[Emily Wilson] –Se nota que es un tipo nada agradable –exclamó David metiendo la mano extendida al bolsillo de su bata–. ¿Cómo has estado estos años? –Me sonrió como si nada. –Bien...–Traté de ser convincente. –Me alegra, sonrisitas. –Así antes me decía de cariño en nuestro noviazgo. –No me digas así, me incomoda –Fui sincera. –¿Y ese carácter? ¿Estás enojada por algo? –¡Tss! Todavía se atreve a preguntar, ya no me duele, pero es fastidioso su absurda forma de actuar como si hubiéramos quedado muy bien. –No, solo me duele la cabeza y estoy algo fuera de lugar –respondí. –Te sigues viendo tan hermosa como siempre –Puso esa expresión seductora que siempre hacía que me derritiera ante él, pero ahora era otro tiempo–. Los años te han asentado muy bien. –Tocó mi barbilla y yo moví mi ro