Kaelin
Su mirada cayó primero en mí, casi como un saludo, antes de pasar a Jasper. Jasper sostenía mis libros en un brazo, y el otro lo tenía sobre mis hombros. Las fosas nasales de Alaric se ensancharon, un gruñido bajo salió de su pecho. Jasper se tensó y rápidamente quitó su brazo de mí. Intenté reprimir otro escalofrío. Ese gruñido profundo no debería haberme excitado tanto.
—Alaric, qué bueno verte —dijo Rhea. Si notó el intercambio entre Alaric y Jasper, no parecía molesta por ello—. Le mostramos a Kaelin como la mitad del complejo para que sepa qué áreas son seguras para ella. Incluso fuimos a la biblioteca, lo que supongo explica por qué Jasper tiene tantos libros.
Mientras hablaba, Jasper se movía de un pie a otro, con la mirada fija en el suelo. Todo el tiempo, Alaric seguía m
