Capítulo 3

1760 Words
Aquel encuentro que habíamos marcado me había quitado el sueño, por más que Fabiana no sea flor que se huela, yo me sentía mal por desobedecer a mi madre, que tanto ya sufrió en esa vida. Al día siguiente fui a trabajar con una gran resaca de sueño, pero traté de mantenerme enfocado para que nadie sospechara de los días terribles que estaba teniendo. … Fabiana sabía de aquel encuentro y no podría jamás permitir que la hicieran de tonta una vez más, aunque fuera sangre de su sangre Consuelo iba a pagar caro por más aquella afrenta. Sabía la hora y el lugar de la reunión… Maitê - ¿De verdad vas a tener el valor de hacer lo que dices? Esto es una locura y sabes que definitivamente vas a tener problemas con la policía. Fabiana - No me importa nada más, ya pagué por el trabajo y ahora solo me queda esperar que eso la saque de mi camino de una vez. ¿Cree que antes de ir al trabajo dijo que no dormiría en casa hoy por qué iba a viajar para pedir productos de la tienda? No te importa nada de lo que yo piense y ni siquiera te esfuerzas por hacerme pensar. Estás tirando una relación sólida a la basura por una aventura. Maitê - ¿Y si realmente está enamorado de su sobrina? Fabiana - ¡Si lo está, tendrás que olvidarlo! Por su bien. … André estaba impaciente por reencontrar y tener un momento de intimidad con Consuelo, era nítido que dentro de él había un sentimiento mucho más fuerte que una mera atracción. Aunque quería negarse a sí mismo por miedo a ser usado por una joven y aventurera, sus gestos y acciones denunciaban el amor que ya había nacido, encargó rosas rojas para buscar poco antes del encuentro. La idea de poder dormir toda la noche con ella parecía un sueño, porque siempre que estuvieron juntos la angustia de ser descubiertos los acompañaba. “Si realmente sientes lo mismo que yo he sentido, me divorcio de una vez de Fabiana!” Todo el futuro de esa relación dependía de esa reunión y de lo que se dijeran. … Me puse mi vestido n***o más sexy, me solté el pelo y me maquillé un poco. No quería parecer montada y que se diera cuenta de lo mucho que me esforzaba por complacer. Sentía mil mariposas en el estómago para volver a ver a André, ni parecía que ya hubiéramos hecho el amor algún día en esa vida. Elaine - ¿Hija va a salir tan linda en pleno martes? Consuelo - Sí, mamá… e… con un colega del trabajo, el que le comenté a la señora. Trabaja los fines de semana… así que nos veremos hoy. Elaine - Entonces tráelo para que yo pueda conocer mejor, espero en Dios que él sea un buen chico y que ponga juicio en esa cabeza tuya. Consuelo - ¡Por supuesto que lo voy a traer para que la señora conozca, pero es que todavía estamos bien al principio… yo ya voy entonces! Elaine - ¿No viene a buscarte? Consuelo - Quedamos de encontrarnos y ya estoy atrasada… adiós mamá. La conciencia dolía mucho, me sentía como una criminal en fuga… pero la nostalgia y la voluntad de conversar y sentir él de nuevo era mucho más fuerte que todo. Fui andando por la calle de abajo exactamente como habíamos acordado y ya vi un coche n***o parado por allí, pero estaba con los vidrios cerrados y eran oscuros… Consuelo - ¿André? El conductor bajó el vidrio y un hombre encapuchado me apuntó con un arma, sentí como si mis pies no estuvieran más en el suelo y mi ritmo cardíaco se disparó. Gustavo - ¡Entra en el coche perra, o voy a tener que disparar en usted! Consuelo - Por favor no… voy a obedecer. Gustavo - ¡Baja la voz y sube al auto de una vez! En el asiento trasero alguien abrió la puerta para mí, no tenía fuerzas para nada, pero temí por mi vida y me subí a ese auto. Había dos personas más... dos hombres más además del que conducía, me miraban insinuantes el conductor aún seguía armado y el hombre del asiento trasero estaba con algo en las manos que parecía ser un cuchillo. Empecé a sudar frío y sentir que mi garganta se secaba. Victor - Quédate tranquila gatita, solo vamos a dar un paseo contigo por la ciudad. Empecé a llorar aterrada, me dijeron que mirara hacia abajo y no podía ver hacia dónde íbamos hasta que unos minutos más tarde paramos. Gustavo - ¿Tienes las tijeras? Victor - Sí! Ese hombre me mostró lo que tenía en las manos, unas tijeras grandes y afiladas… Victor - Si te mueves puedo temblar y cortar tu orejita! Me quedé inmóvil mientras me cortaba el pelo y después de satisfecho con el daño, me tiró con fuerza por el cuello y pude ver que tenía una señal muy cerca del ojo izquierdo. Victor - ¡Esa fue solo una muestra, tú bien de quien es ese recado! Si no quieres vernos de nuevo no te metas con lo que no es tuyo…, ¿entendiste? Ahora me había dado cuenta