Ella no es Irina.

1241 Words

Izan  Cuando escuché la orden de Dante, algo dentro de mí se revolvió. “Llévensela y castíguenla como quieran. Solo no la maten". Ordenó bruscamente. La orden de Dante resonó en mis huesos como un disparo en la noche. Mis puños se apretaron solos. Elizaveta, con esos ojos grises que parecían un cielo gris y tormentoso, no suplicó. Ni una lágrima. Solo se quedó quieta, como si ya hubiera aceptado su destino. Algo en mi pecho se retorció. No dije nada. No era mi lugar. Pero cuando Edoardo la arrastró fuera de la sala, sentí el sabor amargo de la culpa en la boca. No protesté. No en ese momento. Porque sabía que él estaba fuera de sí. Porque sabía que una palabra equivocada podía volverse en una guerra y ya ambos estábamos lo suficientemente maltratados. Pero por dentro… por

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD