Capitulo 9

1188 Words
Luz Un mes después. -aun necesitas el bastón, pero creo que ya estas caminando mejor- William aplaude y me entrega un obsequio. -no debiste- este se encoje de hombros. -ábrelo tontita- destapo la caja emocionada y me encuentro con un par de zapatos rosas. No son muy altos, pero son perfectos. -están hermosos- le doy un fuerte abrazo. William me ha ayudado en todo mi proceso de sanación. Nos hicimos amigos en tan poco tiempo. me visita casi todos los días y me trae dulces de vez en cuando. De Alex… No lo he vuelto a ver, he hablado por celular con este pero cada vez lo siento mas distante. Cuando le hablo de mi recuperación no reacciona con la felicidad que espero a diferencia de William que me trae un obsequio por cada avance. Cada vez mas me replanteo la decisión de haberme casado con él Aunque el hombre pagó mi tratamiento estoy en deuda con él -ya pronto te darán de alta en el hospital- se emociona. -si- y aun no sé donde viviré por que no recuerdo mi antiguo hogar. -tu esposo debe estar contento- baja su mirada. Cuando le dije que estaba casada se comportó extraño. Tal vez decepcionado. -si. Tal vez esté aquí pronto- se pone de pie. -¿cómo te pudiste casar con un hombre que jamás estuvo aquí en tu recuperación?- buena pregunta. La misma me hago día y noche, pero no me puedo hecha para atrás. -es que no lo entiendo Luz. Se casaron; él se fue y te dejó aquí tirada- esta conversación ya la hemos tenido antes. Siempre terminamos en una pequeña discusión haciendo que Will se vaya no si antes darme un beso en la mejilla. Creo que teme decirme algo hiriente. -es mi esposo. Tiene trabajo que..- -estas segura que realmente está trabajando- siembra la suda en mi -y si te ha mentido todo este tiempo y tiene otra familia..- ¿otra familia? Mi corazón se estruja al pensar aquello. -William, es mi esposo- vuelvo a decir. -y lo amas- mi mente se queda en blanco por sus palabras. ¿lo amo?, amo al hombre que me visitó un día en el hospital diciendo que era mi prometido Y la respuesta es no… No amo a Alex Morgan por el hecho de no recordarlo. Sé que mis palabras podrían dolerle, pero son una realidad clara. No amo a mi esposo. -me casé con él. Eso contesta tu pregunta- se acerca a la puerta. -no sabes mentir. Eres mala para eso Luz. Pero creeré tu verdad- cierra la puerta y se va. me quedo sola una vez más en mi habitación. Las palabras de William duelen. Se ha convertido en mi Luz en tiempo de oscuridad. -hora de cenar Luz- siento un toque en la puerta. La enfermera llega después de un par de horas. Como el alimento y me acuesto nuevamente en cama. Alex Morgan… mi esposo; Alex Morgan… mi salvador; Alex Morgan.. Alex Morgan. Cierro mis ojos para poder descansar. Me sumo en un sueño relajante en donde estoy en la punta de un risco. En mis manos tengo sangre, frente a mi hay una mujer mirándome sonriente. -toma mi mano Luz, salta conmigo- Abro mis ojo de golpe con un dolor de cabeza. -¿cómo va su recuperación?- escucho voces dentro del lugar. -muy bien. Ya puede dar pasos pero aun necesita un bastón- escucho la voz de mi enfermera. -y su memoria…- ¿Alex? -sigue igual. Se han realizado estudios, pero nada aun- me incorporo lentamente y restriego mi vista. -Cariño- la voz de mi esposo hace que el sueño que tenia se esfumara. ¿Está aquí? Frente a mi. Y… no es un sueño. Es el. Su traje formal, su elocuencia al hablar, su perfume. -Alex..- digo de pronto. Decir su nombre se siente extraño en mi boca, después de todo este tiempo se siente amargo. Cualquiera diría que es un espectro, tal vez es un sueño pero rechazo la idea pellizcándome sutilmente. Ahora lo tengo frente a mi, de brazos cruzados. La enfermera sale de la habitación y nos deja solos. Esperaba un beso de su parte o un fuerte abrazo, o alguna palabra como pero lo único que recibo en una palmada en la espalda. Se sienta a mi lado y me observa. -estoy resolviendo lo de tu alta. Saldremos en 20 minutos- intenta tomar mi mano. Pero la aparto. -¿eso es todo?- susurro. Frunce el ceño. -todo ¿a qué te refieres? – me mira sin una pisca de emoción alguna. Siento como si estuviera al lado de un desconocido y no del hombre que dice amarme. -llegas y solo me dices que ya nos vamos- lo encaro. No hay un -¿quieres quedarte más tiempo aquí?- niego, no aguanto un día mas. Pero la forma en como dicen las cosas... -entonces es momento de irnos Luz. Una habitación ya esta lista para ti. Viviremos en casa de mis padres- se pone de pie. intenta tomar mi mano, lo aparto. No se como reaccionar ante sus palabras. Disgustada, sorprendida, enojada. Decepcionada. -¿tus padres?- asiente. -aunque hay algo que debes hacer- -¿hacer?- -mis padres no saben que me casé. Ellos no saben de nuestra relación. Siempre la escondimos del mundo así que..- ¿viviré en una casa donde nadie sabe quién soy?. Este hombre esté en sus cabales o acaso esto es una broma. Por que si lo es, no lo veo riéndose. -quieres que vivamos juntos como casados, pero sin decir que lo estamos- ahora si creo que me casé con un completo lunático. -es lo que hay. Debes hacerme caso soy tu esposo. Me debes obediencia- toma mi brazo y lo presiona un poco. No quiero decirle que me duele. -para ellos serás mi prometida, una que oculté al mundo hace más de un año. Mentira no es después de todo- cada palabra que sale de su boca me hunden más en la decepción. me suelta -yo no voy a ir contigo a ningún lugar- -¿si? Y donde iras- sus palabras son duras y crueles. -a…- trato de pensar ¿Dónde podre ir en mi estado? -eres una invalida Luz. No tienes amigos. No tiene conocidos. No tienes familia. De algún modo solo me tienes a mi- un nudo se forma en mi garganta. Aquellas palabras no las dice la persona que te ama. -yo no voy a ir a..- -me lo debes- abre la puerta de la habitación -gracias a mi puedes moverte Luz Adams. Eso grábatelo en la cabeza- cierra la puerta y se va dejándome sola en el lugar que desperté hace poco. Todo pasa muy rápido. Mi traslado del hospital fue muy triste. Me despedí de los pacientes que conocía. De mis enfermeras. De los doctores, pero de quien no pude despedirme fue de William, tal vez nunca mas vuelva a verlo. Mi esposo se sienta a mi lado y yo me muevo mas a la ventana. Este es el inicio de mi felices por siempre O en este cuento no existirá aquello.
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