Capitulo 2- Victima

2011 Words
Thiago POV'S   La misma escena volvía a repetirse, solo que esta vez ella no estaba atada a una silla ni mucho menos llevaba tape en sus labios. Se encontraba recostada encima de mi cama, se había desmayado.   La tenía en frente otra vez, sentado en un sillón de la habitación la miraba a los ojos, aquellos que me volvían loco. Ambos permanecíamos en silencio en un ambiente incómodo y lleno de intriga.   Ella estaba muy hermosa, aunque la pena se le notaba por encima de aquel fino y lindo vestido.   -Necesito llamar a mi mamá y saber que ocurrió con Peter. Todos deben de pensar que hui y lo dejé plantado- me dijo con la voz muy baja casi inaudible   Negué con la cabeza   -No- le contesté simple y llanamente.   Me miró con cierto miedo, ese que yo pensé que ya no me tenía y que había quedado descartado hace mucho tiempo.   - ¿Por qué no? - me preguntó   Pasé mis manos por mi cabeza, de mi chaqueta saqué un porro y lo encendí, sus grandes ojos me miraban detenidamente.   -Pensé que habías dejado de fumar por mi- me dijo mirándome fijamente cuando exhalé el humo.   -Si, lo había dejado por ti, pero, tú me haces más daño que el que me hace este porro, tú me haces sufrir más. El cura mi ansiedad, me ha calmado desde que te fuiste, lo que tú no hiciste este porro lo ha hecho durante estos largos tres meses. Mientras tú te divertías comprando vestido de novia y estúpidos disparates para este día, el día de tu tan esperada boda para el idiota de ese marica, este porro me curaba las grandes heridas de tu partida- le dije mirándola de una manera penetrante y fría.   -Te juro que...- intentó hablarme   -No quiero que me jures nada, no te molestes. ¿Yo voy a hablar sí? Tu solo me vas a responder a lo que te pregunté- le ordené   Bajó su mirada, cuanto odiaba que hiciera eso.   Me levanté del sofá y caminé hacia la cama. Me detuve justo al lado de ella, le coloqué la mano en su barbilla sintiendo como tembló, otra maldita vez. Había vuelto a temerme.   - Levanta la cabeza, ¿acaso no te he dicho yo que cuando te hable me mires a los ojos? ¿Te hizo olvidar Peter lo que te enseñé? - le pregunté dándole una calada a mi porro y exhalando el humo justo en su cara.   Cerró sus ojos y apretó sus labios.   -Por favor no, Thiago- me dijo con la voz esta vez un poco más grave.   La miré negando con la cabeza.   - ¿Enserio te ibas a casar con él? ¿Ya tan rápido olvidaste mis caricias y mis besos? - le pregunté   Guardó silencio.   - Estoy hablando contigo, ¿de verdad te ibas a casar con él? - le pregunté otra vez   -No tenía de otra Thiago- me respondió   Negué con la cabeza   -No tenías de otra?! ¡¿Te atreves a decirme esa mierda?! ¡Solo pasaron tres meses! ¡Tres malditos meses! ¡No podías casarte tan de prisa! ¿¡Acaso no pensaste en mí!? - le grité alterado mirándola a los ojos.   -No había día que no pensara en ti que es distinto! - me gritó también   - ¡Pues no parece Antonella, te ibas a casar! ¡Por LA IGLESIA! - le volví a gritar.   -Estaba desesperada- me dijo en voz baja   - ¿Desesperada por casarte? - le pregunté   -No quiero que él muera- me dijo desviando su mirada.   Me enojó tanto escucharla decir eso, los celos se apoderaban de mi en un dos por tres.   - Dime algo, ¿lo amas? - le pregunté incluso temeroso de lo que me pudiera decir   -No lo amo, te juro que no. A quien amo es a t....- no la dejé terminar.   -Ni te atrevas a decirme eso. NI TE ATREVAS- le dije apuntándola con mi dedo índice.   Me miró con sus ojos aguados.   -No me mires así tampoco, no puedes decirme algo como eso porque no te lo voy a creer. ¡Quien ama no se marcha, quien ama no abandona! ¡Y tú me abandonaste Antonella! - le grité   -Si me vas a estar restregando la misma mierda de que me equivoqué ¿para qué diablos me volviste a traer contigo?!- me gritó   -Porque ibas a cometer una locura! ¡Una mierda! ¡No puedes casarte porque ese idiota te amenazó con quitarse la vida si volvías conmigo! ¿Te has vuelto loca? ¿Desde cuando eres salvavidas? Te chantajeó. ¡Y otra cosa, te restriego que me fallaste cuantas veces se me dé la puta gana porque así fue! ¿O acaso que crees? ¿Que se me olvidó? ¡¿Que no sentí ni mierda cuando te dije en la cara que te amaba y te fuiste sin decirme ni mierda dejándome como un completo idiota!? - le grité viendo como empezaba a llorar.   -No tienes que decírmelo, ya lo sé. Actué muy mal, te fallé y lo siento mucho. Me dejé llenar la cabeza de puras mentiras, juré que te iba a cuidar y que estaría a tu lado y te fallé, pero entiéndeme que me dolió bastante perder a mi hijo- me habló con lágrimas corriendo por sus mejillas.   - ¡Yo también lo perdí porque no era solo tuyo, era mío también! ¡Nunca podré entender como diablos pudiste creerles a ellos y no a mí! ¡Te había demostrado con mi vida que para mí lo eras todo y me dejaste! ¡No solo perdí a mi hijo, sino que también te perdí a ti! - le grité sacando todo eso que había querido abriendo heridas que en realidad nunca habían cerrado.   -Perdóname Thiago, lo siento mucho. Perdóname- la escuché decirme mientras le daba la espalda.   No la quería mirar. Sabía que si la miraba mientras me pedía perdón la iba a disculpar y por el momento yo no quería hacerlo, se fue tan fácil como para yo no ponérsela difícil.   -Sabes lo que he sufrido estos tres meses? Ni siquiera he podido comer bien desde que te fuiste, creo que hasta estoy mucho más delgado. Mi cara aburrida y amargada volvió otra vez porque tú no estabas para mantenerme con deseos de sonreír. Hasta odié por unos días ducharme, los recuerdos de nosotros en la ducha mientras te hacia mía no dejaban de atormentarme, y lo peor no era eso. Lo más difícil era irme a dormir sin tu cuerpo a mi lado, me encontraba la cama cada día más espaciosa, ya no estaban esas noches donde peleábamos por la cobija porque tú siempre la tomabas toda y me dejabas a mi descubierto con frío, ya no estabas tú para decirte que apagaras la lámpara de tu mesita y que dejaras de redactar tus historias, ya no podía regañarte, no estabas para morderte y besarte. Lo que más odiaba era despertarme todos los días y saber que tendría que repetir el mismo día otra vez sin ti. Esos besos recién levantados que no te gustaban porque ambos estábamos sin lavar nuestros dientes, como los extrañaba, no estaban. Tuve que poner en venta la casona en Italia porque como diablos iba a seguir viviendo en ella si toda la casa olía a ti. Hell se puso muy muy triste, a los dos nos abandonaste, sin piedad- le dije sin mirarla solo escuchando sus sollozos.   -Yo también sufrí mucho, desde que me enviaste esa carta nunca más pude vivir din dolor, desde que me subí a ese avión no había día en que no llorara porque tú no estabas conmigo, fue como lo dijiste, no quería otras carias que no fueran las tuyas ni mucho menos otros besos, te quedaste en mi piel, pero sobre todo siempre estuviste dentro de mí. Mi corazón nunca pudo sanarse porque estaba consciente de que la culpable de nuestra separación era yo. Intenté llamarte, pero cambiaste de número y traté de escribirte por tus redes, pero las cerraste. ¿Crees que no me moría por estar entre tus brazos? Me acostumbraste a ti y añoraba con todas mis fuerzas que volvieras por mí, tenía la esperanza de que me estuvieras viendo o siguiéndome, pero no, todo fue un calvario- me dijo muy rápido y a la vez nerviosa, pero sincera.   