Michael rompió el largo y apasionado beso. «Tú también besas bien, Amy. Aunque me gustaría estar contigo ahora mismo, tengo que respetar a Maggie. No provoquemos ningún drama con ella, ¿de acuerdo? Y...». Hizo una pausa... Susurró... «Me gustaría llamarte cuando vuelva a Denver». Amy sonrió ampliamente. Asintió, lo agarró del cuello y lo besó de nuevo. ***** Buenos días, Maggie. Fui a la tienda y compré sándwiches para desayunar. El café está listo. —Gracias, Michael. ¿Puedes quedarte el resto del verano? —gruñó Maggie mientras entraba a la cocina arrastrando los pies con su camiseta, bragas y pantuflas mullidas—. Me gusta tener el desayuno y el café listos al despertar. ¿Dónde está Amy? "Está en el baño", respondió Michael, haciendo un gesto con la cabeza. "Aquí tienes el café". "Mm

