Kaelin Desperté a la mañana siguiente sintiéndome mejor que nunca. No solo desde el día en que Jaxon me secuestró… mejor que en toda mi vida. Sentía una plenitud que jamás había experimentado, una especie de paz que me envolvía y me sostenía cerca. Antes, cuando cerraba los ojos, no tenía más sentidos que los inmediatos: lo que veía, tocaba, probaba, escuchaba y olía. Pero ahora era distinto, había algo más. Cada vez que Alaric respiraba, su brazo rozaba el mío, y hasta ese pequeño contacto enviaba oleadas de placer por todo mi cuerpo. ¿Esto es lo que se siente tener un alma gemela? Mi loba respondió con un ronroneo. Supe que eso significaba sí. Me incorporé en la cama, maravillada de la facilidad con la que me movía. Mis heridas estaban completamente curadas, y parecía que las de Ala