de que no era un asalto, violación o cualquier tipo de robo. Consuelo - ¡Sí! Me soltó, estiró la mano casi abrazándome y abrió la puerta del auto mientras los otros parecían haber adorado el espectáculo. Gustavo - ¡Puedes ir nena... nos vemos por ahí! Salí de aquel auto horrorizada y llorando, Fabiana había cruzado todos los límites posibles. Yo había andado mucho con ellos en aquel coche y estaba en un lugar yermo y que parecía lejos de la ciudad… Me quité la sandalia y fui caminando por la carretera agradeciendo a Dios por estar entera, hasta que un señor tuvo la bondad de ofrecerme un paseo. … Mientras tanto André ¿Qué cree Consuelo que soy? He estado aquí como un idiota por más de media hora y nada de ella apareció, tiré ese estúpido ramo por la ventana y me fui a un bar. No había ningún mensaje de ella y yo tampoco llamaría después de más muestra del desinterés que ella tiene por mí, debe estar con otro y me hizo estúpido una vez más! … No podía ir a casa así con esa cara de terror y con el pelo en esa situación, llamé a Sofía desde un teléfono público porque el mío se había quedado en el coche de los bandidos y conté parte de la historia en cuanto llegué a su casa. Sofía - ¡Pero tienes que registrar un B.O., eso es agresión y secuestro! Te metieron en un coche contra su voluntad y lo sujetaron con un arma. Consuelo - Ya he dicho que no tengo ni idea de por qué me han hecho esto, ya ha pasado y afortunadamente puedo arreglarme el cabello e intentar olvidarlo. Sofía - Dios, amiga… entonces, intente calmarse y descansar. Mañana con la cabeza más fría decide qué hacer. Llamé a André desde el teléfono de la casa de Sofía, pero no me contestó y me preocupaba dejar un mensaje en el buzón. … Fabiana - ¿Estás segura de que estaba aterrorizada de verdad? ¡Así que esa perra no es tan valiente como parecía ser… bien, la otra mitad de la paga voy a pasar ahora a ustedes y muchas gracias! Fabiana sonreía sólo de imaginar el pavor que había causado a la sobrina con aquel secuestro relámpago. Para ella no había límites cuando se está luchando por un matrimonio. Fabiana - ¡Te advertí que no jugaras conmigo! … A las 4:00 de la mañana André llegó completamente borracho a casa. Fabiana - ¿No dijiste que ibas a viajar por trabajo? André - ¡Déjame en paz… ve a acostarte mujer! Fabiana - Nunca fuiste de beber así, te convertiste en la sombra del hombre que eras. André - Si sabes eso, ¿por qué no lo sueltas entonces? Fabiana, enojada, lo ayudó a acostarse en la cama, aunque estaba tan borracho que era de ella. Sin Consuelo todo volvería a ser como antes entre ellos. Fabiana - ¡Tienes que olvidarte de Consuelo, por mí y por nuestro hijo! Se alisaba la barriga mientras le quitaba los zapatos. André - Consuelo… ¿Dónde estás? ¿Por qué no viniste a verme? Fabiana - ¡Solo duerme! Me dolía oírle llamarla, pero tenía que ser la última vez que estuviera en sus pensamientos. Consuelo Me desperté antes de las 5:00 de la mañana, pasé por un salón de peluquería y arreglaron el corte de aquel daño de la noche anterior. Me quedé con el pelo a la altura de los hombros y hasta me gustó el nuevo look, lo que no sale de dentro de mí era la voluntad de contar todo lo que aquella loca había preparado para André, pero yo no iba a llamar así… era mejor esperar que el polvo bajara. Fui a casa y mi madre felizmente aún dormía, preparé un café muy rápido para que ella supiera que yo había llegado a casa y lo dejé listo y encima de la mesa. Me vestí y salí a trabajar… En la hora del almuerzo fui a una tienda y compré un celular nuevo, no tenía hambre y todo me recordaba aquellos momentos de pavor. Mensaje de w******p: André, perdóname por no haber ido a nuestro encuentro, es que sucedió algo grave y necesitamos más que nunca hablar lo más rápido posible. … Fabiana leyó el mensaje por el w******p web mientras André aún permanecería en sueño profundo por la borrachera del día anterior. Y decidió responder a su rival. André escribiendo a máquina… André - No sé por qué las disculpas, yo no fui a ese encuentro. ¡Lo siento mucho… pero lo que había entre nosotros ya no puede haber! Consuelo - Como tú querías que hiciera, tendrás que decirlo mirándome a los ojos. André - Donde y cuando usted quiera. Consuelo - Hoy a las 19:00 en el restaurante Cardoso… Hay un lugar más reservado y podemos quedarnos a gusto. André - Cierto entonces nos vemos. Consuelo Claro que todo esto es extraño, pero si él no me quería más, al menos que fuera franco. Íbamos a hablar seriamente, y yo le iba a revelar el tipo de mujer con la que estaba casado hace tantos años.
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