Chapter 2

1531 Words
—Espero que esta lluvia termine antes de irme a casa. —Rosie observaba a través de la ventana el cielo gris y el incesante aguacero. Se había sentado allí durante los últimos minutos, sus dedos tamborileaban sobre el brazo de su silla de ruedas. Charlotte estaba de rodillas limpiando el polvo de los estantes cerca del frente de la tienda. Los libros estaban apilados a su lado, listos para regresar a sus lugares designados. Todo el día lo había dedicado a limpiar y organizar en lugar de atender clientes inexistentes. No era que culpara a las personas por querer permanecer en sus casas en un día tan deprimente. —No creo que tengas muchas posibilidades de que así sea. Estarás empapada antes de llegar a la esquina, ¿por qué no aceptas la oferta de Lewis de venir a buscarte? —Bueno, es que él tiene algo que hacer esta tarde y preferiría que no tuviera que preocuparse por mí cuando necesita tiempo para prepararse. Por la actitud de Rosie, Charlotte comprendió que estaba preocupada por lo que fuera que su prometido fuera a hacer en la tarde. Después de devolver los libros al estante, Charlotte se levantó y estiró. Ansiaba salir a correr o a nadar pero Kingfisher Falls en lo más crudo del invierno no ofrecía muchas opciones para hacer ninguna de las dos cosas. Se reunió con Rosie junto a la ventana, saludando al Sr. Lee que pasaba caminando con su labrador dorado. —¡Qué bueno que ambos llevan impermeables! —dijo Rosie. —Me siento un tanto sin saber qué hacer con Trev fuera del pueblo. ¿Qué te parece si soy súper genial y te llevo a tu casa y me autoinvito a quedar para cenar? Pediré a domicilio. Rosie levantó la mirada hacia ella. —Te estás preocupando por nada. —¿Disculpa? —Trev está bien. Quedarse en la ciudad durante el juicio, en lugar de conducir ida y vuelta todos los días con este clima, era la mejor opción. —Estoy de acuerdo. Y sé que está bien. Pero me gustaría algo de compañía y si Lewis está ocupado… —Tendremos una noche para chicas. —Rosie sonrió. —Tengo una botella nueva de ginebra Macedon Ranges esperando para destaparla. —No le diría que no, pero tengo que conducir de vuelta a casa. —Charlotte siguió a Rosie hacia el mostrador. —Tengo una mejor idea. Empaca lo que vayas a necesitar por una noche y te quedas conmigo. Puedes usar la habitación de Trev que está recién arreglada. ¿Es un trato? —Es un trato. ¿Qué debo ordenar para la cena? —No he comido italiano por un tiempo. —Umm… ¿La noche del sábado pasado en el Italia? ¿Dos parejas, en una mesa cerca de la chimenea? —Había sido una velada encantadora con Trev y Lewis. —Me refería a comer italiano en casa. Pero efectivamente fue una noche muy linda, ¿no te parece? Verlos a ti y a mi hijo tan enamorados me hace feliz. Charlotte bajó la cabeza para ocultar sus mejillas sonrosadas mientras se ocupaba de apagar la computadora que había usado. Vernos tan enamorados era una exageración, pero sí se habían tomado de las manos varias veces durante la cena. —¿Te importa si subo corriendo a empacar un bolso para pasar la noche? —Debes ir corriendo para evitar quedar empapada. Rosie tenía razón. Incluso entre la puerta de atrás de la librería y la puerta del apartamento luego de subir un piso por las escaleras, la lluvia era lo bastante fuerte para empapar su cabello. Movería su auto para ubicarlo frente a la librería de manera que Rosie quedara cubierta bajo techo, al menos en parte, mientras subía al asiento de pasajeros desde su silla de ruedas. Después de empacar un pequeño bolso, vaciló ante el mesón de la cocina, su mano estaba sobre un sobre grande y su ceño estaba fruncido. No haría daño que lo llevara. Luego podía decidir si le pedía a Rosie su opinión. El sobre entró en el bolso. El auto de Rosie estaba en el garaje de manera que Charlotte tuvo que subir lo más posible por la entrada. Para cuando entraron a la casa, ambas estaban empapadas pero riendo. Rosie era una experta para moverse entre un auto y su silla de ruedas pero la lluvia hacía que todo fuera tan resbaloso que casi terminó en el piso. —Borrachas antes de tomar un trago. —Abrió la puerta principal con agua escurriendo por su