"¡NO! ¡No me toques!" Momentos después, explotó desde dentro con su familiar "puaj". Paralizada en su sitio... incapaz de hablar... frotando su coño en pequeños círculos contra la base de su pene... mientras su viscoso túnel experimentaba convulsiones de placer escandaloso. Los colores consumían su mente y su dormitorio. El éxtasis inundaba cada fibra de su cuerpo. "Me corro con fuerza", chilló. "Demasiado fuerte, Michael". Finalmente, jadeó en busca de oxígeno y comenzó a girar las caderas contra él de nuevo, pero... Otro orgasmo explosivo la azotó. Intentó caerse de su amante y caerse a la cama. Michael la atrapó y la giró boca arriba, con su pene aún profundamente clavado en su túnel del amor. Ella lo agarró del cuello y lo atrajo hacia sí, aplastando sus pechos contra su pecho. Empe

