—No me digas que ya tienes nombre para la misión. —¡Obvio! Soy la mente maestra detrás de todos los fracasos amorosos de Bianca. —¡Perra! —protestó Bianca— ¡Yo no he fracasado! Yo solo… experimento. —Claro, claro —murmuré, echando más café a mi taza—. Ustedes están igual de locas que yo, y eso me encanta. —Rosalia —dijo Bianca, más seria—. Fuera de broma… ¿tú estás segura de que este tipo siente algo por ti? No solo deseo. ¿Algo más? —No lo sé. No quiero saberlo aún. Solo sé que cuando me mira, siento que va a desnudarme con la mirada y luego castigarme con besos. ¿Es eso amor? ¿O solo una calentura cósmica? —Amiga, cuando un hombre no te quita la ropa y en cambio decide darte placer solo con las manos… —dijo Alicia, mordiendo una tostada—. Eso es peligroso. El tipo tiene clase, domi

