+DAMIÁN+ Estoy llegando a la alberca, mientras los gritos y risas desde el agua me confirman que la fiesta está en su punto más alto. La música está algo más baja ahora, lo justo para que se escuche conversación y carcajada sin tener que gritar. Mis pasos son tranquilos, calculados, casi mecánicos, pero por dentro, mi cabeza bulle. Alessandro está conversando con Efraín, y Charlotte está con ellos, sentada a la par de su marido como siempre: con esa mezcla de elegancia y autoridad que hace que uno no sepa si es la esposa o la CEO de su vida. Ella sonríe con esa boca perfectamente delineada, aunque su mirada pasea inquieta por el lugar como si estuviera analizando cada movimiento, cada trago, cada gesto. Me acerco. —¿Qué me perdí? —Nada que no puedas recuperar con un trago —me dice Ale

