+ROSALIA+ Acabo de terminar de alistarme. Llevo puesto un vestido morado hasta la rodilla, pegadito al cuerpo como me gusta, sin mangas y con un escote que dice “soy formal pero no tanto”. Los tacones, obvio, altos como mi autoestima después del café. Me miro al espejo y sonrío. ¿Secretaria yo? No, mi amor, soy un arma de seducción masiva con un bolso al hombro. Pero lo más urgente no es mi outfit. Lo más urgente es Bianca… y su posible colapso emocional. —Nena, ya… dejá de decir “mi amiga por aquí” y “mi amiga por allá”. Hablemos claro. Ese hombre, ¿te folla rico o no? Ella se tapa la cara, pero sonríe. Ahí lo supe: confirmado. Le vuela la cabeza en la cama. —Sii… —me dice, toda risueña, como si se hubiera ganado el premio mayor. —Entonces dime —le digo mientras cruzo los brazos—. ¿

