La reunión había iniciado, últimamente los Aguilera se estaban acercando más a mi territorio, ellos sabían que pisaba suelo prohibido pero aún así hacían hasta lo imposible por joderme.
-Emperador sabemos que Miguel Aguilera ha vuelto, se dice que viene por la boda.- mencionó Felipe.-
-Se casará con su novia señor, Amanda Rogers.-
-No es mi novia.-
-Ella aún así lo afirma, hasta hace un par de meses hacía negocios usándote como pareja.-
-Creo que no estamos aquí para hablar de mujeres, necesito sacar de operación a Miguel, ya no puedo esperar más.-
-En dos días vamos a enviar una carga importante de armas, eso en definitiva hará que salga de su escondite, tratará de robarla.-
-Así será, él siempre quiere lo mío.-
-Como tu mujer.-
Saqué mi arma y le dispare justo en medio de los ojos, ya estaba arto de sus insinuaciones, lo bueno de este lugar es que el ruido de la música no permitió que escucharan lo que sucedió.
-No sé en qué momento ustedes se creyeron con el derecho de opinar sobre mi vida, y lo mejor hacer burla, espero que quede claro hoy, yo no soy su amigo, todos ustedes trabajan para mí, me pertenecen.- mencioné poniéndome de pie, solo vi como todos bajaron la mirada.
Ordené que vigilaran a los Aguilera, sé que vinieron a causar daño, la llegada de Amanda solo tiene un propósito y no lo conseguirá.
Decidí bajar un momento y verificar cómo estaba todo el lugar, veo que hay lleno total como siempre, en la tarima estaban los bailarines, pero algo llamó mi atención, la nueva bailarina no estaba allí, la busqué por todo el lugar encontrándola en la barra sentada.
Ella solo observaba todo el lugar mientras tomaba lo que creo que es agua, vestía de manera casual, no era como ninguna de las presentes pero aún así se veía mejor.
Uno de mis discípulos se acercó, vi que le dijo algo al oído, él comenzó a caminar y ella lo siguió, por lo visto es una puta más, quería verificarlo por mí mismo así que también fui con ellos.
Tyron salió por la puerta trasera, la mujer detrás, yo solo observaba, quería ver hasta donde era capaz de llegar esa chica, me quedé en la parte oscura, no me vería.
Espere un momento, él se acercó intentando besarla, aquí pasaría lo que todos sabemos pero no fue así, ella levantó su rodilla, le dio justo en la entre pierna.
-¡No soy una puta!- gritó
Tyron trato de tomarla del cabello pero la chica lo mordió justo en su mano, no le quedó de otra que soltarla, la vi correr de nuevo hacia el club, yo salí de la oscuridad con pasos lentos, el idiota seguía revolcándose del dolor.
-Así que vienes a tomar el aire aquí.- mencioné sacando un cigarrillo, lo encendí para tranquilizar el frío.-
-¡Emperador! ¿Qué hace aquí?-
-Me estaba tomando un momento para mi, adentro había mucho ruido.- mencioné lanzando el humo de mi cigarrillo.-
Lo vi arreglar el traje y su cabello, estaba pálido pero trataba de disimular lo que había pasado hace un momento.
-Señor volveré adentro, hace frío.- me dio la espalda para volver, saqué mi arma y perfore su cerebro.-
Hoy me había quedado sin dos discípulos, que noche tan extraña, mientras terminaba mi cigarrillo mis hombres llegaron, sabían que tenían que limpiar el lugar.
-Lo lanzaremos a las afueras.-
-Quiero que lo incineren, necesito que quede solo cenizas.- mencioné
-Claro señor.-
No me importaba si sabían que murió por una bala de mi propiedad, no quería que el ADN de la bailarina nueva fuera encontrado, sé que lo mordió con fuerza.
-Señor aquí he traído lo que me pidió.- mencionó Jair entregando el informe, comencé a leerlo.
