POV Isadora Valente La noche no se rompió después del beso. Ni el viento se llevó mi culpa. Solo quedó el silencio… y nosotros dos, de pie al borde de un acantilado, como si el mundo nos hubiera olvidado por un instante. El aire me cortaba la piel. No dije nada cuando Mathias volvió a ponerme el abrigo sobre los hombros. No porque tuviera frío. Sino porque me vio temblar. No preguntó nada. Solo me miró como si pudiera sostenerme con los ojos. Y, por esa vez desde que comenzo todo esto… me dejé sostener. --- De regreso en la casa segura, no encendimos luces. El crujido de la madera bajo nuestros pasos fue el único sonido. Mathias se quedó en la puerta del salón, vigilando el entorno como siempre. Yo subí las escaleras lentamente, con las manos aún aferradas al tacto de su camisa e

