+BIANCA+ Estamos en el auto. El motor ruge suave y constante, como si supiera que mi corazón necesita ese mismo ritmo para no colapsar. Alicia va sentada en el asiento del copiloto, conversando con el chofer sobre cosas que no entiendo, ni quiero entender. Yo solo lo miro a él. A Alessandro. Estamos atrás, juntos… pero a la vez envueltos en un universo solo nuestro. Tiene el celular en la mano, sus ojos recorren la pantalla con seriedad, hasta que me mira. —Amor… —me dice, con esa voz que siempre tiene el poder de bajarme la guardia—. Valentina me está escribiendo. Dice que será madre… que ya le dio la noticia a Uriel. Trago saliva. No sé si fue alivio, miedo o pura ansiedad, pero sentí el alma volverme al cuerpo. Él deja el teléfono sobre sus piernas y me toma la mano. —Lo siento,

