"Todos tenemos tres caras;
Una que le muestras al mundo
Otra que le muestras a tus seres cercanos
Y otra que no le muestras a nadie más que a ti mismo"
- Capítulo Cinco -
El tiempo pasaba, de alguna manera rápida. Entre cosas de la oficina y sus encuentros con las chicas respecto a su reunión hacían que todo pasará demasiado rápido
Los avances que estaban teniendo en el trabajo le era gratificante, por qué a pesar de que el no estaba todo el tiempo dando seguimiento a cada paso que se daba en el reclutamiento que se estaba haciendo en las empresas, todo ha salido como el lo desea
Eso simplemente identificaba la eficiencia y compromiso que tenian sus trabajadores, y que puede confiar en ellos y harian que la empresa siga subiendo y siendo eficiente como hasta ahora, con sus seguimientos paso a paso
— Deja ese teléfono Mohamed, no está en la maldita oficina- le regaño Sujail otra ves, la miro y le sonrio apenado apagando el móvil
— Lo siento. No puedo evitarlo- se disculpo él con ella con una pequeña sonrisa
— ¿Estas de acuerdo?- le preguntó Shiel, el las miro sin entender
— ¿De acuerdo con que?- dijo algo confundido, ambas suspiraron pesado rodando los ojos intentando controlarse por qué llevaban casi media hora explicando lo que harían y el no hacía más que estar pendiente a ese teléfono una y otra ves
— En hacer la reunión en Buenos Aires - dijo sin ganas la amiga pelirroja, él sonrio a ella un poco más, esas sonrisas que se habían perdido de su rostro por tanto tiempo estaban regresando de manera rápida, provocando pequeños dolores en sus pómulos en las noches cuando estaba en su departamento
— Recién compré una mansión cerca de la catedral de la plata- sonrio a ella, ambas se emocionaron ante lo que soltaron sus labios
— ¡Ahí será!- grito Sujail emocionada, el azabache rio ante su acción y asentio
— Dime cuándo y pido que la preparen de manera rápida.- dijo a ella, asintió a él con emocion
— Inma estará aquí mañana al fin. Su vuelo se había retrasado, así que propongo que sea el fin de semana, ya que solo faltan dos días para ello.- dijo entusiasmada, la peli roja estaba aún un tanto nerviosa por el encuentro con la chica castaña
No sabía como tomaría su reencuentro, a pesar de que lo que había pasado había sido hace mucho tiempo. Aún le dolía la traición que había tenido por ella, y la manera tan orrorosa en la que se enteró
— Shiel, ¿Estas bien?- pregunto intrigado el azabache al mirar los ojos tristes de la peli roja, está asintió rápido he intento recuperar su sonrisa otra ves. Habían decidido en ese entonces no decir nada de por qué su ruptura, para ahorrarse las peleas entre sus amigos y la separación de su grupo, y hasta la fecha ella esperaba mantenerlo así
— Claro, yo prepararé un itinerario de las cosas que haremos ese fin de semana.- dijo con esa pequeña sonrisa- Mohamed...- lo llamo, este le miró
— Dime- dijo el con una galleta de vainilla yendo a su boca
— ¿Las habitaciones de ese lugar?- pregunto algo incómoda removiendose en su asiento, el entendió su incomodidad
— Hay seis habitaciones. Dos principales, una unipersonal y las otras tres para huespedes- explico el intentando no decir algo que echará de ver su curiosidad con la actitud de la chica
— ¿Me darías la unipersonal?- pregunto esperanzada apretando sus puños bajo la mesa, haciendo bolita la tela de la falda de su vestido. El asintió y comió su galleta
— Claro- afirmó sonriendo luego a ella tratando de calmarla, no la conocía tan bien como lo hacía su mejor amigo pero sabía que de alguna manera le incomodaba la idea de quedar sola con Inma. Y la comprendía, no podía hacer nada al respecto, tampoco podía inmiscuirse en algo que no era de su incumbencia, o tal ves si. El miró a la castaña junto a el que sonreía comiendo galletas- ¿Inma sabe?- indago a ella, está le miró sin entender
— ¿Saber que?- cuestionó con el ceño ligeramente fruncido
— Quienes iremos...- dijo serio a ella, está se atraganto con la galleta haciendo que el azabache le mirara mal
— Claro que sí...- dijo en tono nervioso luego de unos segundos, este suspiro pesado ante la mentira que había lanzado la castaña
