Alaric
Había pasado un mes desde que convencí a Kaelin de que lo mejor era mantener en secreto el libro y esos pasajes ante los consejos y ancianos. Sabía que le molestaba, pero teníamos suficiente con qué mantenernos ocupados mientras pasábamos tiempo en el territorio de Wildrifts. Habíamos organizado equipos de construcción y finalizado los planes para la expansión del mercado.
Y aún mejor, el bebé se había vuelto más activo. Pateaba y se movía cada vez más con el paso de las semanas. Kaelin probablemente estaba tan aliviada como yo de poder enfocarse en algo positivo, algo que no fuera Jaxon ni rituales de sangre.
Acabábamos de regresar del territorio de Wildrifts el día anterior, y mientras Kaelin se aseguraba de que los Goldfangs estuvieran listos para el invierno, Dom, Rhea, Lance
