40. CUMPLEAÑOS

2160 Words
Max Estaba a solo unos días de celebrar mi cumpleaños y estoy completamente seguro de que será el mejor de todos, esta vez muchos estarán allí acompañándome lo cual me alegra demasiado. Algo que me emocionó saber es que Antonio si era mi abuelo biológico, lo que hizo crecer un poco más esta familia, hubo muchas cosas que no quisieron decirme de nuevo por el tema de la edad, pero he aprendido que es mejor dejar todo en su momento. (…) 11 de noviembre —¡Bueno días Max! ¡feliz cumpleaños al mejor sobrino de mi vida! —me levanta mi tío con gritos y haciéndome cosquillas. —No, ya basta tío no más —digo apenas entre risas. —Claro que sí, muchos más Maxi, doce no se cumple todos los días. Cuando al fin me suelta puedo tomar un respiro y mi sonrisa se extiende por todo mi rostro. —Gracias tío, eres el mejor, no imaginas las ganas que tengo de celebrar esta noche mi cumpleaños —y en verdad mi emoción no puede ser más grande. —Max, hay algo que debo decirte, no podré llegar temprano esta noche, sé que quedamos en algo, pero me llamaron hace un rato diciendo que hubo un problema bastante grave y debo atenderlo, pero te prometo que haré lo posible por llegar, igual debo venir a casa, y el fin de semana iremos a la feria, será una salida de chicos que de por si nos hace mucha falta. Esto es algo que no esperaba, él siempre ha estado conmigo ese día —Está bien tío, no te preocupes, igual podré esperarte y saldremos a la feria el domingo. —Gracias por entender Max, de verdad haré lo posible por terminar lo más pronto posible, aunque no creo que me extrañes, ahora te la pasas más tiempo con la reina de hielo que al lado de tu genial y guapo tío. —Solo un poco, pero sigo siendo tu sobrino, además, esa salida de chicos no nos caerá mal y ya deja de decirle así a ella que no es la reina de hielo. —Sí lo es, ¿acaso no ves la forma en que mira a las personas? me sorprende que no tengas un resfriado por estar con ella todo el tiempo —niego con la cabeza por las ocurrencias de mi tío. No estoy del todo seguro si las cosas entre ellos están realmente bien o solo fingen delante de mí, pero me alegra que intenten hacer que todo fluya de mejor manera. —Mejor iré a alistarme para ir a la escuela. Esa mañana transcurre sin novedad, a mediodía voy con Janet la cual también me felicita y dice tener todo listo para esta noche, luego regreso a casa para cambiarme e ir al taller encontrándome a los chicos que me saludan y felicitan, incluso terminan alzándome como si en un concierto me encontrara y me llevan a la oficina donde están Vero, Liam y Robert discutiendo sobre algunas cifras y contratos. —Hola chicos. —¡Hey! Si es el anciano D’Porti, feliz cumpleaños campeón, ya dentro de poco usarás bastón —dice Liam. —Claro que no, pero me aseguraré de que el tuyo tenga cuatro patas para mayor estabilidad, yo aún puedo correr. —No le hagas caso al idiota de mi hermano, feliz cumpleaños Max —me felicita Robert con un abrazo. —Gracias Rob y no te preocupes, aunque sus chistes sean malos me sigue agradando. —Claro que te agrado si soy el tío más genial que tienes. —Será mejor que te alejes de él, no quiero que aprenda también tus malos hábitos. Feliz cumpleaños Maxi —Vero me da un abrazo tan cálido que me encanta, es como una hermana para mí. —La verdad es que estoy ansioso porque todos vengan esta noche, Janet está preparando todo en el restaurante, incluso dijo que cerraría temprano para hacer una fiesta privada. —Max, no te lo tomes a mal, pero, tenemos algunos problemas acá, de hecho, es por eso que Ragnar no está, hubo repuestos que llegaron en mal estado y en la tarde traerán los autos para revisarlos, lo que nos tomará varias horas —informa Rob un poco apenado. —Igual