rostro, sus lentes en un bolsillo y el cabello se había soltado de su moño. —Iré a mi baño para secarme y tú puedes usar el otro. Ya sabes dónde está la habitación de Trev. Así era. Charlotte se había quedado anteriormente a dormir una noche, cuando habían entrado para robar y había querido permanecer cerca de Rosie. Para entonces Trev todavía vivía a horas de distancia en River’s End, pero ahora había reclamado su antigua habitación hasta que encontrara un lugar propio. Esta semana la había pasado como testigo clave en un juicio de su antigua jurisdicción. Charlotte había ido a la corte el primer día como testigo dado que estaba viviendo en River’s End durante los hechos. Varios minutos después, seca y con ropa más cálida, Charlotte buscó a Rosie. La encontró en la sala junto al pequeño bar, observando las opciones. Los dos gatos de Rosie, Mellow y Mayhem, levantaron sus cabezas de sus tazones con comida al otro lado de la puerta deslizante y regresaron a su cena. —¿Deberíamos comenzar con un gin & tonic o vamos directo a los cócteles? —Si comenzamos con los cócteles estaré borracha antes de la cena. —Charlotte se dejó caer en un sillón. —Que será una hora de todas formas. Mientras Rosie preparaba las bebidas, los gatos entraron por sus puertecillas. Mellow saltó al brazo del sillón de Charlotte para saludarla pero Mayhem no se molestó en dirigir ni una mirada en su dirección. Se acercó a Rosie, maulló una vez, luego se alejó de nuevo. —Un día, Sr. Mayhem, vendrás a mí para que te abrace, —dijo Charlotte mientras desaparecía en dirección a la habitación de Rosie. —¿A él le agrada Lewis? No lo he notado. —No más que el resto de las personas. Trev es la única persona aparte de mí a quien le presta atención, y luego generalmente gruñe un poco. Pero Lewis no lo toma como personal. —Rosie le entregó una bebida a Charlotte y se acercó hacia el sofá. En un momento, se deslizó sobre él para estar más cómoda, levantando el soporte para los pies y levantando su bebida. —Salud, cariño. —Salud. La lluvia se hizo más pesada, si eso era posible, golpeando el techo. Mellow se pasó al regazo de Charlotte y se puso cómoda. —Mencionaste que Lewis haría algo esta noche. Espero que no vaya a salir con esta lluvia. —Charlotte miró hacia la ventana. —No. Está en su casa pero está reunido con un agente de bienes raíces. —Rosie apretó los labios. —Cecil, ya sabes, del local en la esquina a una calle de la tienda. —¿Para hablar sobre la venta de su casa? Rosie asintió. —No puedo imaginar cómo se siente. Él vivió allí con su encantadora esposa por tanto tiempo. Toda su historia familiar está allí. Una vida juntos. —Supongo que solo Lewis sabe cómo se siente, y aunque podría agitar algunos recuerdos agridulces, pero él te ama, Rosie. Te propuso matrimonio porque quiere pasar el resto de su vida siendo parte de la tuya. Y ambos merecen un retiro cómodo luego de tantos años de trabajo duro. El brillo en los ojos de Rosie dejaba ver mucho más de lo que había dicho, pero asintió. —Estarás allí para brindarle apoyo si lo encuentra muy abrumador. Las casas están llenas de recuerdos, ¿no es así? «Incluso malos recuerdos.» La semana anterior había puesto en venta la casa de su madre. —Charlie, ¿estás pensando en tu madre? —Sí. —Suspiró. —Aunque no es lo mismo que con Lewis. La casa de Mamá será demolida y reemplazada por una casa moderna pero al menos el producto de la venta cubrirá sus gastos futuros. Sus cuidados son costosos así que vender era la mejor opción y además, nadie viviría en una casa tan deteriorada. —Charlotte tomó un trago más grande de lo normal para forzar sus sentimientos sobre todo ese asunto de vuelta en la caja mental que había creado para ellos. —Lo lamento, cariño. No fue mi intención tocar un tema que te molestara. —En realidad, me alegra que lo hicieras. Hay muchas cosas que nunca te dije sobre mi pasado y pensé… bueno, tenía la esperanza de que podrías permitirme que te muestre algunas de las cosas que tengo de Mamá. Apreciaría tu opinión. El rostro de Rosie se iluminó. —Me encantará ayudarte. ¿Antes o después de la cena?
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