-Nicole Martín, 24 años, padre muerto, madre en centro de reposo, vive en un departamento en el centro con Anthony Mellers, dicta clases en un academia de danza y algunas particulares, no tiene expedientes judiciales.-
-¿Qué hay del novio? Ese tal Anthony.-
-No diría que es su novio como tal.-
-Viven juntos.-
-Así es señor pero el hombre trabaja en clubes desnudistas, también aparece en el catálogo de “hombres calientes” él es un gigoló.-
-¿Ella lo sabrá?-
-No lo sé.-
-Tráeme todo tipo de pruebas del trabajo de ese hombre.- mencioné devolviendo el expediente.-
-Como ordené señor.-
-Una cosa más, quiero vigilancia para ella las 24 horas del día.-
Volví al club, saludaba algunas personalidades, odio fingir que las personas me agradan, entré a mi oficina, serví un vaso de licor y me dediqué a observar, había pasado muchas cosas hoy, pero algo me dejaba intranquilo, Amanda había vuelto, sé que tiene un propósito y es conmigo.
Me quedé un par de horas más y me dirigí a mi casa, hoy me sentía cansado en particular, revisaba las cifras de esta noche, había sido un buen evento, la cantidad de dinero que ingresaba a mi cuenta bancaria era impresionante.
Llegue a mi mansión, un lugar sobrio y oscuro, poseía al rededor de 23 habitaciones pero solo usábamos dos, la de Jen y la mía, dos piscinas, una cancha de tenis, tres jardines, un lago al fondo y cientos de empleados, supongo que esta casa es para ellos.
Me bajé del auto, todos mis hombres iban detrás custodiándome, había sufrido alrededor de 5 atentados, todos querían lo que es mío.
Entré a mi habitación, me quité toda la ropa, tomé una ducha rápida y me metí bajo las sábanas, hace años que no duermo más de dos horas al día, pensaba que hoy lo lograría pero no fue así, solo veía como las cortinas se movían con el viento, tomé mi celular.
-¿Dónde está?- pregunté
-Mi señor, la bailarina ya entró a su casa.-
-¿Todo en orden?-
-Si señor.-
Lance mi celular lejos, me di la vuelta tratando de cerrar los ojos pero solo la veía a ella, la manera como se defendió, me hacía pensar que es una fiera. Después de un par de horas caí en cuenta que le estaba dando mucha importancia ¿por qué?-
Un nuevo día llegó, mi ritual de siempre, un baño, un traje a la medida, cabello y barba prolijo, un buen reloj y mi celular, bajé al comedor, Jen estaba allí.
-Buen día.-
-Hola tío.- mencionó mientras bebía una taza de café.-
-¿Llegas o te vas?-
-Acabo de llegar, mi amado salió de viaje esta mañana así que me vine a casa.-
-Al menos te veré por un par de días.-
-Lo dice el hombre que jamás está en casa, qué milagro que te vea.-
-Sabes que tengo mucho trabajo.-
-Lo sé, es por eso que aprovecho la oportunidad para pedirte mi regalo de cumpleaños.-
-Ahora que quieres Jen.-
-Algo que no te costará nada.-
-Habla.-
-Quiero que me lleves al club, es hora que yo lo conozca.-
-¿Seguro quieres eso?-
-Si Tío, estoy cansada de que todo el país hablen de lo maravilloso que es ese lugar y yo no lo conozco.-
-Sabes que no ingresan menores de edad.-
-Es por eso que me llevarás justo el día de mi cumpleaños, ya tendré la mayoría de edad.-
-Si eso es lo que quieres está bien.-
-Gracias tío, eres el mejor, ahora me iré a dormir pues anoche no pegue el ojo, estoy cansada.-
-Mejor ni me cuentes, vete a dormir.-
Es increíble que ya llegó a los 18 años, recuerdo cuando me informaron que quedaba bajo mi cuidado, nunca había sentido tanto terror en mi vida, ella se convirtió en la luz de mi vida.
Pasé a mi compañía de inversiones, no todo se trataba del club, tenia negocios legales que me ayudaban a mantener mi imagen ante la sociedad, un edificio en la zona más exclusiva de la ciudad, el personal me saluda con temor, paso a mi oficina, había reuniones que atender.