haremos lo posible por desocuparnos rápido y así poder llegar, pero no te prometemos nada Max, perdón, pero podríamos ir el fin de semana al zoológico con todos, aunque sería casi como venir al taller —comenta Vero Siento mi corazón hacerse pequeño con eso, esperaba que todos ellos estuvieran allí, ya bastante era no tener a mi tío, pero no quise que notaran nada, así que les sonreí igual y les dije que no había problema. —¿Dónde está Ragnar? —Ahora mismo debe estar arrojando al mar los cuerpos de los proveedores por lo que nos hicieron —Liam. —En serio que no tiene perdón nada de esto, es que nos hicieron perder demasiado dinero —Vero. —Tranquilos, igual entablaremos la demanda, ese dinero lo vamos a recuperar —Rob. —Bueno, veo que están muy ocupados, espero que puedan llegar para comer el pastel, nos vemos después. Salgo rápidamente de regreso a casa, no quiero ver a nadie ahora, estaba ilusionado con todo, pero creo que al final nada de lo que pensé va a pasar. Al llegar a casa decido tomar mi block y mi MP3, necesito despejarme, son cosas que pasan y solo es una tonta fiesta, no sé por qué le doy tanta importancia, no tiene nada de diferente a los otros años. Veo mi reflejo en el espejo y limpio ese par de lágrimas que salieron sin permiso. —Solo es una tonta fiesta Max, no tiene nada especial, ya tienes doce y empezarás a ser un hombre así que compórtate como tal que ya no eres un niño —me regaño en voz alta. Escucho que suena el teléfono y contesto. —¿Hola? —Hola Max ¿cómo estás? —Hola abuelo, todo bien, iba de salida al parque para dibujar un poco. —Qué bueno, te llamaba para desearte un feliz cumpleaños, te haré llegar un presente a la dirección que me indicaste ya que tengo que salir de viaje hoy mismo y regreso la próxima semana, espero que me perdones por eso, pero podremos hacer algo a mi regreso, un día entero solo para mi nieto ¿qué dices? —Sí abuelo, no te preocupes, nos veremos la otra semana, cuídate y gracias por la llamada hablamos después que tengo que salir. —De acuerdo, disculpa por hacerte ese desplante y gracias por comprender. Cuelgo sintiendo esa presión en el pecho, siempre soy el que comprende a los demás, no sé si soy muy estúpido y todos se aprovechan de mí o soy muy egoísta al desear algo más. Me voy al parque a dibujar, pero no tengo ánimos de nada así que regreso a casa y escucho música a todo volumen, quizás esto me calme un poco. Al menos ella sí estará esta noche, me dio su palabra y Ragnar Wintar nunca falta a sus promesas, siempre me cumple y tampoco me ha llamado para decir que va a cancelar, voy a creer al menos en ella y Janet que está organizando todo. Despierto encontrando todo oscuro, prendo la luz y me doy cuenta de que son las ocho, ya debería estar con Janet y Ragnar en el restaurante, lavo mi cara y salgo corriendo, no pienso quedarles mal. Al llegar veo que todas las luces están apagadas, lo cual es extraño, se ve como si en verdad hubiesen cerrado del todo, igual me atrevo a abrir, quizás Janet está en la cocina y esa luz no se ve desde afuera. —¿Janet? ¿dónde estás? Puedes prender la luz por favor, no veo nada —le grito esperando que me escuche y es entonces cuando las luces se prenden de la nada. —¡SORPRESA! ¡FELIZ CUMPLEAÑOS MAX! No tengo palabras para expresar esta sensación, veo a todos los chicos del taller, incluso están Vero, Liam y Rob a pesar de que dijeron que no llegarían, mi tío está junto a Janet y mi abuelo, todos están aquí, entre mi tío y Liam traen el pastel para que apague las velas y es cuando la busco, pero no la veo en ningún lado. —¿Qué hacen aquí, no se suponía que no podrían venir? —Max, ¿en serio pensaste que no estaríamos el día más importante del año contigo? Es por ti que todos estamos