ALARIC Me desperté al oír el sonido de una puerta cerrándose. Supe que era la puerta de Kaelin cuando escuché los pasos de mamá caminando por el pasillo, el tintinear de los cubiertos acompañando su andar. Se había acostumbrado a desayunar con Kaelin todas las mañanas. Me preguntaba de qué hablaban… o si hablaban en absoluto. Cuando mi mente fue a Kaelin, recordé lo que había pasado hace unos días, después de su ducha. Se había quedado ahí, con el cabello mojado, mi camisa colgando de sus hombros, la cara roja por el pequeño gemido que había soltado mientras se duchaba… Supongo que no era de extrañar que esos ojos azul acero siguieran persiguiéndome en mis sueños. Seductora como era, Kaelin se había convertido rápidamente en la pesadilla de mi existencia. Me senté con un gruñido y colg