Mientras revisaba mis pendientes un nombre apareció en mi celular, Amanda trataba de hablar conmigo, esa mujer no tiene escrúpulos, solo espero la hora para asesinarla con mis propias manos.
-Señor le han traído esto.- mencionó Jair ingresando a mi oficina, observé de reojo.
Era una caja blanca con un listón dorado, lo abrí para encontrar la hipocresía en su máxima expresión.
Fiesta de compromiso Miguel & Amanda, tenemos el gusto de invitarlo, sábado 23 de Julio 9:00pm, hotel Royal.
-Si quieren que vaya lo haré, verán quien es Cairo King.- susurré
-Señor debe ver esto.- mencionó Jair mostrándome su celular, era la página del club.-
-¿Qué pasa?-
-Señor hace 10 minutos abrimos la taquilla para el evento de hoy, ya no hay una sola entrada disponible.-
-¿Qué? ¿Alguna falla?-
-No señor, en la portada principal han puesto una imagen de la nueva bailarina, se anuncia que esta noche estará presente, ya no hay entradas para hoy… tampoco para los próximos días.-
-¿Ella hizo esto?-
-Les gustó su baile, la mayoría de las ventas fue de hombres, entre esos los discípulos.-
-¿Qué tipo de contrato le dieron?-
-El básico, por días nada más.-
-Métela a la nómina, no puede irse del club.- mencioné
-Claro señor.- Jair salió, revise la página del club, Jair tenía razón, estaba todo vendido, leía los comentarios de la gente, estaban furiosos por no conseguir una entrada.-
Fue un día en medio de muchas reuniones, las imágenes de los Aguilera llegaban, estaban de vuelta en la ciudad, del brazo de Miguel estaba Amanda, veo que no ha cambiado nada.
Decidí llegar temprano al club, quería revisar que era cierto las ventas, me encontré con una fila de personas afuera, mi personal les explicaba que no había taquilla física, estaba todo vendido.
Al ingresar escuché a Liam gritar, al parecer había una discusión.
-¡Estás despedida!- gritó
-¡Bien! Me marcharé ahora mismo.- al observar quién era quedé inmóvil, Nicole estaba recogiendo sus cosas.-
-¿Qué pasa aquí?- mencioné llegando a su lado
-Señor qué vergüenza que vea esto, solo una discusión normal.-
Nicole terminó de recoger sus cosas, se puso su chaqueta y comenzó a caminar hacia la salida por impulso la sujeté de su mano, ella me miró fijamente, sus ojos eran penetrantes.
-¿Para dónde vas?- pregunté
-Me acaban de despedir así que me largo del club.-mencionó tratando de soltarse.-
-No irás a ningún lado.-
-Mi señor ella es desobediente, no acata mis órdenes.-
-No lo soy, solo pedí que me permitan ausentarme, tengo un compromiso diario de 4 a 5 pm, le mencioné que volvería a tiempo para cuando el club inicie el show.-
-¿Acaso que se cree? Ella no puede ir y venir cuando quiera mi señor.-
-¿Cuál es tu compromiso?-
-Yo, yo le doy clases a un grupo de personas todos los días de 4 a 5, no puedo cancelarlo ya que van a concursar muy pronto, en verdad necesito ir.- mencionó con ojos de cachorro, jamás había visto algo así, pero lo que era más extraño, era que yo sentí compasión.-
-Ve, irás a tu compromiso y volverás, también tienes el contrato permanente, trata de organizar tus horarios.-
-¿Habla enserio señor?- preguntó sonriendo
Solo asentí mientras solté su mano, fue donde sentí como su cuerpo se chocó con el mío, ella me estaba abrazando ante la mirada de todos, su cabeza quedó justo bajo mis fosas nasales, pude sentir su olor.
Se retiró, volvió agradecer tomando su maleta y salió a correr, solo la vi marcharse, no tengo idea que había pasado, ella se atrevió a tocarme sin mi consentimiento.
-Liam a mi oficina.- fue lo único que pude decir, mientras escapaba de esa bochornosa escena, mis mejillas ardían.
“Que efecto causa en mí esta mujer,”