— Llamaré a alguien para que arreglen la casa.- dijo en tono serio tomando su teléfono de la mesa para luego levantarse y alejarse de ellas y llamar a esa persona que arreglaría todo para que la mansión estuviese disponible para irse
***
Sonrió sin ganas, tenía demasiados lugares donde metió su currículum en busca de un nuevo trabajo y ninguno le daba respuesta al respecto
Mientras que Lina, ella pasaba hasta tarde trabajando en su proyecto, ya había pasado un mes desde que le anunciaron aquello. Y dormía muy poco por tener un proyecto perfecto para presentar
El terminaba de preparar la cena, miraba preocupado a su esposa que tenía ojeras por las pocas horas de dormir y últimamente un muy mal genio, así como aquella sonrisa con la cual le conocía de toda su vida carecía de su rostro
— Lina, ya está la cena- aviso el tocando la puerta del sótano, ella desde su lugar rodó los ojos soltando leves maldiciones entre dientes
— ¡Ya voy Thiago!- prácticamente se quejó y escupió las palabras, dejando su proyecto ahí con cuidado y salía del sótano descalza
Tenerlo en casa todo el tiempo empezaba a cansarle, intentaba seguir como había estado esos años. Si seguía casada con el era por qué los padres del oji miel tenían colgando en un hilo a su familia y cualquier pasó en falso hacia que ellos cayeran; por eso quería conseguir aquel ascenso y poder sacar a su familia de la sombra de la de su esposo, y al fin poder desacerse de el de una ves
Estar fingiendo todo el tiempo le cansaba, y los únicos momentos en los cuales podía estar tranquila habían desaparecido al estar el todo el tiempo en la casa sin aparentemente conseguir un nuevo trabajo
Ambos estaban sentados en la mesa cenando en total silencio, el no quería decir nada para no incomodarla y ella solo pensaba en la amanera de sacar a su familia de las garras de los padres de la persona que tenía en frente
— Y... ¿Cómo va con tu proyecto?- dijo el intentando romper el hielo que había entre ellos, ella soltó el tenedor de su mano y mordió su lengua para no decir nada indebido que pusiera en peligro todo
— Muy bien- dijo ella elevando su mirada a él con una sonrisa, que no convenció para nada a el ojos miel
— Deberías descansar un poco más. No me gusta que te descuides así por eso- dijo el un tanto preocupado, ella rodó los ojos soltando un bufido
— Estoy bien Thiago- se quejó ella levantándose de la mesa, el eclipse que había tenido por el se había acabado tres años atrás, cuando conoció la razón por la cual sus padres habían insistido tanto en que ellos congeniaran y establecieran una relación amorosa- seguiré trabajando en mi proyecto...- dijo tomando su plato y cubiertos para caminar a la cocina
— No has comido nada, Lina - se quejó él levantándose de la mesa detrás de ella, está lo ignoro y dejó el plato en el lavabo y luego se regreso al sótano. Cerrando con llave la puerta para que el no entrara- Lina, abre la puerta - se quejó él
— ¡Ve a dormir Thiago!- gruño ella molesta, el cerro sus ojos con fuerza, no comprendía por que ella actuaba así
¿Era por qué había estado mal la cena?
¿Era por qué no había conseguido trabajo aún?
¿Era por qué no habían tenido sexo en un mes?
El no entendía por qué eran los cambios de ella, esos cambios tan drásticos y fuertes que empezaban a preocuparle. Si todo seguía así, su matrimonio se iría en picada abajo con peleas
No entendía que pasaba realmente por la cabeza de la mujer que era su esposa, intentaba entenderlo. Pero tampoco había tenido las suficientes ganas de entender por qué esos días de decline en su matrimonio lo estaban llevando a recordarlo con más frecuencia
Todas las cosas que ellos habían echo, todas las travesuras, todas sus aventuras. Lo extrañaba, también extrañaba a sus amigos
Se preguntaba que había sido de todos ellos, que había sido de él. De aquel cabello azabache que se robó su corazón en la secundaria
Se fue sin decir nada, sin arreglar nada ni en la cocina ni en el comedor. Directamente a su cuarto, se tiro boca abajo en la cama intentando no pensarlo, intentando seguir luchando contra sus ganas de llamar a alguien para que lo buscará