Asentí, sintiendo que mi corazón palpitaba con fuerza al saber que estaba siendo observada por un hombre tan poderoso. —Gracias —respondí, con tono controlado, aunque por dentro sentía la adrenalina al mil. Él me sonrió con amabilidad. —Hacen una pareja tan linda tú y Damián. Eso me agrada mucho, y por eso los uniré cada vez que tenga oportunidad —soltó con sinceridad. El comentario me descolocó. —¿Me hará… más invitaciones así? —balbuceé, incómoda, pero sabiendo que esta frase tenía más consecuencias de las que aparentaba. Volkov se inclinó suavemente, posó sus manos sobre la mesa y me miró a los ojos. —¿Crees que no sé que Damián es el ex de mi esposa? —su revelación cayó como una bomba invisible entre nosotros. Me quedé muda. Él seguía sonriendo, esa media sonrisa que parecía co