reunidos —dice mi abuelo mientras acaricia mi cabello. —Ahora pide tu deseo. —No, esperen ¿Dónde está Ragnar? —Ella dijo que iría a recogerte, pensé que estaba afuera —dice Vero. —De por sí ella no quiso ser parte del plan, dijo que era cruel hacerte eso —dice Liam. —Pero ella no fue a buscarme, yo vine solo. Veo la mirada de todos esperando que sea otra broma y que en verdad no tenga nada de qué preocuparme, porque si ella falta a su promesa es porque algo muy malo debió pasarle. —Quizás se le hizo tarde, dale tiempo, mientras tanto puedes apagar las velas —me dice Janet tratando de calmarme al ver la angustia en mi rostro. Al final decido esperar a que ella llegue, es importante para mí que todos estén. El tiempo pasa, ya son las nueve y media y sigo preocupado, no sé cómo pueden estar tan tranquilos, hablan y se divierten como si nada, quizás sea solo una broma. No quiero hacerlos esperar más, ellos vinieron y sé que tienen una vida y un trabajo que los deja agotados, así que prenden de nuevo las velas y cantan muy felices, aunque intento hacerme al ambiente mi mente solo se pregunta por ella. Cuando es hora de pedir mi deseo cambio de opinión, iba a pedir otra cosa, pero ahora solo deseo que ella esté aquí, una vez apago las velas con ese pensamiento sonrío y pienso que ella entrará por esa puerta en cualquier momento, pero nada, Vero y Janet van repartiendo el pastel para todos, pero no quiero comer, solo quiero que venga. Me quedo sentado aparte con mi porción de torta y las ganas más grandes de llorar, bajo mi cabeza en la mesa cubriéndome con mis brazos y ahogándome en esta horrible sensación. —¿Acaso no te he dicho que siempre debes tener la frente en alto? Volteo encontrándola en cuclillas, está mirándome con esa ligera sonrisa que me regala secretamente desde hace mucho tiempo, pasa uno de sus dedos para quitar mis lágrimas y acuna su mano en mi mejilla. —Feliz cumpleaños, disculpa la tardanza. Tomo su mano depositando un beso en su muñeca y la abrazo fuerte ocultando mi rostro en su cuello. —Estaba preocupado por ti, pensé que algo malo te había pasado —murmuro en su oído. —Sí pasó y por eso tardé en llegar, pero un viejo amigo me trajo hasta acá lo más rápido posible. —No vuelvas a asustarme así. Ella me levanta en sus brazos enredando mis piernas en su cintura y me sienta en la barra —Lo siento, pero ya estoy aquí, así que quita esa cara que hoy es un día especial y tú deberías estar muy feliz de tener a tantas personas a tu lado.—miro detrás de ella viendo a todos sonreírme e inevitablemente también lo hago. Hoy fue un cumpleaños único, solo deseo tener muchos más así, con todos ellos en mi vida y sobre todo, con ella a mi lado. Continuamos la celebración por media hora más y luego de ayudar a Janet a recoger nos fuimos cada quien a nuestras casas, Ragnar nos acompañó y ayudó a llevar los regalos hasta el apartamento dejándolos en la habitación, junto a mi tío y ella los fui viendo uno a uno y luego los organicé. —Bueno Max, me voy ya, así que no olvides dormirte temprano, nos veremos después. —¿A dónde vas? —Este galán se irá de conquista para buscar una hermosa chica en lo que tú te quedas el fin de semana con la reina de hielo. —Espero que no te importe, pero le pedí que me diera este fin de semana, así podríamos hacer algo mañana y el domingo te llevaré con él a la feria a que tengan su “día de chicos” —gira sus ojos con esas comillas lo que me causa gracia. —Gracias Ragnar, no me importa quedarme en tu casa todo el día, en el parque o en donde sea, siempre y cuando sea contigo. Dejo un beso en su mejilla acompañado de un abrazo de los tres para cerrar ese día con las personas que más quiero.
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