Alaric
Kaelin envió a Rhea a reunir a los miembros del consejo de los Goldfangs mientras se vestía. La preocupación me revolvía el estómago mientras la veía prepararse. Parecía tan pálida y frágil, y odiaba tener que sacarla de la casa. Era cierto, las apuestas eran increíblemente altas si Jaxon tenía acceso a ese dinero, y no había manera de que pudiera acercarme al consejo de los Goldfangs con esta información por mi cuenta. Pero al mismo tiempo, Kaelin estaba embarazada. Necesitaba tomárselo con calma, pero cada vez que la veía, le traía noticias que aumentaban su estrés. Era solo cuestión de tiempo antes de que ese estrés le pasara factura.
— Si dependiera de mí, no tendrías que salir de esta cabaña — dije mientras ella cepillaba su cabello.
Ella dejó el cepillo y se giró hacia mí
