche de pasión, le encantaba tener sexo con su esposo y lo disfrutaba increíblemente. Él llegaría como a las siete y media, cenarian, jugaría un rato con los niños y luego sería el tiempo de los dos. — ¡Hola preciosa!— fue el saludo de Gianni al ver a su esposa— ¿Cómo estuvo tu día mi reina?— preguntó él dándole un beso apasionado— uhmmm la noche promete— dijo su esposo con picardía. Ella correspondió a la caricia del beso y dijo: — Estoy bien mi amor, esperándote para cenar— dijo coqueta— ¿ Y tú día cómo estuvo? — Un poco movido como siempre, pero extrañando tus besos ricos, mi amor— le dijo Gianni,apretando sus nalgas. —¡Uhmmmm! Vamos a cenar primero— dijo ella llena de coquetería. Él la siguió, con los ojos llenos de amor hacia ella y se sentaron a la mesa, Mathew salió corriendo a recibir a su papá, lleno de alegría. —¡Papi, papi!— repitió el niño emocionado. Gianni lo alzó del suelo abrazándolo con ternura, diciéndole: —¡Hola campeón! ¿Cómo está mi niño hoy?— siguió con los mimos hacia su hijo— ¿Ya comiste hijo? El niño asintió con su cabecita, escondiendo luego su rostro en el pecho de su padre, el lo acunó contra él, besándolo le dijo: — ¿ Puedes ir un momento a tu cuarto, mientras papá come y luego jugamos?— dijo Gianni, lleno de ternura. Mathew corrió a su cuarto dispuesto a esperar su turno de juego con su padre, ellos terminaron la cena, y él salió hacia la habitación de los niños mientras ella terminaba de limpiar la cocina. Dos horas más tarde los bebés dormían plácidamente y Roxanne empezó a preparar todo para su romántica noche de sexo. Se cambió de ropa en el baño y salió toda envuelta en una vestimenta súper sexi, Gianni que esperaba en la cama acostado solo en bóxer, abrió los ojos ante lo provocativo de la ropa que usaba su mujer. — ¡Mi amor, te ves divina— dijo él— que rica te ves, ven acá que te voy a desvestir con los dientes, mamacita! Ella sonrió con coquetería, acercándose provocativa moviéndose con movimientos de pantera, aumentando el deseo de Gianni por poseerla; así siguió hasta quedar encima de él, quien tomó sus senos con ambas manos acariciándolos con deseo.
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