Me di la vuelta recostándome de la ventana, quería besarla y abrazarla, me moría por decirle que la perdonaba, pero el dolor que sentía no me dejaba.   -Te deje muy claro en la carta que no te iba a buscar ni a perseguir como de costumbre. Me haría más daño entonces. Tu fuiste la que escogiste sufrir, hacernos sufrir a ambos- le dije mirándola a los ojos.   Bajó su cabeza.   -Entonces ¿cómo supiste que me casaría hoy? - me preguntó   -Camilo te vio en una tienda del mall cuando estuvo aquí en el Bronx, ayer me logró encontrar y me lo dijo. Él y Diana me hicieron convencer de que fuera por ti, pero yo nunca estuve interesado en saber que de tu vida- le dije frío   -No te expreses así cuando te refieras a mí por favor- me dijo con la voz aún más sensible.   Lo que le había dicho era mentira, claro que siempre tuve ganas de saber de ella, pero, el dolor que sentía dentro de mí era mucho más fuerte y no me dejaba hacer nada.   -No te quieras hacer la victima ahora. ¡Tu más que nadie sabes que todo esto está sucediendo por tu maldita culpa! ¡Desperdiciamos tres meses en donde pudimos haber hecho muchas cosas! ¡Odio con mi vida todo lo que sucedió porque no lo podré borrar de mi memoria ¡nunca! - le grité   - No me estoy haciendo la víctima, ¿pero no crees que te estas pasando ya? ¡Las heridas sanan con el tiempo! ¡Podemos curarnos ambos! - me gritó   -Lo dices como si fuera fácil- le contesté   -Tú me secuestraste, me quitaste mi vida, me alejaste de mi mamá, me hiciste dejar la universidad y ...- empezó a enumerarme cosas que le había cambiado, pero la interrumpí   - ¡Te cambié la vida, pero luego me agradeciste por haberlo hecho porque nunca te hice sufrir de esta manera estando conmigo! ¡Por eso me sorprendió tanto que le creyeras a tres personas que no te habían demostrado el amor que yo sí! ¡Vivíamos pegados casi todo el tiempo y si no cuando llegaba de trabajar me acurrucaba en ti de una manera impresionante que era de solo confiar en mí que dependía nuestra relación! ¡Solo debiste dejar tu orgullo y tu rebeldía, pero no! ¡Decidiste creerles a todos menos a mí y hoy por eso estamos así! ¡Esto se pudo haber evitado! - le grité   -Pero no pasó! ¡No pasó! ¿No puedes hacerlo a un lado y perdonarme? ¡Ahora me vas a crucificar sabiendo que te quiero conmigo y que añoro estar contigo! - me gritó también   -NO QUIERO! ¡¿Sabes por qué?! ¡Si yo hubiera sido el que cometiera el error me la hubieras puesto difícil también, yo no te voy a perdonar así por así! ¡Vas a tener que ganarme otra vez porque ahora quien me perdió fuiste tu a mí! -le grité sintiendo mi cabeza doler.   Se levantó de la cama e intentó abrazarme, pero la detuve.   -No quiero que me abraces- le dije mirándola por primera vez en tres meses tan de cerca nuevamente.   Sus grandes ojos marrones tristes derramaron más lágrimas.   -Gracias a Dios y el perro de Peter no te vio vestida de novia, ningún otro hombre que no sea yo puede hacerlo, ya quítate ese horrible vestido- le dije mirando lo ofendida que estaba por lo que le había dicho saliendo de la habitación.   Mierda.... me dolía todo esto, pero no podía doblarme ante sus encantos, si la dejaba tan solo tocarme me iba a rendir a sus pies.  
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD